El Deportivo ve la luz

El teatrillo del f¨²tbol se empieza a caer con espect¨¢culos como el que vivi¨® durante bastantes minutos Riazor, con partidos que ni siquiera se revesten del envoltorio de la pasi¨®n, que escapa por la ventana con la dispersi¨®n horaria y se congela con el fr¨ªo que todo lo envuelve, el climatol¨®gico y el otro, el futbolero. El templo deportivista, que no hace tanto era una caldera comienza a mudar a nevera. Poco invita a calentarse, la clase se ha escapado de una Liga en la que trece equipos pelean por salvarse de la quema, con tanta igualdad como escasos argumentos: el Eibar, que lleg¨® como octavo clasificado, tan ejemplar y elogiable como limitado marca un list¨®n que debe preocupar.

Escasea el f¨²tbol, se muere el espect¨¢culo y la emoci¨®n, se abren camino las deficiencias: jugadores que yerran sencillos pases a cuatro metros de un compa?ero, que fallan en los controles o reinciden una y otra vez en errores al ejecutar acciones a bal¨®n parado, honrados profesionales que no marcan diferencias ni ayudan a revestir de m¨ªtico lo que sucede sobre el c¨¦sped. En esa tesitura se movieron Deportivo y Eibar, que por largos momentos ni siquiera parecieron animados por la perspectiva de quedarse con unos puntos que les dejar¨ªan en una situaci¨®n clasificatoria que hubiesen firmado hace unas semanas. Ganaron los locales, que festejaron por primera vez en lo que va de campeonato el hito de ganar dos partidos consecutivos. A estas alturas, con ese bagaje miran los puestos de descenso m¨¢s lejos de lo que nunca lo hab¨ªan hecho hasta ahora.

El Deportivo quiso atacar de inicio algo m¨¢s que su rival. Parti¨® bien, atento a las segundas acciones, detalle que no es balad¨ª ante un equipo como el Eibar. Tuvo una cierta autoridad el equipo de V¨ªctor Fern¨¢ndez en la recuperaci¨®n y el despliegue tras perder la pelota, pero escasa premura en la elaboraci¨®n. No hizo circular la pelota con prestancia y ayud¨® a que el Eibar se tapara, a que transcurriese la primera parte sin mayor susto que un cabezazo de Borges tras un c¨®rner, alguna de las habituales algaradas de Cavaleiro o un zurdazo de Juanfran, de los pocos que entendieron el inicio del partido desde el atrevimiento.

Sin profundidad se adocen¨® el Deportivo, carente de talento para desentra?ar las trampas que le tendi¨® un rival que tampoco le apuraba atr¨¢s. No le interes¨® bajar la pelota al piso al Eibar y s¨ª buscar las referencias de Arruabarrena y Piovaccari para que atrapasen la pelota al vuelo y estirasen el dibujo. No las encontraron con facilidad y Fabricio, el meta local, vio el partido desde butaca de preferencia. En ese escenario de pico y pala el gol s¨®lo pod¨ªa llegar como lo hizo por dos ocasiones, primero con un bal¨®n al ¨¢rea de Juanfran, un salto de Oriol Riera con Irureta y un rechace en falso del portero para que Lucas P¨¦rez empujase a la red; despu¨¦s con un error monumental, que sentenci¨® el partido, de la zaga del Eibar en una cesi¨®n a su meta.

Los dos goles llegaron por sendos errores del portero y la zaga del Eibar

Pero la lata una vez m¨¢s la abri¨® Lucas P¨¦rez para el Deportivo. Agitador por talante y talento, el mediapunta coru?¨¦s hab¨ªa pasado de puntillas por el partido, pero se ve que el chico tiene estrella. Y que est¨¢ en racha: bal¨®n que le cae en los pies en el ¨¢rea lo pasaporta a la red. Igual es que tambi¨¦n est¨¢ donde hay que estar, claro. El gol le dio al partido la vidilla que no hab¨ªa tenido hasta entonces, m¨¢s que nada porque el Eibar descubri¨® con la desventaja que se pod¨ªa avanzar en otra direcci¨®n. Su plan se convirti¨® en evidente y ten¨ªa que ver con los errores del rival, con la falta de calidad defensiva que propiciasen faltas que inevitablemente acabaran con un bal¨®n al ¨¢rea. Ah¨ª expon¨ªa su envergadura el Eibar, su trabajo en la pizarra y su magn¨ªfica capacidad para optimizar sus fortalezas. Dio un inevitable paso atr¨¢s el Deportivo, nada sobrado de manejo en el centro del campo (Juan Dom¨ªnguez se qued¨® en el banquillo y ni siquiera le activaron) para neutralizar el empuje de su oponente. Pero ah¨ª el Eibar se dio un tiro en el pie cuando ya ten¨ªa tres delanteros en el campo y estaba presto al bombardeo. Regal¨® la sentencia a Cavaleiro y vaci¨® de emoci¨®n el final de un partido que no mereci¨® tenerla.