Oblak lo para todo
El esloveno mantiene vivo al Atl¨¦tico con seis paradas magistrales en el primer tiempo
El rojo y blanco que ti?¨® las gradas del Vicente Calder¨®n en los instantes previos al partido dio paso a un silencio inquietante para la hinchada colchonera. De repente, desde que el serbio Mazic pit¨® el inicio, el Atl¨¦tico se vio envuelto en un vendaval que se llevaba por delante a Siqueira. El aire en contra parec¨ªa querer dibujar el partido quebrado de los rojiblancos. God¨ªn fall¨® un pase en la salida del bal¨®n y dej¨® a Bale solo frente a Oblak. El duelo fue de western. Dispar¨® r¨¢pido abajo Bale y el meta esloveno le tap¨® el remate.
Emergi¨® el cancerbero atl¨¦tico en ese lance y pareci¨® imbuirse de esos golpes an¨ªmicos que inflan la autoestima de los porteros de balonmano cuando paran un penalti o un contragolpe. Respondi¨® a todo el cargador que vaci¨® el Madrid en el primer tiempo. Los seis disparos a puerta que recibi¨® el Atl¨¦tico no los hab¨ªa recibido en toda la temporada en un solo tiempo y daban cuenta del acoso aplastante del Madrid. Los suspiros temerosos que emanaban de la afici¨®n local tambi¨¦n correspond¨ªan a la l¨®gica angustiosa de que no eran Arda, ni Koke, ni Griezmann los protagonistas, sino el portero. Una falta rasa y ajustada de Cristiano; un disparo lejano de Bale con bote venenoso y esquinado; otro remate con la toxicidad del exterior de James, ajustado, da?ino, y un centro chut raso tambi¨¦n del colombiano. A toda esa r¨¢faga se opuso Oblak en los primeros 45 minutos.
La trascendencia del meta se la redobl¨® Simeone. Ante el aluvi¨®n de ocasiones, le mandaba perder tiempo en cada saque de puerta, aunque a¨²n no se hab¨ªa disputado ni media hora de juego. La cascada de f¨²tbol y remates del Madrid tambi¨¦n llevaron al Cholo a agitar los brazos para reclamar el apoyo de la grada. Mientras, con esas directrices, Oblak no solo era ya el portero milagrero. Tambi¨¦n se convirti¨® en el mejor pasador de los rojiblancos.
El portero tambi¨¦n se convirti¨® en el mejor pasador de los rojiblancos
Imprecisos en el toque, Simeone orden¨® al arquero que exprimiera su patada larga buscando las prolongaciones de Mandzukic. Eso le dio al Atl¨¦tico para generar saques de esquinas, jaleados como si fueran goles. No se sacudi¨® por completo el dominio, pero desde las botas de Oblak lograba hacer alg¨²n rasgu?o al Madrid mientras trataba de domesticar ese volc¨¢n de juego que generaban entre Modric, Kroos, Benzema, Marcelo y Carvajal.
En cada saque de puerta, Oblak utiliz¨® como dormidera las tres botellas de agua que coloc¨® junto a su palo derecho. Tocaba golpear el bal¨®n en largo y pegaba un sorbo de espaldas al ¨¢rbitro para que este no le recriminara. Entre saque y saque, se esfum¨® ese primer tiempo que termin¨® por entronizar al portero m¨¢s caro (16 millones de euros pagados al Benfica) de la historia del f¨²tbol espa?ol. Oblak evit¨® la cat¨¢strofe en el primer tiempo cuyo final pareci¨® festejar Simeone. En esos 45 minutos sigui¨® con esa vuelta a la tortilla despu¨¦s de aquel infausto debut en Atenas en el que encaj¨® tres goles en los tres primeros disparos. Ya en el Benfica, logr¨® darle la vuelta a una situaci¨®n parecida. Se est¨¢ confirmando Oblak como un portero de segundas partes de temporada, aunque se est¨¢ ganando empezar la pr¨®xima como titular.
Tambi¨¦n como en el balonmano, a partir del portero, el Atl¨¦tico pudo crecerse en el segundo tiempo porque no tuvo que lidiar con lo que hubiera supuesto un par de goles en contra. Oblak ya no tuvo tanto protagonismo, m¨¢s all¨¢ de dejar un par de salidas mandonas por arriba, uno de los motivos por los que Simeone le ha mantenido en el arco pese a que Moy¨¢ ya est¨¢ recuperado. Ya solo se vio apurado en el tramo final en un disparo salido del medio de un barullo que aprovech¨® Cristiano.
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