T¨¦vez y se acab¨®

En el erial en el que se ha convertido el f¨²tbol italiano sobrevive un equipo capaz de plantarse en una de las plazas m¨¢s dif¨ªciles de Europa y presentar su candidatura para reinar en el continente. Lo hizo de la mano de un rutilante T¨¦vez, que anoche se destap¨® con una exhibici¨®n m¨¢s propia de un compatriota suyo que tambi¨¦n lleva el 10. Dos goles, otro que regal¨® a Morata y un sinf¨ªn de diabluras que desmontaron al Borussia Dortmund. La Juve camina s¨®lida por Europa de la mano del Apache.

Un equipo grande es ese que en lugar de acongojarse por el imponente ambiente del Westfallen se viene arriba y a los dos minutos vierte un cami¨®n de hielo en el infierno. O el que se olvida de especular con la m¨ªnima ventaja que tra¨ªa y se lanza a la porter¨ªa rival. Nada m¨¢s que 120 segundos necesit¨® T¨¦vez para lanzar un zambombazo al marco de Weindenfeller y noquear a un rival que dimiti¨® desde ese momento.

Poco queda de ese Dortmund que el a?o pasado se lanz¨® al cuello del Madrid para intentar remontar un 3-0. En esta ocasi¨®n bastaba con un solo gol, y quiz¨¢ por ello los de Klopp salieron como si el encuentro fuese un amistoso. Falta absoluta de tensi¨®n, y como consecuencia, una bala en la frente a la primera. El partido se acab¨® con ese gol de T¨¦vez. Ni siquiera la temprana lesi¨®n de Pogba atorment¨® a una Juve que gobernaba el partido con autoridad.

J¨¹rgen Klopp aline¨® su colecci¨®n de mediapuntas y a Gundogan por detr¨¢s. Que no fuese por falta de talento. Pero ni Reus, ni Mkhitaryan, ni Kampl pasaron de ser meras sombras amarillas. El vertiginoso Aubameyang poco aport¨® solo en punta y los balones parados tampoco sirvieron de auxilio. El Dortmund fue la nada.

Poco queda del Dortmund que el a?o pasado se lanz¨® al cuello del Madrid para intentar remontar un 3-0

Sobre los bigardos alemanes vol¨® T¨¦vez, que solo necesitaba coger el bal¨®n para hacer temblar el estadio entero. Al margen de su imponente derechazo a la escuadra, el argentino obsequi¨® a la parroquia con una colecci¨®n de regates y pases de alta gama. Estaba tan de dulce que quiso que sus compa?eros rieran con ¨¦l. El comienzo del segundo tiempo fue para enmarcar. Dej¨® solo a Morata dos veces antes del gol del espa?ol. El tercero quiso hacerlo ¨¦l.

La Juventus control¨® todo el partido y le bast¨® con apretar al comienzo de cada acto. Incluso el Dortmund se dio cuenta de que la superioridad era tal que apenas quiso molestar. Fue un mon¨®logo de principio a fin. La solidez italiana y la chistera de T¨¦vez. La vieja Juve ya est¨¢ aqu¨ª.