Argelia desnuda a Capello
La selecci¨®n norteafricana supera a Rusia, pr¨®ximo organizador del Mundial, que se va sin ganar en el grupo m¨¢s blando
Rusia no sobrevivi¨® al grupo m¨¢s blando del Mundial. Se march¨® despu¨¦s de haber padecido el torneo bajo el peso apremiante de tener que exhibir algo de relieve. As¨ª lo exig¨ªa el prestigio inherente a su condici¨®n de pr¨®ximo organizador del Mundial. Pero fracas¨®. Abandon¨® Brasil sin ganar ni un partido ante B¨¦lgica, Corea del Sur y Argelia. Ni ah¨ª sobresali¨®. Meti¨® dos goles en tres partidos y encaj¨® tres. El ¨²ltimo, frente a Argelia, ayer, en donde no pas¨® del empate (1-1). El resultado sentenci¨® a Rusia y situ¨® a Argelia como segunda de grupo. La espera Alemania en octavos.
La sensaci¨®n de aridez que dej¨® Rusia a su paso afecta directamente al seleccionador, el italiano Fabio Capello, que aterriz¨® en Sudam¨¦rica imbuido del aura m¨¢gica que fulgura sobre los entrenadores mejor pagados. Capello es el seleccionador con el salario m¨¢s alto del mundo. Gana diez millones de euros netos y, a pesar de que le han renovado recientemente para que conduzca al equipo hasta 2018, su posici¨®n queda comprometida.
El Mundial de Brasil se caracteriza por el atrevimiento divertido de las selecciones apuntadas. Pero hubo excepciones. La m¨¢s eminente fue Rusia. La monoton¨ªa que desprendi¨® result¨® chocante. Contrast¨® con el aire imprudente y refinado de los equipos rusos de otras ¨¦pocas. Aquellos jugadores de clase, tibios y so?adores, han dado paso a una unidad de 'mamushkas' abnegadas. Verdadero pedrusco para el p¨²blico y para el adversario, obligado a avanzar barrera tras barrera, una a una, en una sucesi¨®n de coberturas de apariencia interminable, como si cada futbolista saliera del interior del precedente para cumplir con la previsible misi¨®n obstructiva y derogatoria.
Solo el 7% de los rusos pensaba que su selecci¨®n no se clasificar¨ªa
Capello no es el ¨²nico responsable de la pobreza que destila su equipo. La Liga de Rusia ofrece un panorama singular. En la ¨²ltima d¨¦cada es el campeonato en el que m¨¢s velozmente han aumentado los salarios, se ha llenado de extranjeros, pero ha fagocitado a los jugadores locales, disemin¨¢ndolos o acomod¨¢ndolos en un r¨¦gimen de privilegios. Nunca desde que se disolvi¨® la URSS fue tan raro el talento entre los jugadores rusos. El mejor de todos, Dzagoev, no se parece a los virtuosos que le precedieron. Ayer, Dzagoev se sent¨® en el banquillo. No le hizo falta a Rusia para adelantarse en una de las t¨ªpicas jugadas que practica: salida r¨¢pida, apertura a banda, conducci¨®n atropellada, centro, remate y gol. Cabezazo de Kokorin, la joven promesa, a la escuadra. El 0-1 resisti¨® 45 minutos. Hasta que Akinfeev cometi¨® otro error grave y, como ante B¨¦lgica, propici¨® el gol adversario. Lo meti¨® Slimani de cabeza. No hubo manera de remontar.
Antes del Mundial la prensa de Mosc¨² hizo un sondeo para determinar el grado de expectaci¨®n que despertaba el Mundial entre los aficionados. Aflor¨® que un 18% de los encuestados cre¨ªan que Rusia ganar¨ªa el campeonato, mientras que solo un 7% pensaba que no pasar¨ªan de la fase de grupos. Los escas¨ªsimos pesimistas ten¨ªan raz¨®n.
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