Ona Carbonell contra la bomba at¨®mica
La estrella espa?ola gana la plata en el solo t¨¦cnico, ¨²nicamente superada por la maravillosa Romashina
Ni en Espa?a ni en Tartarist¨¢n. No hay nada comparable a Svetlana Romashina cuando ejecuta la f¨¦rrea rutina de figuras que establece el reglamento del solo t¨¦cnico. Ella le a?ade un fastuoso toque particular. Eso que el manual denomina barracuda, por poner un caso, en Romashina es la tremenda ebullici¨®n emergente de caderas contorne¨¢ndose por encima de la superficie. La rusa, que fuera de la piscina es tan seria que asusta, se ha especializado en alegor¨ªas del cabaret cl¨¢sico. Desde que interpret¨® a Marilyn en Barcelona, en 2013, su repertorio ha gozado de gran popularidad. Una fama y una clase que, unido a su poder¨ªo atl¨¦tico, le aseguran el oro de aqu¨ª al infinito. No hay c¨®mo competir contra la bomba at¨®mica. Si acaso, se puede brillar. Se puede ser magn¨ªfico. Se puede ser excelente y fino, como Ona Carbonell, la primera dama de la nataci¨®n sincronizada espa?ola, que se llev¨® la plata en el feudo de Romashina.
Ona obtuvo el segundo puesto con 93.128 puntos cuando en las gradas del estadio de Kaz¨¢n todav¨ªa resplandec¨ªan las brasas que dej¨® la explosi¨®n de Romashina. Los 95.268 puntos de la rusa pertenecen a otro mundo. Demasiado lejano para Ona y mucho m¨¢s distante para la joven china Sun Wenyan, que se diluy¨® en una sopa melanc¨®lica de la que su virtuosismo no pudo extraer m¨¢s que 91.547 puntos. Wenyan fue v¨ªctima de una canci¨®n de amor. No ser¨¢ ni la primera ni la ¨²ltima que se toma demasiado en serio estas melod¨ªas de dif¨ªcil planteamiento coreogr¨¢fico. Los sentimientos de un remoto compositor oriental pueden aburrir a las juezas m¨¢s enamoradas.
¡°Me he levantado a las cuatro y media para hacerme el mo?o¡±, expuso Ona despu¨¦s de la ceremonia de entrega de medallas de las seis de la tarde, exhausta tras una jornada que oblig¨® a todas las solistas a madrugar para nadar el preliminar a las nueve. Somnolienta, Ona nad¨® peor por la ma?ana frente a unos jueces que le dieron 2.000 puntos menos que por la tarde. A Wenyan le pas¨® al rev¨¦s y perdi¨® 200 puntos. La brecha situ¨® a la espa?ola en la categor¨ªa m¨¢s pr¨®xima a la perfecci¨®n. ¡°Ya iba segunda pero con muy poca distancia¡±, dijo, acariciando el medall¨®n en su pecho. ¡°Haberle sacado tantos puntos a la china me hace feliz. Creo que he sentido un punto de confianza y serenidad que se ha notado en el agua¡±.
Dice la RAE que sincronizar es hacer que coincidan en el tiempo dos o m¨¢s movimientos o fen¨®menos. En la nataci¨®n sincronizada, el solo es la rutina que ejecuta una nadadora acompasando sus gestos y figuras a las notas de una pieza musical adaptada. Sea porque es m¨¢s f¨¢cil sincronizarse a uno mismo que sincronizarse con otro, sea porque los miembros del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional repudian el individualismo acu¨¢tico, esta disciplina no ha sido admitida en el programa de los Juegos. La Federaci¨®n Internacional de Nataci¨®n, que tiene un sentido m¨¢s revoltoso del espect¨¢culo, s¨ª fomenta el solo. La moscovita Romashina lo explota para su gloria seleccionando temas como Pretty Woman, de Roy Orbison.
¡°Me he levantado a las cuatro y media para hacerme el mo?o¡± ONA CARBONELL
M¨¢s discreta, m¨¢s intensa, Ona eligi¨® Requiem for a Dream, de la banda sonora de la pel¨ªcula hom¨®nima. ¡°Lo m¨¢s complejo de la coreograf¨ªa son los cambios¡±, dice la catalana. ¡°Alterna mucha rapidez con mucha calma. Me ha costado llegar a hacerlo bien, pero finalmente he podido transmitir la locura y el frenes¨ª mezclada con la serenidad de la m¨²sica. Estos cambios no se ven tanto en la sincro. No muchas lo pueden hacer¡±.
El prestigio que brinda el solo es tan personal que quienes lo practican y lo sue?an suelen postergar la medalla ol¨ªmpica, que ¨²nicamente se logra en equipo y en d¨²o. Romashina y la federaci¨®n rusa se pueden dar este lujo. No se sabe si Espa?a se puede permitir bajar las revoluciones de su equipo. De lo que no cabe duda es de que Ona Carbonell se dio un grandioso homenaje aqu¨ª en Kaz¨¢n. Ahora est¨¢ a la altura de las espa?olas m¨¢s grandes. Junto a Gemma Mengual y Andrea Fuentes, ganadoras de la plata en 2007, 2009 y 2011.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.