Luis Su¨¢rez siempre juega

Hay jugadores que honran al f¨²tbol y a la pelota. Les da lo mismo si el partido se juega en Anfield o en el Centenario, en el Bernab¨¦u o en Montilivi. Luis Su¨¢rez es uno de ellos. El 9 se entrega por completo aunque en disputa est¨¦ una Supercopa de Catalunya, vac¨ªa de leyendas. En la inauguraci¨®n de la Supercopa, los 5.110 espectadores, azulgrana y blanquiazules, comulgaron en dos momentos cruciales: en el minuto 17 cuando gritaron por la independencia de Catalu?a y en el 21 para recordar a Dani Jarque. Una comuni¨®n que se rompi¨® con el acierto del Bar?a en la tanda de penaltis.

La Federaci¨®n Catalana se invent¨® la Supercopa para evitar chascos como el del curso pasado cuando los dos grandes catalanes mandaron a sus filiales a disputar la final de la Copa Catalunya. Sin embargo, fue el Espanyol, m¨¢s af¨ªn a los berrinches cuando el Bar?a ninguneaba el derbi, el que en esta oportunidad le rest¨® importancia. Resulta que los dos cuadros alinearon a sus jugadores menos habituales. Y si la diferencia entre los dos once iniciales con sus mejores hombres ya es grande, cuando los blanquiazules mezclan a sus suplentes con jugadores del filial la brecha se vuelve insalvable. Demasiado f¨²tbol para los chicos de Sergio Gonz¨¢lez, que enmudecieron ante un Bar?a con dos campeones del mundo en el tapete (Piqu¨¦ y Pedro), pero, sobre todo, contra a un futbolista de la talla de Luis Su¨¢rez.

El uruguayo fue la improvisaci¨®n en el solfeo caracter¨ªstico del Bar?a. El Espanyol se atrincher¨® alrededor de su portero, pero el 9, con o sin espacios, juega de maravilla. Arranc¨® el partido, como contra el Madrid, por el carril del 7. Pero, al charr¨²a no le gusta atarse a la banda. Inquieto, aparec¨ªa por todo el frente de ataque. Pesc¨® un testarazo que Pau cachete¨® al c¨®rner. Y al rato le marc¨® el pase al ¨¢rea a Jordi Alba, desparram¨® a Ra¨²l Rodr¨ªguez y puso el cuero de cuchara para Piqu¨¦, que de cabeza puso la pelota en la red. Un gol precioso.

La oda de cambios sac¨® a Luis Su¨¢rez del campo. Y el Bar?a acus¨® la falta de intensidad que contagiaba el uruguayo. Distra¨ªdos los azulgrana despu¨¦s del paso por los vestuarios, se agrand¨® el Espanyol, que empat¨® con un gran gol de libre directo de Arbilla. Otro golazo en Montilivi. Masip salv¨® entonces al Bar?a de la derrota y conden¨® en los penaltis al Espanyol. La Supercopa qued¨® en manos del Bar?a.