El momento de sacarlo todo
En octavos, la Colombia de P¨¦kerman debe liberar la ansiedad para que fluya el juego que este equipo a¨²n tiene dentro
Colombia lleg¨® al Mundial con el peso del triste recuerdo de su ¨²ltima presentaci¨®n, cuando hace 16 a?os acudi¨® a EE UU con el cartel de favorito y se fue entre la frustraci¨®n y el drama. Tambi¨¦n con la confirmaci¨®n de la p¨¦rdida de Radamel Falcao, su mejor jugador y uno de esos hombres que con su sola presencia inspiran con la fuerza de un s¨ªmbolo. Pero llegaron con tres tipos de alegr¨ªa: la del reencuentro con un Mundial, la de tener un buen n¨²mero de jugadores talentosos y la de un pa¨ªs que decidi¨® creer en ellos.
Un entrenador tranquilo, de modos amables y decisiones firmes, supo darle responsabilidad a los menos dotados y liberar a sus mejores talentos. Pero el equipo tradujo en ansiedad su falta de experiencia. Es entendible, ninguno de ellos hab¨ªa jugado nunca un Mundial.
M¨¢s que deprimir su estado an¨ªmico, todo eso influy¨® negativamente en su juego porque les aceler¨®. Frente a Grecia, encontraron el gol antes que el juego. Lo cuidaron durante los siguientes minutos del primer tiempo por la psicolog¨ªa conservadora que ataca a los que van ganando un partido muy esperado. Por otra parte, encontrar espacios vac¨ªos a la espalda del equipo dominador siempre provoca la tentaci¨®n de imprimir velocidad. Pero los contragolpes fracasaban y la pelota volv¨ªa a amenazar. P¨¦kerman corrigi¨® en el descanso, el equipo recuper¨® la calma, supo cuidar m¨¢s la pelota y llegaron los goles: 3 a 0.
Frente a Costa de Marfil jugaron un partido de ida y vuelta, equilibrado y abierto al riesgo. Otra vez tuvo que llegar el descanso para recuperar la calma y la pelota. En esta ocasi¨®n, P¨¦kerman se tuvo que ayudar con un cambio. Entr¨® el joven y peque?o Quinteros, y a base de pedir y tocar la pelota, en diez minutos llegaron dos goles que demostraron la importancia de alguien capaz de conectar el talento de James Rodr¨ªguez, Cuadrado y Teo Guti¨¦rrez d¨¢ndole continuidad a la jugada.
Un entrenador tranquilo, de modos amables y decisiones firmes, supo darle responsabilidad a los menos dotados y liberar a sus mejores talentos
Luego, vuelta a perderla y a sufrir con un gol de Costa de Marfil que descubri¨® cierta debilidad defensiva compensada con un gran portero, Ospina. El equipo fue arrastrado al desorden natural del equipo africano, pero supo competir con solidaridad, sacrificio y la frescura de sus j¨®venes talentos.
Y finalmente lleg¨® Jap¨®n, representaci¨®n del equilibrio con jugadores de la creatividad de Honda o Kagawa, capaces de inventar cosas raras que ponen a prueba un sistema defensivo. P¨¦kerman revolucion¨® el equipo con ocho cambios para mostrar parecidas virtudes y defectos. Jap¨®n mand¨® en todo el campo, pero Colombia se aplic¨® en su ¨¢rea y se pase¨® en la contraria. De modo que volvieron a ganar sin la pelota con un Jackson brillante y un James genial. El partido termin¨® con una carga emocional que hizo llorar a Mondrag¨®n cuando salt¨® al campo para convertirse en el jugador de m¨¢s edad en disputar un Mundial, y tambi¨¦n a P¨¦kerman, abrazado a Yepes y Ospina tras el golazo de James, todos superados por tanta felicidad. La sensaci¨®n es que el equipo se hizo adulto y se uni¨® a medida que progresaba en el campeonato. Todo esto empujado por un pa¨ªs que a estas alturas est¨¢ loco de fe por su selecci¨®n.
En octavos, llega el momento de liberar la ansiedad para que fluya el juego, porque mi sensaci¨®n es que este equipo a¨²n tiene cosas dentro. Ya adulto y feliz, es el momento de mostr¨¢rselas al mundo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.