Foto, c¨¢nticos y terremotos
19/02 Jueves
Antes de partir hacia Las Palmas para pegarme un empacho de baloncesto, leo con satisfacci¨®n los buenos resultados de la Operaci¨®n Ariete contra los Ultras Sur que han dado con sus miembros m¨¢s destacados en chirona y me encuentro con una foto que sigo sin entender c¨®mo lleg¨® a producirse. Es la de la entrega de una placa a Mr. Cicuta en su ¨²ltimo partido por parte de algunos integrantes de ese grupo, cabecilla incluido. No estamos hablando de hace diez o quince a?os, sino de dos. Todo un s¨ªntoma de lo que se ha tardado en declarar el final de las prebendas, la persecuci¨®n implacable, la inmediata expulsi¨®n de estos colectivos de nuestro deporte. El hecho tambi¨¦n me alerta sobre la conciencia que tienen (o de la que adolecen) los protagonistas sobre la importancia, alcance y consecuencias de sus actuaciones con respecto a estos grupos. Est¨¢ claro que Mourinho no la tuvo y fue el primero que permiti¨® la sonrojante situaci¨®n, una aut¨¦ntica bofetada a la imagen del club. En esta pelea para erradicar a estas bandas de delincuentes (no les llamemos aficionados o hinchas) no hay espacio ya para ning¨²n tipo de componenda o comprensi¨®n. No hay que darles ni la m¨¢s m¨ªnima bola, por mucho que animen o seas uno de sus ¨ªdolos (vaya distinci¨®n, por cierto). Y si a alguno se le olvida, que entre en Internet y lea las andanzas de estos personajes y si merece la pena la m¨ªnima condescendencia con ellos por un aplauso. O una placa.
20/02 Viernes
El relax de estar al lado del mar junto a cinco horas de baloncesto y una copiosa cena en compa?¨ªa del gran Epi, ahora en plena mutaci¨®n hacia Nicholas Cage, me deja planchado. Me pongo a escribir a altas horas de la ma?ana y mi cerebro me dice que lo deje, que ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa. Le hago caso, me meto en la cama y sue?o con los 29 triples que han metido entre Barcelona y Madrid en las semifinales de la Copa. Y cada vez tengo m¨¢s claro que hay que ampliar las dimensiones del campo y alejar todav¨ªa mas la l¨ªnea, salvo que queramos que m¨¢s que partidos, se jueguen torneos de triplistas.
21/02 S¨¢bado
Hoy se cumplen 15 a?os del fallecimiento de Antonio D¨ªaz Miguel y la efem¨¦rides invita a la revisi¨®n del personaje, del que tengo la impresi¨®n que la historia no le tiene ubicado en el sitio que le corresponde. Seguramente porque no supo marcharse a tiempo y alarg¨® de forma equivocada su carrera de seleccionador. Sus ganas de continuar le distorsionaron la realidad hasta hacerle no darse cuenta que su tiempo se hab¨ªa terminado. Pero se aferr¨® y se aferr¨®, se encadenaron varios fracasos con la culminaci¨®n del angolazo y buena parte de su imagen qued¨® da?ada para siempre. Ahora bien, este final inapropiado no puede empa?ar lo que Antonio signific¨® para el baloncesto espa?ol, que fue mucho. Sempiterno seleccionador, con ¨¦l al mando el baloncesto espa?ol pas¨® de comparsa a protagonista, hasta alcanzar la cima cuando nuestro deporte no pasaba del campamento base. Al principio nos convenci¨® que ¨¦ramos capaces de ganar a cualquiera. Sorprendentemente, alcanzada la gloria, se volvi¨® temeroso, y su discurso pas¨® al de cualquiera era capaz de ganarnos. Tuvo, como todos, aciertos y errores, era apasionado y tambi¨¦n contradictorio, y pec¨® en algunos momentos de excesivo af¨¢n de acaparar protagonismo. Pero su trayectoria, logros y protagonismo en el tr¨¢nsito hacia la modernidad est¨¢n ah¨ª, por lo que se gan¨® con creces un sitio destacado en la historia. Ah, es miembro del Sal¨®n de la fama del baloncesto estadounidense. Y en ese club no entra cualquiera.
22/02 Domingo
A perro flaco todo son pulgas. Fernando Alonso se ha estrellado esta ma?ana a 150 km/h en Montmel¨®, y ha cundido la alarma. Dentro de lo que pod¨ªa haber sido, no hay motivos para el drama, aunque a estas horas las dudas son mayores que las certezas, y Fernando est¨¢ en el Hospital haci¨¦ndose, supongo, todo tipo de pruebas. Como en estas situaciones la urgencia por saber es grande, los datos (pocos) se mezclan con los rumores (muchos). No vivimos tiempos donde la paciencia sea un valor en alza, pero tanto los ex¨¢menes m¨¦dicos como los an¨¢lisis t¨¦cnicos de lo que pudo pasar llevan su ritmo, que desde luego, no es el de los aficionados y medios de comunicaci¨®n.
En Las Palmas el Madrid vuelve a ganar la Copa del Rey de baloncesto, lo que supone una nueva reivindicaci¨®n de su entrenador, Pablo Laso, que acumula ¨¦xitos sin ello suponga quitarse algunas etiquetas de encima que le persiguen desde su llegada. Aunque para buscar otra racha de t¨ªtulos como la que lleva esta secci¨®n desde que lleg¨® Pablo hace cuatro temporadas, hay que remontarse 30 a?os atr¨¢s, a cada traspi¨¦s surge el debate sobre su persona y capacidades. Ateni¨¦ndonos al historial y al juego desarrollado, parece injusto tanta duda, pero as¨ª funcionan las cosas con los entrenadores. Como dec¨ªa mi madre, unos llevan la fama y otros cardan la lana.
23/02 Lunes
De vuelta a Madrid y agotado por la exigente mezcla de trabajo y ocio que se vive en el encuentro copero, me echo una peque?a siesta despu¨¦s de comer. En pleno estado semicomatoso, escucho a mi perra ladrar inquieta. Me despierta y se gana un bufido que le hace meterse debajo de la mesa. Vuelvo en brazos de Morfeo y cuando me reincorporo al mundo de los vivos la noticia ya corre que vuela. ?Ha habido un terremoto! El epicentro ha sido en Osa de Montiel pero se ha sentido claramente en Madrid. Caigo en la cuenta que eso ha sido lo que ha puesto en alerta a mi compa?era perruna, porque yo la verdad, ni me he enterado. Una vez que no hay noticias de desgracias personales, el humor toma el relevo y se suceden mensajes, tuits, memes, camisetas y lo que haga falta. Me quedo con uno del gran Luis Piedrahita: ¡°Un saludo a todos aquellos a los que el terremoto les ha pillado en pleno tacto rectal¡±.
Otro terremoto de distinto signo ha sido causado los c¨¢nticos de la afici¨®n del Betis en apoyo de su jugador Rub¨¦n Castro, acusado por malos tratos a su exnovia y para el que el fiscal pide dos a?os de c¨¢rcel. No son nuevos, pues ya surgieron en su partido ante la Ponferradina, pero ni siquiera el delegado de la liga profesional lo constat¨® en su informe. En ninguno de los dos casos hubo reacci¨®n por parte del resto de aficionados, lo que casi preocupa m¨¢s que el machismo lacerante que mostraron los ¡°cantantes¡±. A cuenta de casos como este, donde no hay duda de su gravedad, se debate sobre los l¨ªmites permisibles, en qu¨¦ lugar hay que colocar la raya. Si en llamar puta a una maltratada, en corear que Cristiano es un borracho, en hacer el ruido de un mono dirigido a un jugador negro o en los insultos habituales que se escuchan dirigidos a jugadores, equipos o nacionalidades. Seguro que no es f¨¢cil, sobre todo porque en el fondo subyace una cuesti¨®n de educaci¨®n y cultura, y eso tarda mucho en cambiarse.
Hay una cosa que siempre me ha molestado mucho. La asunci¨®n, por parte de casi todos, de que uno de los derechos que te da una entrada para un partido de f¨²tbol, baloncesto o lo que sea, es el de desahogarte. Despu¨¦s de una dura semana, qu¨¦ menos que aprovechar el fin de semana para desfogarte. A partir de ah¨ª, se justifican insultos y comportamientos inexcusables. Pues mira, no. A un campo no se va uno a desahogar. ?Qu¨¦ pensar¨ªan estos maleducados si les hiciesen a ellos lo mismo en su trabajo? Si hubiese diez personas observ¨¢ndoles y con cualquier justificaci¨®n, que todas valen, les llamasen de todo. ?Por qu¨¦ lo damos como normal en un campo deportivo?
S¨ª, ya s¨¦ que el f¨²tbol conecta con la tribu y desata emociones a veces dif¨ªciles de controlar. Pero que lo haga no significa que sea justificable. Para aquellos que cuestionan la necesidad de ser inflexibles con estos comportamientos, les recordar¨¦ que hace no mucho, los campos estaban rodeados de una valla met¨¢lica, y ahora no. Que antes el lanzamiento de objetos al campo, cochinillos incluidos, era el pan nuestro de cada d¨ªa. Que la violencia en el campo de juego era la de ahora multiplicada por diez. Y todo eso ha sido desterrado. No veo por qu¨¦, a partir de sanciones ejemplares, no podamos cambiar algo que deber¨ªa provocar el rechazo frontal sin matices y que a veces nos retrotrae m¨¢s al Circo romano que a una sociedad civilizada.
24/02 Martes
Se celebra el debate sobre el estado de la naci¨®n y nuestro querido presidente pierde los papeles en su intento de menospreciar a Pedro S¨¢nchez. Evidentemente me conformo con ver el resumen de las mejores jugadas, donde compruebo que, como siempre, el ambiente es de partido de f¨²tbol con las gradas llenas de hooligans. Al final dicen que gan¨® el aspirante al actual campe¨®n, pero no s¨¦ si tiene mucha importancia ahora que cada vez queda menos para que llegue el tsunami y el bipartidismo quede tocado y probablemente hundido. Echar¨¢n la culpa hasta a el empedrado, pero se lo han ganado a pulso. Mientras tanto, Celia Villalobos jugaba al Candy Crush. ?Qu¨¦ cuajo!
Ah, el Barcelona gana en Manchester y respira aliviado despu¨¦s de lo del M¨¢laga. No hay una ecuaci¨®n exacta del n¨²mero de malos resultados que provocan una crisis, pero a veces con dos basta. Adem¨¢s de encauzar la eliminatoria, el contador se pone a cero otra vez en Camp Bar?a.
25/02 Mi¨¦rcoles
Puesto a aliviarnos, siempre se puede encontrar alguien que est¨¢ peor. Mientras el asunto de los c¨¢nticos machistas del Villamar¨ªn sigue caliente y no deber¨ªan tardar en tomar medidas ejemplarizantes, en Grecia las autoridades deciden suspender la liga despu¨¦s de los incidentes entre el Olympiakos y el Panathinaikos. Y me acuerdo de Ferr¨¢n Mart¨ªnez, exjugador del Joventut y Barcelona, que me contaba el s¨¢bado pasado en Las Palmas que cuando fue a jugar al Panathinaikos, entraron en su casa y adem¨¢s del robo y los destrozos, no se olvidaron de dejar bien claro de qu¨¦ equipo eran con pintadas en rojo, color del Olympiakos.
Hablando de rojo, Derrick Rose, santo y se?a de los Bulls y compa?ero de Pau Gasol, ha vuelto a lesionarse y se sospecha que se perder¨¢ lo que queda de temporada. El mazazo es enorme. Para ¨¦l, que ya va por la tercera lesi¨®n grave y eso es muy dif¨ªcil dejar atr¨¢s, y para las aspiraciones de Pau, al que tampoco le quedan muchas oportunidades, ahora que enfila el final de su carrera. Para ganar un campeonato se necesita talento, ambici¨®n, entrenador, equipo y tambi¨¦n una pizca de suerte. Rose, Pau y los Bulls no la han tenido y ahora el sue?o del anillo parece inalcanzable. Una pena que te descarrile una rodilla en lugar de los rivales.
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