Plante a un fondo de inversi¨®n
Estigarribia, medio paraguayo del Atalanta, se ve obligado a cambiar de equipo cada a?o El verano pasado dijo basta despu¨¦s de vestir cuatro camisetas en cuatro temporadas
Es una ma?ana soleada de diciembre en Zingonia, la ciudad deportiva del Atalanta. El per¨ªmetro est¨¢ completamente cubierto de lonas negras y verdes por las que es complicado ver los campos de entrenamiento. Fuera hay edificios tan viejos que parecen abandonados, pol¨ªgonos industriales y camiones. La gente en la calle se mueve en bici. ¡°Por la noche hay toque de queda. A las 22 no queda ni un bar abierto. Hay prostituci¨®n, robos, roban hasta las ruedas de los camiones, es un sitio peligroso¡±, explica el jefe de prensa del Atalanta. La residencia y la ciudad deportiva del equipo, a unos 20 minutos de B¨¦rgamo, son un peque?o oasis entre tanto cemento y abandono.
Es viernes, el cocinero se pasea buscando a los preparadores f¨ªsicos, los jugadores se dividen entre el vestuario, el gimnasio y la piscina. Marcelo Estigarribia (Fernando de la Mora, Paraguay, 27 a?os) se disculpa dos veces por el retraso ¨Cllega hora y media tarde a la entrevista-; en el viaje a Barcelona para ver al doctor Cugat perdi¨® el pasaporte y se ha pasado la ma?ana en comisar¨ªa donde le han retenido m¨¢s de lo que ¨¦l calculaba.
El fondo de inversi¨®n GSM que compr¨® su pase en 2011 le ¡®obliga¡¯ a cambiar de equipo cada a?o. Lleva cuatro en cuatro temporadas
Su rodilla, algo inflada todav¨ªa, luce una cicatriz enorme despu¨¦s de la operaci¨®n del ligamento cruzado que se rompi¨® en octubre en un amistoso contra Corea. ¡°Hasta hace poco memorizaba los d¨ªas que hab¨ªan pasado desde el quir¨®fano. Ahora ya no lo hago, es para volverse loco¡±, cuenta sentado en la sala de prensa del club antes de empezar una larga sesi¨®n de rehabilitaci¨®n.
Internacional con Paraguay, Esti (como le llaman todos) empez¨® a jugar al f¨²tbol con cuatro a?os ¨Cen una cancha a cien metros de casa sus amigos y ¨¦l se juntaban, descalzos, todas las tardes despu¨¦s del colegio-; se cri¨® en el Sport Colombia y se form¨® en el Cerro. ¡°No s¨¦ que habr¨ªa sido de no ser futbolista porque no s¨¦ hacer nada. Tampoco eliges ser futbolista, es una cosa que llevas dentro¡±, asegura. Pero ahora son otros los que eligen por ¨¦l.
¡°En su d¨ªa cuando llegaron los del fondo yo no ten¨ªa claro que pasar¨ªa esto"
El fondo de inversi¨®n GSM (Global Soccer Managment) que compr¨® su pase despu¨¦s de la Copa Am¨¦rica de 2011 le obliga a cambiar de equipo cada a?o. Los fondos act¨²an como intermediarios y ceden jugadores a coste cero o por cantidades asumibles. A cambio, el club paga todo o parte de su ficha anual y act¨²a de escaparate. Ellos son los que eligen el destino del futbolista. El club se queda con una opci¨®n de compra pero en el caso de Estigarribia ninguno la ejerci¨® al ser demasiado alta. No es llamativo por lo tanto que, cuando hable de sus equipos, Estigarribia utilice las palabras ¡°me ha tocado estar¡±.
¡°Todos los veranos me marcho de vacaciones dos meses y medio con la incertidumbre de no saber d¨®nde voy a jugar"
En los ¨²ltimos cuatro a?os, al centrocampista paraguayo le ha tocado vestir cuatro camisetas diferentes. Juve (con la que gan¨® una Liga), Sampdoria, Chievo y, desde enero de 2014, Atalanta. "Me buscan un equipo y el equipo en cuesti¨®n les paga una cuota", explica. Como si fuera un futbolista en alquiler. ¡°No era algo que pudiera rechazar lo del fondo. Pagaron una buena suma por mi pase y en ese momento no piensas. Estaba solo, no me importaba tener que cambiar de equipo cada a?o. No me arrepiento tampoco porque ese fue mi billete para llegar a Europa, pero se me hace pesado tener que moverme cada a?o y terminar las temporadas con la misma incertidumbre¡±, dice resignado.
A su edad, todav¨ªa soltero, no le pareci¨® mala opci¨®n. Tampoco se preocup¨® por las alternativas. El GSM compr¨® su pase y le hizo cruzar el charco (en 2008 tuvo una experiencia poco exitosa en Le Mans). Al calcio lleg¨® en 2011 con 24 a?os y desde entonces ha ido cedido de un club a otro todos los veranos.
¡°Llegu¨¦ al Atalanta en enero de 2014 y en junio decid¨ª quedarme. Les dije a los del grupo inversor: ¡®ya no me muevo de aqu¨ª"?
La FIFA ha anunciado que prohibir¨¢ los fondos de inversi¨®n ¨Cno hay fecha para ello, a¨²n- y Estigarribia, mientras, espera que el Atalanta compre su pase para poder as¨ª liberarse y no estar cambiando de coche, casa, compa?eros y guarder¨ªa para su hija todos los a?os. La Juve, en su d¨ªa, descart¨® pagar los 5 millones de ficha que ped¨ªa el GSM, igual que la Sampdoria, el Chievo y el a?o pasado el Atalanta. En B¨¦rgamo acaba de cumplir 12 meses, si todav¨ªa sigue en el club es porque se plant¨®. ¡°Llegu¨¦ aqu¨ª en enero de 2014 y en junio decid¨ª quedarme. Les dije a los del grupo inversor: ¡®ya no me muevo de aqu¨ª, si me muevo es para volverme a Paraguay¡¯. Met¨ª presi¨®n y aceptaron que me quedara m¨¢s tiempo. No es bueno estar movi¨¦ndome cada a?o, si estuviera solo no me importar¨ªa pero tengo mujer, una hija¡±, relata mientras apura un caf¨¦.
El de 2014 fue el primero en tres a?os en el que no tuvo que hacer las maletas. A pesar de jugar con continuidad (18 partidos en la Juve, 35 en la Sampdoria y 29 en el Chievo), siempre fue obligado a decir adi¨®s al final de cada temporada. ¡°Todos los veranos me marcho de vacaciones dos meses y medio con la incertidumbre de no saber d¨®nde voy a jugar. No me ha faltado nunca equipo eso s¨ª, pero las situaciones se han arreglado siempre en manera tard¨ªa¡±, cuenta recordando que a la Sampodria lleg¨® dos d¨ªas antes de que el equipo se marchara de pretemporada y al Chievo con la Liga ya empezada.
¡°En su d¨ªa cuando llegaron los del fondo yo no ten¨ªa claro que pasar¨ªa esto, hubo una oferta y la cog¨ª para poder venirme a Europa¡±, insiste. Ahora la opci¨®n para dejar de dar tumbos es esperar en un regalo del Atalanta, volver a plantarse o regresar a Paraguay. Le quedan dos meses y medio de rehabilitaci¨®n antes de volver a entrenarse con el grupo. Es lo ¨²nico certero que hay en su futuro.
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