Zidane, al puro estilo Ben¨ªtez
El t¨¦cnico modela un Madrid contragolpeador con Casemiro en el medio y libertad para la BBC, tal y como pretendi¨® su predecesor
Obstinado en persuadir a Cristiano de la necesidad de hacer determinados movimientos de desmarque, Rafa Ben¨ªtez iniciaba su trabajo con el Madrid el verano pasado cuando envi¨® a uno de sus ayudantes a que le diese al portugu¨¦s un archivo de im¨¢genes con instrucciones almacenadas en un pen drive. Aseguran fuentes del vestuario que Cristiano rechaz¨® el ofrecimiento con una contraoferta: ¡°Dile a Ben¨ªtez que ya le pasar¨¦ yo un pen drive con todos mis goles para que los estudie¡±.
Ben¨ªtez nunca se sinti¨® del todo autorizado por los jugadores del Madrid. Este precursor de entrenadores tecn¨®cratas lleg¨® al cl¨¢sico del 21 de noviembre jug¨¢ndose la Liga y cuando anunci¨® la alineaci¨®n en el vestuario no faltaron quienes pensaron que ya ni ¨¦l mismo cre¨ªa en las decisiones que tomaba. El d¨ªa de la visita del Barcelona al Bernab¨¦u, propuso un equipo por el que nunca antes hab¨ªa apostado y por el que nunca m¨¢s volver¨ªa a apostar. Si por algo se distingui¨® la elecci¨®n no fue por un criterio futbol¨ªstico reconocible tanto como porque reuni¨® a los fichajes m¨¢s caros del club. Especial controversia inspir¨® la alineaci¨®n de Danilo en el lateral derecho y de James como volante interior para sustituir a Casemiro, a quien Ben¨ªtez consideraba el ¨²nico centrocampista puro del plantel. El 0-4 fue la l¨¢pida sobre el campeonato. Tambi¨¦n sell¨® el proyecto de Ben¨ªtez en Chamart¨ªn y abri¨® un periodo de incertidumbre y abatimiento en futbolistas y aficionados.
Cuatro meses m¨¢s tarde los jugadores del Madrid celebraron euf¨®ricos la victoria en el Camp Nou (1-2) y dieron rienda suelta a sus sue?os m¨¢s emocionantes. La fiesta en el camerino visitante de Barcelona estuvo marcada por la convicci¨®n de que la plantilla no solo se siente vencedora del cruce de cuartos con el Wolfsburgo, al que enfrentar¨¢n el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. Los muchachos ya se imaginan en la final de Mil¨¢n. Como dijo Jes¨¦: ¡°?Si seguimos as¨ª, ganamos la Champions!¡±.
Fue el nuevo entrenador, Zinedine Zidane, quien oper¨® la transformaci¨®n. Su receta entra?a una paradoja. Porque Zidane despleg¨® en el Camp Nou exactamente el ideario que defendi¨® Ben¨ªtez en partidos como el del Calder¨®n, Vila-real, Libov o el Parque de los Pr¨ªncipes. De alg¨²n modo, Zidane fue m¨¢s fiel a los principios de Ben¨ªtez que el propio Ben¨ªtez. El t¨¦cnico franc¨¦s comenz¨® por situar a Casemiro en el mediocentro. Sigui¨® por alinear a Carvajal en el lateral derecho, iniciativa que releg¨® a Danilo al banquillo; y remat¨® el programa convirtiendo a James en prescindible. James, en su d¨ªa el m¨¢s expresivo de los detractores de Ben¨ªtez, no jug¨® ni un minuto en el Campo Nou.
Bale, feliz
Hecha la selecci¨®n de hombres, la l¨ªnea futbol¨ªstica que traz¨® Zidane determin¨® que contra el Barcelona el Madrid jugar¨ªa a ceder el campo y el bal¨®n. En sinton¨ªa con los m¨¢s puros esquemas contragolpeadores. ¡°Nuestro plan de juego fue esperarlos¡±, declar¨® Bale, al t¨¦rmino del partido. ¡°Sabemos que somos r¨¢pidos a la contra. Lo trabajamos en los entrenamientos y funcion¨®¡±.
Bale estaba encantado con el regreso a una f¨®rmula que es la ¨²nica que ha dado resultados a la delantera que compone con Benzema y Cristiano. Hasta el s¨¢bado la llamada BBC hab¨ªa disputado tres cl¨¢sicos y los hab¨ªa perdido todos. El ¨²ltimo, el del 0-4, presidido por un planteamiento en el que Ben¨ªtez ¡ªcontra su costumbre¡ª se mostr¨® m¨¢s atrevido en su intento de adelantar las l¨ªneas, presionar alto y quitarle la iniciativa al rival. En el cl¨¢sico de noviembre el Madrid tuvo el 44% de la posesi¨®n del bal¨®n, hizo 12 faltas y produjo 662 acciones de juego; mientras que el s¨¢bado tuvo el bal¨®n el 32% del tiempo, hizo 15 faltas y se mostr¨® mucho m¨¢s expectante con solo 525 acciones.
El Madrid sali¨® al Camp Nou a contragolpear y acab¨® haciendo m¨¢s da?o que en noviembre. La suma de remates hacia la porter¨ªa de Bravo pas¨® de 13 a 15 con un aumento de la producci¨®n de tiros de los tres atacantes. Cristiano, de dos a cinco; Bale, de dos a cuatro; y Benzema de dos a cuatro. Los goleadores se desataron. A cambio, defendieron menos. Si en noviembre la BBC rob¨® en conjunto cuatro pelotas en el Camp Nou rob¨® solo dos. La viscosidad de Casemiro, un pulpo que arrebat¨® 16 balones al Bar?a, desahog¨® a las figuras.
No son las ideas lo que marca la distancia entre Ben¨ªtez y Zidane. Es el carisma, la fe contagiosa, y el respeto que le profesan unos jugadores que necesitan reivindicarse como profesionales.
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