De Rijkaard a Luis Enrique con Iniesta
Los azulgrana se reinventan cada a?o a partir de un estilo que no fue ideado por ning¨²n presidente, sino por un entrenador de nombre Cruyff
Quema el Bernab¨¦u de Florentino como en tiempos de Gaspart ard¨ªa el Camp Nou. Hay montada una bronca de mil demonios en el grandilocuente estadio de Chamart¨ªn porque no funciona la plantilla seguramente m¨¢s lujosa de Europa. La hinchada blanca lleg¨® al campo con tiempo para pitar a Piqu¨¦, como la azulgrana se junt¨® en su d¨ªa para maltratar a Figo, y acab¨® por invocar a Mourinho y a Juanito. No entra en juego el Madrid, un equipo ahora mismo desnortado y sin identidad, resumido en la cara de la triste figura de Cristiano Ronaldo. El portugu¨¦s est¨¢ fuera de forma, Benzema parece ido, no encuentra su sitio Bale y Ben¨ªtez quiso ser Ancelotti. El t¨¦cnico reneg¨® de Casemiro, el futbolista que resume su ideario desde que regres¨® a la Liga, y apost¨® por un pelot¨®n de jugadores ofensivos que fue ninguneado por los exquisitos cuatro centrocampistas del Barcelona.
El Madrid no tiene ahora mismo nada m¨¢s que un pu?ado de estrellas desquiciadas, como se vio en la patada de rabia de Isco a Neymar, aplaudida por la desorientada afici¨®n. No se advirti¨® ayer ni rastro de la gloria deportiva ni de la famosa ¨¦pica del club de Bernab¨¦u. La depresi¨®n blanca contrasta con la confianza de los azulgrana, que ni siquiera necesitaron de Messi. Fue un cl¨¢sico sin Leo y sin Cristiano.
La suplencia del 10 habla de lo bien que est¨¢ el Bar?a y lo mal que anda el Madrid. Nada nuevo si se atiende a lo sucedido la ¨²ltima d¨¦cada: se cumplen diez a?os del 0-3 aplaudido por aquel se?or del bigote, entregado tambi¨¦n a Ronaldinho. Los azulgrana se reinventan cada a?o a partir de un estilo que no fue ideado por ning¨²n presidente, sino por un entrenador de nombre Cruyff. El Bar?a de Luis Enrique tiene muchas cosas del de Guardiola y Rijkaard.
Ning¨²n equipo tiene el solfeo del Barcelona. Alcanza con mirar a Sergi Roberto: sabe jugar de lateral, de interior y de falso extremo
Ning¨²n equipo tiene el solfeo del Barcelona. Alcanza con mirar a Sergi Roberto y contrastar que sabe jugar de lateral, de interior y de falso extremo, porque ha vivido desde ni?o la cultura futbolista del Barcelona: a veces conviene tocar mucho para distraer ¡ªen el 0-1 intervinieron los 10 del Bar?a¡ª, en ocasiones se impone acelerar y siempre que se puede la presi¨®n debe ser alta, un compendio de virtudes expresada en Iniesta, que sigue siendo Iniesta y, sin embargo, es diferente del h¨¦roe de Stamford Bridge o al redentor de Par¨ªs. Hoy es un jugador m¨¢s completo, como corresponde al capit¨¢n, sustituto de Xavi y de Puyol, capaz de estirar al equipo, de quitar la pelota, de rematar y de meter el 0-3. El f¨²tbol entrel¨ªneas de los medios, expertos en la elaboraci¨®n, parti¨® por la mitad al Madrid, muy perdido, ni futurista como parec¨ªa el de la D¨¦cima ni evocador como eran los conquistadores de la Copa de Europa.
Los madridistas se miraron de la misma manera que Messi admir¨® desde el banquillo a su Bar?a. El argentino no quiso ser protagonista de un partido ¨²nico en el mundo y deleg¨® en los mismos compa?eros que en su ausencia han puesto a su equipo del -1 al +6 en la tabla. Una se?al inequ¨ªvoca de la armon¨ªa del vestuario del Camp Nou desde que el tridente firm¨® la paz al regreso de Anoeta en enero pasado.
No es una novedad que el Bar?a ganara en el Bernab¨¦u. No ha habido t¨¦cnico ¨²ltimamente que no haya dejado su huella en Madrid: 0-3 con Rijkaard, 2-6 con Guardiola, 3-4 con Martino y 0-4 con Luis Enrique. A buen seguro que el triunfo result¨® especialmente gratificante para el asturiano, que no se reconoce en los cromos como exjugador blanco. La sorpresa estuvo en la rendici¨®n del Madrid, desorganizado, indolente y miedoso, y en la autoridad del Bar?a desde el inicio hasta el final, desde el acertado Bravo hasta el goleador Su¨¢rez. El desespero de Piqu¨¦ con Munir por fallar el 0-5 expres¨® la ambici¨®n del Barcelona. Ning¨²n aficionado del Madrid se acord¨® de Piqu¨¦ sino de Florentino, incluso m¨¢s que de Ben¨ªtez, desautorizado desde la alineaci¨®n, abatido por el juego coral, de control e intenso del Bar?a. El Bernab¨¦u est¨¢ que trina mientras los azulgrana han roto a jugar sin Messi, Turan ni Aleix Vidal. Hoy juega Sergi Roberto, que sigue los pasos de Iniesta, s¨ªmbolo de la evoluci¨®n azulgrana.
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