El Valencia manda en las ¨¢reas

El Valencia ha encontrado una mina en sus centrales, Otamendi y Mustafi, adquiridos en verano pasado tras la ventajosa venta de Mathieu por 20 millones, los dos por ese mismo dinero. Esta pareja igual manda en su ¨¢rea como en la contraria, anulando a los delanteros contrarios (Giovani y Uche) y silenciando El Madrigal con dos tantos del zaguero internacional alem¨¢n. El Valencia de Nuno no necesita tejer el juego ni imponerse en la medular para escalar a la cima de la tabla, empatado a puntos con el Atl¨¦tico y a solo uno del Madrid. La finura de entrel¨ªneas del Villarreal, por el contrario, se ha chocado contra su falta de contundencia en las zonas de definici¨®n, lastrado atr¨¢s por la ausencia por lesi¨®n de Mussachio y arriba por la baja forma de Gio y los a?os de Uche. El conjunto de Marcelino ha perdido contra todos los grandes en este primer tramo, el Bar?a, el Madrid, el Sevilla y el Valencia, en todos los casos ofreciendo una imagen no correspondida en el marcador. La consecuencia puede ser devastadora para la moral de los jugadores amarillos, enfrentados demasiado pronto a sus propios l¨ªmites.

Nuno no enga?a a nadie. El t¨¦cnico portugu¨¦s reniega de la elaboraci¨®n y del toque, m¨¢s partidario de la verticalidad, facilitada este domingo por la baja de Parejo, aunque sin la precisi¨®n en las transiciones que anhela el preparador luso. Trigueros abri¨® y cerr¨® el partido sin pretenderlo. Un minuto fat¨ªdico puso por delante al Valencia sin merecerlo. El mediocentro amarillo hab¨ªa lanzado en profundidad a Cheryshev, hab¨ªa acudido desde lejos al centro del interior ruso y hab¨ªa rematado a la grada sin oposici¨®n. Con el fallo todav¨ªa colgando en alguna parte de su cerebro, baj¨® a defender una contra visitante y, al tratar de cortar un centro de Feghouli, lo emboc¨® esta vez s¨ª a puerta, la suya. De poco sirvi¨® su gol ya al final del encuentro en la porter¨ªa correcta, en la de Diego Alves, tras el pase de Gerard Moreno.

El Villarreal, sin embargo, hab¨ªa superado el accidente inicial y hab¨ªa disputado la primera parte como la hab¨ªa pensando: exhibiendo la presencia de Bruno y del propio Trigueros, apoy¨¢ndose en un Cheryshev poderoso en la carrera y clarividente para asistir a los delanteros, Giovani y Uche, neutralizados estos por la seriedad de Otamendi y Mustafi. Los centrales fueron los m¨¢s destacados de un Valencia sin pausa en el medio del campo, roto por la baja de Parejo, desasistiendo a la pareja atacante, Rodrigo y Alc¨¢cer, in¨¦ditos toda la tarde.

La banda de m¨²sica sobre el c¨¦sped de El Madrigal en el descanso, ahora que el Valencia ha prohibido su presencia en Mestalla tras la llegada de Peter Lim, reivindicaba la aspiraci¨®n del club groguet de ser un equipo de pueblo. El cuadro de Marcelino comenz¨® la segunda mitad con la misma intensidad, reflejada en un ca?o de Moi G¨®mez a Otamendi en la frontal del ¨¢rea. El disparo de Bruno, repelido por la cabeza de un defensa, se envenen¨®, exigiendo otra parada monumental de Diego Alves, decisivo ya en el primer acto a un tiro de Cheryshev.

A poco que disminuy¨® la presi¨®n amarilla, el Valencia solt¨® un par de latigazos definitivos. Al centro desde la derecha del zurdo Piatti a pie cambiado acudi¨® al segundo palo Mustafi para cabecear a gol. Se despist¨® la defensa amarilla, perturbada por un empuj¨®n de Rodrigo, en fuera de juego posicional, a un zaguero local. El golpe envi¨® a la lona a los chicos de Marcelino, cuyo lenguaje corporal anunciaba que hab¨ªan arrojado la toalla. Por fin el Valencia se solt¨® en ataque y aprovech¨® la estrategia para remachar. Otra de c¨®rner, como en los tres tantos de la jornada anterior ante el Elche. Otra vez Piatti desde la esquina, la prolongaci¨®n de Feghouli y la volea de nuevo de Mustafi, en un su tercer gol en dos partidos. El Valencia, sin brillo ni ret¨®rica alguna, es un hueso afilado por sus centrales.