Caparr¨®s anestesia al Celta

El Celta se fren¨®, el Granada lo detuvo a base de despliegue defensivo, disciplina y capacidad para no conceder ritmo. Enfri¨® la euforia celeste, la de un equipo que ven¨ªa de firmar su mayor haza?a en bastante tiempo, su primera victoria en casa del Barcelona en 73 a?os. No ayud¨® a caldear el ambiente la lluvia, el diluvio que precedi¨® el inicio del partido y lo acompa?¨® a ratos. Rest¨® calor, pero semejaba a?adir chicha porque el c¨¦sped se empap¨® y promet¨ªa otra velocidad de pelota. No fue as¨ª: campo r¨¢pido, juego lento.

Se incomod¨® el Celta y se acomod¨® el Granada, que incluso se estir¨® de inicio hacia el ¨¢rea local y hasta amag¨® con realizar una presi¨®n alta e incomodar el manejo del Celta desde atr¨¢s. Fue un amago. Pronto dieron los visitantes varios pasos hacia la cueva, advertidos por un gol bien anulado a Sergi G¨®mez tras tocar Larrivey de cabeza o tras un error de Roberto al echar el bal¨®n a tierra en un saque y propiciar una oportunidad clar¨ªsima que malogr¨® Hern¨¢ndez. Fue la paradoja del partido porque tan firme como semej¨® mostrarse el Granada, tan esforzado para tapar las v¨ªas por los extremos hasta el punto anular durante bastantes minutos a Orellana y Nolito y s¨®lo ceder ante alg¨²n arranque de fuerza de Hugo Mallo, tuvo grietas en alg¨²n error apenas forzada, en aquel desacierto de Roberto o en alguna p¨¦rdida de bal¨®n en la circulaci¨®n cerca de zonas de peligro.

El Celta, cuando le falt¨® el f¨²tbol, trat¨® de ampararse en la estrategia. Por ah¨ª remat¨® Sergi G¨®mez a la salida de un c¨®rner para propiciar una buena respuesta del portero. Tambi¨¦n por esa v¨ªa trat¨® de estirarse el Granada, que convirti¨® en bal¨®n al ¨¢rea cada falta en la medular. No las remat¨®, pero su momento era otro. El paso de los minutos madur¨® el partido para los chicos de Caparr¨®s, vivo en los cambios para relevar a los jugadores de ataque, que no hab¨ªan apenas mirado hacia la meta, pero s¨ª hab¨ªan realizado un descomunal esfuerzo en la resta. Con nueva savia se reactiv¨® el Granada, con Success y con Rochina, que le dieron aliento y, ahora s¨ª, llegada. Fue ¨¦ste ¨²ltimo delantero el que pudo resolver el partido, conectado como sali¨® en su primera carrera remat¨® fuera una dejada de Sissoko tras un mal entendimiento entre Hugo Mallo y Cabral. Poco despu¨¦s otro error de Celta en un pase atr¨¢s de Jonny le llev¨® ante Sergio, al que regate¨® para que fuera Cabral el que sacara bajo palos cuando Success iba a empujar a la red.

Esos dos estrepitosos errores alertaron al Celta, que flaque¨® durante unos minutos que pudieron cambiar el signo de la liza. En esos momentos

tuvo que gastar un cambio en la zaga por lesi¨®n de Sergi G¨®mez y se sinti¨® fuera del partido por su, por una vez, escasa producci¨®n ofensiva. Maniatado, siempre encimado en la recepci¨®n y el control, sin que ni siquiera el reaparecido Augusto ejerciese como revulsivo, el Celta al menos logr¨® imponerse en los minutos finales y evit¨® nuevos sustos. Se lanz¨® entonces hacia la victoria con una pulsi¨®n renovada, con todos al ataque, con Augusto de lateral postizo, Mallo en el banquillo y ?lex L¨®pez apoyando a la segunda l¨ªnea, con Orellana y con Radoja, que tropezaron con Roberto, y un Krohn-Dehli que acab¨® esprintando cuando todos buscaban aire. Contra todo ese arsenal sobrevivi¨® el Granada, que completar¨¢ dos meses sin ganar, pero que empapado de sudor y lluvia, alz¨® los brazos para festejar el cero a cero.