LeBron James regresa a Cleveland

Antes de que a nadie le importara d¨®nde jugar¨ªa al baloncesto, era un chico del noreste de Ohio. Es donde camin¨¦. Es donde corr¨ª. Es donde llor¨¦. Es donde sangr¨¦. Tiene un lugar muy especial en mi coraz¨®n. Sus gentes me han visto crecer. A veces siento que soy su hijo. Su pasi¨®n puede ser abrumadora. Pero me impulsa. Quiero darles esperanza ahora que puedo. Quiero inspirar porque puedo. Mi relaci¨®n con el noreste de Ohio es m¨¢s grande que el baloncesto. No me di cuenta de ello hace cuatro a?os. Lo hago ahora.

?Os acord¨¢is de cuando estaba all¨ª sentado en el ¡®Boys & Girls Club¡¯ en 2010? Estaba pensando, ¡®esto es realmente dif¨ªcil¡¯. Pude sentirlo. Estaba abandonando algo que hab¨ªa pasado mucho tiempo creando. Si tuviera que hacerlo todo de nuevo, obviamente har¨ªa las cosas de forma diferente, pero igualmente hubiera partido. Miami, para m¨ª, ha sido pr¨¢cticamente como la escuela para el resto de ni?os. Estos ¨²ltimos cuatro a?os me han ayudado a criar la persona que soy hoy. Me convert¨ª en mejor jugador y mejor persona. Aprend¨ª de una franquicia que hab¨ªa viajado donde yo quer¨ªa ir. Siempre considerar¨¦ a Miami mi segunda casa. Sin las experiencias que he vivido all¨ª, no podr¨ªa hacer lo que estoy haciendo hoy.

Fui a Miami por D-Wade y CB (Bosh). Hemos hecho sacrificios para mantener a UD (Haslem). Me ha encantado convertirme en un hermano mayor para Rio. Cre¨ª que podr¨ªamos hacer algo m¨¢gico si nos junt¨¢bamos. ?Y eso es exactamente lo que hicimos! Lo m¨¢s dif¨ªcil es dejar lo que constru¨ª con esos chicos. He hablado con algunos de ellos y voy a hablar con el resto. Nada cambiar¨¢ nunca lo que hemos logrado. Somos hermanos de por vida. Tambi¨¦n quiero dar las gracias a Micky Arison y Pat Riley por regalarme cuatro a?os incre¨ªbles.

Estoy haciendo esta disertaci¨®n porque quiero la oportunidad de explicarme sin interrupciones. No quiero que nadie piense: ?l y Erik Spoelstra no se llevaban bien. ¡­ ?l y Riley no se llevaban bien. ¡­ Los Heat no pudieron armar al equipo adecuado. Eso no es para nada la verdad.

No har¨¦ ninguna conferencia de prensa o fiesta. Despu¨¦s de esto, es hora de ir a trabajar.

Cuando me fui de Cleveland, estaba en una misi¨®n. Yo estaba buscando campeonatos, y hemos ganado dos. Pero Miami ya conoc¨ªa ese sentimiento. Nuestra ciudad no ha tenido esa sensaci¨®n en mucho, mucho, mucho tiempo. Mi objetivo sigue siendo ganar tantos t¨ªtulos como sea posible, no tengo dudas. Pero lo que es m¨¢s importante para m¨ª es traer un trofeo al noreste Ohio.

Yo siempre he cre¨ªdo que regresar¨ªa a Cleveland para terminar mi carrera. Lo que no sab¨ªa era cu¨¢ndo. Despu¨¦s de la temporada, el per¨ªodo de agente libre ni siquiera estaba en mi mente. Pero tengo dos hijos y mi esposa, Sabana, est¨¢ embarazada de una ni?a. Me puse a pensar acerca de c¨®mo ser¨ªa criar a mi familia en mi ciudad natal. Mir¨¦ las opciones que me daban otros equipos, pero no iba a salir de Miami para ir a cualquier lugar, excepto en Cleveland. Cuanto m¨¢s tiempo pasaba, m¨¢s correcto parec¨ªa. Esto es lo que me hace feliz.

Para dar el paso necesitaba el apoyo de mi esposa y mi madre, que pueden ser complicadas. La carta de Dan Gilbert, los abucheos de los aficionados de Cleveland, las camisetas quemadas¡­ ver todo eso fue dif¨ªcil para ellas. Ten¨ªa emociones encontradas. Era f¨¢cil decir: "Bueno, no quiero tratar con esta gente nunca m¨¢s". Pero entonces piensas desde la perspectiva del otro: ?Qu¨¦ ocurrir¨ªa si yo fuera un chico que admiraba a un atleta, y ese atleta me hiciera querer mejorar mi propia vida, y luego se marchara? ?C¨®mo reaccionar¨ªa yo? Me he reunido con Dan, cara a cara, de hombre a hombre. Ya lo hemos soltado. Todos cometemos errores. He cometido errores tambi¨¦n. ?Qui¨¦n soy yo para guardar rencor?

No estoy prometiendo un campeonato. S¨¦ lo dif¨ªcil que es cumplir esa promesa. Ahora no estamos listos. De ninguna manera. Por supuesto, quiero ganar el a?o que viene, pero soy realista. Ser¨¢ un proceso largo, m¨¢s que en 2010. Mi paciencia ser¨¢ puesta a prueba. Ya lo s¨¦. Voy a una situaci¨®n que me coloca en un equipo joven y con un nuevo entrenador. Yo ser¨¦ el l¨ªder vetusto. Pero se me eriza la piel al pensar que puedo reunir a un grupo y ayudarles a llegar a un lugar al que desconoc¨ªan que pod¨ªan ir. Ahora me veo como un mentor y estoy emocionado de ayudar a algunos de estos talentosos j¨®venes. Creo que puedo ayudar a Kyrie Irving y convertirlo en uno de los mejores bases de nuestra liga. Creo que puedo ayudar a elevar el juego de Tristan Thompson y Dion Waiters. Y no puedo esperar a reunirme con Anderson Varejao, uno de mis compa?eros de equipo m¨¢s queridos.

Pero esto no tiene nada que ver con la plantilla o la organizaci¨®n. Siento que mi vocaci¨®n hacia este lugar est¨¢ por encima de baloncesto. Tengo la responsabilidad de liderar, en m¨¢s de una forma, y me lo tomo muy en serio. Mi presencia puede marcar la diferencia en Miami, pero creo que puede significar mucho m¨¢s en mi hogar. Quiero hacer ver a los chicos del noreste de Ohio ¨Ccomo los cientos de chavales de Akron que asisto a trav¨¦s de mi fundaci¨®n¨C que no hay mejor lugar para crecer que aqu¨ª. Quiz¨¢s algunos de ellos lleguen a casa despu¨¦s del instituto y ayuden a levantar una familia o abrir un negocio. Eso me har¨ªa sonre¨ªr. Nuestra comunidad, que ha batallado tanto, necesita todo el talento que pueda conseguir.

En el noreste de Ohio, nada se da. Todo se gana. Trabajas para lo que tu tienes.

Estoy listo para aceptar el reto. Vengo a casa.