Keylor Navas, h¨¦roe de Costa Rica
El portero le para un penalti de la tanda al griego Gekas y clasifica a los ticos para los cuartos de final ante Holanda despu¨¦s de haber jugado casi una hora con uno menos
Keylor Navas mantuvo el pulso sereno hasta en la misma tanda de penaltis, convencido de su papel estelar en la clasificaci¨®n de Costa Rica para los cuartos de final, iluminado. Par¨® el penalti decisivo, el cuarto, el de su excompa?ero levantinista Gekas, despu¨¦s de sacar la manopla izquierda, a mano cambiada, mientras ca¨ªa hacia su costado derecho y desviaba el tiro a media altura del delantero griego. Sus compa?eros, tan tranquilos de contar con semejante arquero, se encargaron de anotar todos sus penaltis con una frialdad sobrecogedora. Costa Rica hab¨ªa disputado casi una hora con uno menos por la expulsi¨®n de Duarte en el minuto 65. De ah¨ª hasta la pr¨®rroga propiciada por el tanto de Sokratis, que neutralizaba el gol inicial de Bryan Ruiz. En su cuarta participaci¨®n en un Mundial, el peque?o pa¨ªs centroamericano, de 4,8 millones de habitantes, alcanza por primera vez unos cuartos de final. Se encontrar¨¢ con la efervescente Holanda.
Costa Rica sobrevivi¨® gracias a la magia de su portero y a las magn¨ªficas zurdas de Ruiz y Campbell. Grecia, cuyos jugadores hab¨ªan renunciado d¨ªas antes a las primas para construir una escuela de f¨²tbol, fue tan irreductible como se esperaba, pero le falt¨® talento para burlar al gigante Keylor Navas.
En un grupo en el que estaban Italia, Inglaterra y Uruguay, tres campeones del mundo, el ¨²nico que ha avanzado ha sido Costa Rica, un equipo supeditado al arquero y a dos piernas izquierdas fulgurantes. Keylor Navas sigue en vena como toda la temporada en el Levante. En ese estado de inspiraci¨®n que permite rechazar los disparos con cualquier parte del cuerpo. Esta vez fue la tibia derecha ante el remate de volea a bocajarro de Salpingidis. El centro combado al segundo palo del lateral Holebas hab¨ªa resultado un regalo imposible de despreciar. El portero granota solo hab¨ªa encajado un gol en lo que iba de torneo, el de Cavani, y de penalti. Sokratis le marcar¨ªa al final del tiempo reglamentario.
Los ticos estuvieron pendientes de la clase de Bryan Ruiz en el enganche y de la potencia de Campbell en la punta de ataque, desconectados hasta el arranque del segundo tiempo. Entonces se produjo el chispazo. Campbell impuso su zancada para abrir al extremo izquierdo. El centro raso de Bola?os aterriz¨® suavemente en la frontal del ¨¢rea. All¨ª estaba Bryan Ruiz, que dispar¨® de primeras raso y un tanto mordido. El portero griego, Karnezis, del Granada, no vio c¨®mo sal¨ªa el bal¨®n de la zurda de Ruiz, tapado por la espalda de Sokratis. Solo observ¨® c¨®mo entraba en su porter¨ªa pegado a su palo izquierdo. No movi¨® ni un m¨²sculo para alcanzarlo. Habr¨ªa resultado imposible.
La inercia costarricense le llev¨® a lanzar un nuevo ataque un minuto despu¨¦s. El centro desde la derecha fue cortado por la mano derecha del central heleno Torosidis, inadvertida por los ¨¢rbitros a pesar de la claridad de la acci¨®n.
La torpeza del defensa Duarte, en un hachazo sin sentido a Holebas, le cost¨® la segunda amarilla al central tico y, por tanto, la inferioridad num¨¦rica para la selecci¨®n centroamericana en un largu¨ªsimo tramo final. Fernando Santos, t¨¦cnico portugu¨¦s de Grecia, tir¨® la casa por la ventana al juntar en el ataque a Gekas, Samaras y Mitroglou.
Los griegos hab¨ªan igualado con un gol de Sokratis el tanto inicial de Ruiz
Entr¨® para el ¨²ltimo cuarto el centrocampista Katsouranis, de 35 a?os, de manera que all¨ª estaban los dos ¨²ltimos supervivientes de la Eurocopa de 2004, junto a Karagounis, de 37, aquella conquistada en Portugal a las ¨®rdenes de Otto Rehhagel y contra todo pron¨®stico. Aunque el dominio de Grecia se tornara est¨¦ril, lastrado por la mala punter¨ªa de Karagounis, cuyo lanzamiento de falta desde la frontal se fue a la grada.
La constancia de Grecia tuvo su premio pasado el minuto 90. El rechazo de Navas a un remate de Gekas lo recogi¨® el central Sokratis para empatar con una volea tambi¨¦n mordida, que salv¨® al portero tras golpear en el piso y elevarse sobre meta. A ese tiempo extra llegaba mucho m¨¢s fresco y crecido el conjunto griego. Los ticos parec¨ªan exhaustos. La velocidad por el extremo derecho de Lazaros quebr¨® la zaga tica, aliviada por los p¨¦simos centros del volante del Bolonia. Pero se reorganiz¨® la defensa costarricense y le cost¨® entrar a Grecia. Lleg¨® la tanda fat¨ªdica y Navas se lo tom¨® con calma. Sabore¨® cada momento hasta convertirse en un h¨¦roe. La cara y la cruz. Las l¨¢grimas de Gekas eran inconsolables.
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