Rudy viste de campe¨®n al Madrid

Rudy Fern¨¢ndez visti¨® de bicampe¨®n al Real Madrid en una final electrizante en la que su omnipresencia se antoj¨® imprescindible para rendir a un Barcelona tan cori¨¢ceo como desenfocado en diversas fases y facetas del juego. Repiti¨® t¨ªtulo copero el Real Madrid, volvi¨® a ganar por diferentes caminos al mismo rival en la final y se sobrepuso al abrumador ejercicio de Tomic bajo los aros y a la inagotable munici¨®n de la que dispuso Xavi Pascual.

Rudy Fern¨¢ndez lider¨® a su equipo desde los intangibles hasta todos y cada uno de los pormenores estad¨ªsticos. Su actuaci¨®n catapult¨® a su equipo, le dio la confianza y la fortaleza necesarias para sobreponerse cuando Tomic tir¨® con m¨¢s fuerza de los blaugrana, un tanto extra?os por la falta de finura con la que Navarro compareci¨® en la final. El capit¨¢n blaugrana, sin la chispa y velocidad que le caracterizan, vari¨® por completo su papel habitual y acab¨® ejerciendo desde jugador de complemento hasta base en los ¨²ltimos seis minutos.

Navarro anot¨® un triple en una posici¨®n inveros¨ªmil y el Barcelona, poco despu¨¦s, empat¨® a 71. El Barcelona ya no volvi¨® a anotar. El Madrid, a falta de un minuto, se adelant¨® con tiros libres de Felipe Reyes y una penetraci¨®n fallada por Navarro. Y acto seguido, en la otra canasta, Sergio Rodr¨ªguez tambi¨¦n penetr¨®, pero con pleno acierto, y acab¨® de remachar el triunfo del Madrid y una destacable actuaci¨®n personal.

Rudy Fern¨¢ndez fue el metr¨®nomo de su equipo. Cuando ¨¦l estuvo en la cancha, el Madrid aspiraba y expiraba con regularidad, siempre aferrado al marcador, fuera arriba o abajo, en un partido de constantes alternativas. Su producci¨®n se expres¨® en diferentes cuentas de resultados: robos de bal¨®n (cinco), asistencias (otras cinco), canastas (16 puntos), intimidaci¨®n (dos tapones), nervio, concentraci¨®n y liderazgo. Cuando Laso le dio unos minutos de aire y lo sent¨® en el banquillo, el Madrid se diluy¨®.

Fue cuando el Barcelona dio el mayor estir¨®n en la primera parte (42-35) a pesar de que ese instante coincidi¨® ya con Rudy de vuelta a la batalla y tambi¨¦n con la tercera falta de Felipe Reyes. La recuperaci¨®n del Madrid fue fulgurante. En poco m¨¢s de un minuto, Rudy hizo y deshizo, recuper¨® y anot¨® y restableci¨® el equilibrio justo para enfilar camino del descanso. Solo volver a ponerse el bal¨®n en juego, el propio Rudy redonde¨® la remontada, 42-43, tras un parcial de 8-0.

El Barcelona se infl¨® y desinfl¨® en funci¨®n del quehacer de Tomic. Con ¨¦l en la cancha, la batalla en el interior de la pintura le resultaba mucho m¨¢s ardua al Madrid. Ay¨®n, Bourousis, Slaughter, Felipe Reyes y hasta los jugadores cuando penetraban se las ve¨ªan y se las deseaban para superar al gigante croata. El Barcelona pag¨® la carencia de un relevo de garant¨ªas de Tomic. Pleiss pas¨® por el partido de puntillas, Lampe no tuvo su d¨ªa y Nachbar no tuvo ni un minuto. Tomic se qued¨® demasiado solo, a pesar de que Doellman captur¨® ocho rebotes. El Madrid insisti¨®, entre otras cosas porque, de entrada, no le funcion¨® el tiro exterior y solo acert¨® uno de los siete triples que lanz¨® en el primer tiempo. Sin Tomic en la cancha, el Madrid dio un peque?o estir¨®n al final del tercer cuarto (53-57), siempre de la mano de Rudy y con un par de acelerones de Sergio Rodr¨ªguez. Un triple de Nocioni, otro de Maciulis y un par de excelentes asistencias del base propulsaron al Madrid, que obtuvo su m¨¢xima ventaja coincidiendo con el final del tercer cuarto (57-64).

La final no hizo honor a la Copa de los triples, en la que se ha batido de largo el r¨¦cord. Ni el Madrid ni el Barcelona estuvieron acertados desde la m¨¢xima distancia, ambos por debajo del 21% de acierto. Ni Carroll, ni un Hezonja extra?amente poco utilizado, tuvieron apenas vela en el entierro. Y lo mismo le sucedi¨® a Marcelinho, definitivamente relegado al banquillo por Satoransky y que apenas dispuso de minutos.

El Madrid not¨® sobremanera el nulo acierto de Llull. El base-escolta que decidi¨® la final del a?o pasado en M¨¢laga se qued¨® a cero despu¨¦s de ocho tiros. Sergio Rodr¨ªguez le enmend¨® la plana con una excelente aportaci¨®n en todos los aspectos, direcci¨®n de juego y buenos n¨²meros: 10 puntos, cuatro rebotes y otras tantas asistencias.

Nocioni y Maciulis fueron las piezas que acabaron de darle al Madrid la consistencia imprescindible para superar a un rival que captur¨® ocho rebotes m¨¢s pero que se perdi¨® en el entrejuego, con un balance de ocho balones desperdiciados. El Madrid acab¨® m¨¢s firme, m¨¢s convencido en su plan de acoso y derribo a Tomic, y m¨¢s fiado al quehacer de Rudy y de Sergio Rodr¨ªguez. Dos bazas de oro para renovar el t¨ªtulo.