Un avi¨®n en el aeropuerto de Castell¨®n
El Villarreal realiza el primer vuelo comercial del aer¨®dromo de Castell¨®n ideado por Carlos Fabra, en su viaje a San Sebasti¨¢n para disputar la Copa del Rey
A las 12.09 del 14 de enero de 2015, el aeropuerto de Castell¨®n dej¨® de ser una instalaci¨®n y una terminal ¡°para las personas¡±, como la bautiz¨® Carlos Fabra, para resultar operativa al tr¨¢fico a¨¦reo de pasajeros y el despegue y aterrizaje de aviones, su cometido esencial. El Villarreal realiz¨® el primer vuelo ch¨¢rter del aer¨®dromo castellonense en su viaje a San Sebasti¨¢n para disputar el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey ante la Real Sociedad, que empat¨® (2-2), lo que le bast¨® para clasificarse.
No resulta casual que al Villarreal le quepa el honor de ser el primer cliente del aeropuerto. El club de Fernando Roig se ha convertido en el principal embajador de la provincia de Castell¨®n y fue el primero en publicitar por Espa?a y Europa, a trav¨¦s de su camiseta, el futuro aeropuerto, logo que luci¨® durante cinco temporadas, de la 2006 a la 2011, y que le report¨® 20 millones de euros por el patrocinio. ¡°Es un d¨ªa hist¨®rico y bueno para la provincia, que est¨¢ olvidada¡±, se felicitaba Roig. ¡°Todos los vuelos del Villarreal saldr¨¢n desde aqu¨ª¡±, anunci¨® el presidente. La compa?¨ªa valenciana Air Nostrum, que flet¨® el vuelo ch¨¢rter con 90 pasajeros, repost¨® el combustible en sus instalaciones en Manises y realiz¨® all¨ª la carga del equipaje.
Han pasado casi cuatro a?os desde que Carlos Fabra celebrara la apertura del aeropuerto sin aviones, junto al expresidente de la Generalitat Francisco Camps, ante 1.500 personas invitadas. Fuera del recinto se erige una estatua del escultor castellonense Juan Ripoll¨¦s, que cost¨® 300.000 euros, y cuyo rostro se asemeja a la imagen de Fabra. A pesar de que en un principio asegur¨® que era un homenaje al expresidente provincial ¡ª¡°una figura de la que le saldr¨¢ de la cabeza un avi¨®n; ese es el germen y el esperma del nacimiento de la obra¡±¡ª, luego neg¨® que fuese su imagen. El pasado 1 de diciembre, Carlos Fabra entr¨® en la c¨¢rcel de Aranjuez para cumplir la condena de cuatro a?os de privaci¨®n de libertad por fraude fiscal. Ning¨²n pol¨ªtico se acerc¨® ayer para celebrar el evento.
De 2006 a 2011, el equipo publicit¨® el recinto en sus camisetas, lo que le report¨® 20 millones
M¨¢s de 150 millones de euros invirti¨® la Generalitat valenciana en la construcci¨®n de un aeropuerto que ha proporcionado muchos titulares y cientos de chascarrillos. Hasta The New York Times puso el aeropuerto de Fabra como ejemplo de mala planificaci¨®n. El contexto econ¨®mico desde el que parti¨® la idea del aeropuerto era bien distinto al momento de su eternizada ejecuci¨®n y finalizaci¨®n. Al principio del nuevo milenio, cuando comenzaba el boom urban¨ªstico, los empresarios de la construcci¨®n y de la hosteler¨ªa expon¨ªan sobre la mesa de los dirigentes pol¨ªticos decenas de proyectos de campos de golf, parques tem¨¢ticos y hoteles. Consideraban Fabra y sus allegados que Castell¨®n era la ¨²nica provincia del Mediterr¨¢neo sin un aeropuerto, lo que aconsejaba su construcci¨®n ante lo que supuestamente se avecinaba. En torno a los 600.000 pasajeros al a?o se estimaba de manera optimista que utilizar¨ªan la terminal, cuya rentabilidad estaba asegurada.
La realidad de hoy es bien distinta. Casi cuatro a?os han pasado para que una empresa quisiera hacerse cargo de la gesti¨®n del aer¨®dromo, de dudosa viabilidad econ¨®mica. Finalmente, SNC-Lavalin, holding canadiense, lo explotar¨¢ los pr¨®ximos 20 a?os. La Generalitat pagar¨¢ 25 millones de euros en los primeros nueve a?os de vida operativa del aeropuerto. Los dirigentes de SNC-Lavalin aseguran que recibir¨¢ aviones en verano y que por ¨¦l pasar¨¢n unos 35.000 pasajeros. De momento, el Villarreal es el primer y ¨²nico cliente. El exclusivo.
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