Parejo, m¨¢s all¨¢ de la t¨¢ctica

En la exaltaci¨®n del choque t¨¢ctico, emergi¨® Parejo. El capit¨¢n del Valencia impuso su temple en un partido de much¨ªsima tensi¨®n, la que se espera de una rivalidad tan acendrada. Decenas de faltas y de amonestados (11) para que, al final, se impusiera la categor¨ªa de los centrocampistas de Nuno, excelentes tambi¨¦n Andr¨¦ Gomes y, sobre todo, Javi Fuego, por mucho que la pelota se pasara la tarde en pies de los sevillistas. A sus ataques les faltaron luces, estrell¨¢ndose siempre en la frontal del ¨¢rea valencianista. Esa fue la principal diferencia, la calidad de los mediocampistas.

Juego, poco; emoci¨®n, toda. As¨ª pas¨®, como un suspiro, una primera parte repleta de discusiones y protestas sobre las decisiones arbitrales, con el bal¨®n parado casi siempre, de falta en falta y de penalti en penalti. Hubo tres penas m¨¢ximas, la primera a favor del Valencia (Diogo golpea con su pierna izquierda en el muslo de Negredo cuando forcejeaban en carrera) y dos a favor del Sevilla (el primero un piscinazo de Diogo, que se deja caer ante la entrada de Parejo; y el segundo, s¨ª, una acometida por detr¨¢s de Cancelo a Vitolo en la que se lleva por delante la pelota y al atacante). Parejo marc¨® desde los 11 metros y tambi¨¦n convirti¨® la primera vez Bacca, intimidado por ese especialista llamado Diego Alves. El portero brasile?o s¨ª le iba a adivinar el segundo penalti, a su izquierda, mientras el delantero colombiano, al borde del descanso, se qued¨® postrado lamentando el error.

El Sevilla tuvo el m¨¦rito de levantarse cuando se le hab¨ªa puesto muy empinado el partido: 2-0 y el Valencia relami¨¦ndose a la contra. El conjunto de Nuno le hab¨ªa cedido la pelota al de Emery (si no fue premeditado, tuvo toda la pinta) y, a partir de ah¨ª, hab¨ªa obtenido una ventaja considerable gracias a los dos tantos de Parejo. El capit¨¢n es un disidente en este equipo de Nuno tan poco afectivo con la pelota. La mima como en el segundo gol, en el control y el disparo colocado a la media salida de Beto. Siete dianas suma ya el mediocentro. Esta vino precedida de un buen pase de Enzo P¨¦rez tras una jugada que retrataba la apuesta de Nuno: env¨ªos largos, prolongaciones de cabeza y segundas jugadas para aprovechar la rapidez de Rodrigo y la fortaleza de Negredo. El Sevilla dispuso de la intermitencia tan conocida de Banega y tambi¨¦n la de Deulofeu. Igualado en su duelo con Gay¨¤, el extremo catal¨¢n se march¨® a menudo al centro para explorar otras v¨ªas.

Bacca convirti¨® un penalti pero, intimidado por el especialista Diego Alves, fall¨® el segundo

La intensidad de la primera parte dej¨® m¨¢s espacios en el arranque de la segunda. Y nadie los aprovech¨® mejor que Javi Fuego, un manual de inteligencia t¨¢ctica. Primero regal¨® un taconazo para salir de la presi¨®n sevillista; despu¨¦s recuper¨® con el pecho en la medular lo que ser¨ªa el germen del tercer tanto: abri¨® a la izquierda a Rodrigo y acompa?¨® la acci¨®n hasta el borde del ¨¢rea. All¨ª recibi¨® tras las bicicletas pertinentes del hispanobrasile?o. Fuego resolvi¨® con clase: le peg¨® enroscado y suave con la zurda al palo ciego del portero.

La Curva Nord, a la que el presidente Salvo intenta domar sin ¨¦xito, la emprendi¨® con los sevillistas: "Banega es un borracho" y "Unai, canalla, fuera de Mestalla". Material para el oficial federativo atento a los c¨¢nticos violentos. Emery inyect¨® velocidad con la entrada de Denis Su¨¢rez y Gameiro. Pero para entonces el Sevilla estaba demasiado cansado y Javi Fuego demasiado despierto para cortar todos los intentos sevillistas.