La factura de portar la bandera

Habla David Ferrer en tono cercano y bajito, porque el esfuerzo obliga y porque acostumbra a generar una atm¨®sfera de confianza con los periodistas, y con casi cualquiera que se cruce al paso. ¡°?Sabes, David, que es la octava vez que llegas a los octavos aqu¨ª, en Par¨ªs?¡±, se le pregunt¨® nada m¨¢s poner el culo en la silla, despu¨¦s de superar a Feliciano L¨®pez (6-4, 7-6 y 6-1, en 2h 23m) en un pulso fragmentado en dos episodios porque, s¨ª, otra vez, un d¨ªa m¨¢s, la lluvia regres¨® en forma de aguacero y truenos estruendosos a Roland Garros, pendiente todos los d¨ªas del cielo y el dichoso parte del tiempo.

¡°La verdad es que no, no ten¨ªa ni la m¨¢s m¨ªnima idea¡±, respondi¨® el alicantino, citado en la siguiente ronda con el checo Tomas Berdych (4-6, 6-3, 6-2 y 7-5 a Pablo Cuevas) y que por segunda vez este a?o, este curso en el que el s¨®leo tan malas pasadas le ha jugado, logr¨® enlazar tres partidos consecutivos ganados. ¡°S¨ª, en Australia y aqu¨ª. Por lo menos, dentro de lo malo, lo he hecho en dos Grand Slams, ?no?¡±, precis¨® el de X¨¤bia, que hace dos meses cumpli¨® 34 a?os y al que cada vez le cuesta m¨¢s mantener el ritmo y darle continuidad a su cuerpo, por una cuesti¨®n meramente fisiol¨®gica. ¡°Antes era un toro, pero ahora no recupero igual¡±, confiesa.

Acumula Ferrer m¨¢s de 17 temporadas en el circuito profesional. Trabajado como pocos, el espa?ol ha atravesado un periodo dif¨ªcil en estos primeros cinco meses de 2016, porque el m¨²sculo de la pierna le dio tantos problemas que tuvo que renunciar a Montecarlo y Barcelona, esta ¨²ltima una plaza que le gusta especialmente. Ha jugado este a?o 31 partidos, muchos de ellos con molestias, y a¨²n no ha tenido alegr¨ªa alguna cuando a estas alturas del a?o pasado ya hab¨ªa celebrado tres t¨ªtulos (Doha, R¨ªo de Janeiro y Acapulco).

¡°Este a?o no est¨¢ saliendo como otros, pero tiene que llegar alg¨²n d¨ªa en el que no est¨¦ entre los mejores, o s¨ª; no me preocupa. Mi prioridad no es esa tensi¨®n de estar arriba, es crecer personalmente y profesionalmente para aceptar los momentos en los que no ganas tanto y aceptar ese rol. ¡°Todav¨ªa me lo paso bien jugando al tenis, sigo en el mercado y al final del a?o ya veremos¡±, expres¨® ya hace unos d¨ªas. ¡°Es l¨®gico que conforme vas cumpliendo a?os al cuerpo le cueste. Es como la vida misma, no hay otra que aceptarlo y buscar soluciones para que no pase a menudo¡±, agreg¨® ayer.

El "calvario" de Roger Federer

Feliciano, compa?ero de hornada, concibe los contratiempos como algo natural. ¡°Obviamente, con 34, 35 o 36 a?os es normal tener problemas. Lo raro ser¨ªa que no nos pasara¡±, indica el toledano, una excepci¨®n, porque a lo largo de su trayectoria las lesiones le han respetado. Hasta hace poco, este a?o, tambi¨¦n a Roger Federer, ahora entre algodones por unos problemas de espalda que trastocaron por completo su calendario y le apartaron de Par¨ªs. El suizo tuvo, adem¨¢s, que pasar por el quir¨®fano (por primera vez) para reparar un menisco. ¡°Tiene que estar siendo un calvario para Roger¡±, se?ala Feli; ¡°porque no se ha perdido pr¨¢cticamente ning¨²n torneo en su vida y no est¨¢ podiendo tener ritmo. Ha jugado tres torneos en un a?o y es una pena para el tenis, porque cuando ¨¦l y Rafa est¨¢n siempre es mucho m¨¢s interesante¡±.

Para la actual generaci¨®n, los Ferrer, Feliciano, Nadal y Federer, o en el cuadro femenino Serena Williams, comienzan a ser ya muchos a?os portando la bandera y a la generaci¨®n de estrellas venidera ¨CKyrgios (21), Thiem (22) y Zverev (19) a la cabeza¨C a¨²n le queda un buen trecho. La exigencia crece y el desgaste se nota entre los veteranos. Y el ¨²ltimo en sentirlo ha sido Nadal, diezmado de la mu?eca izquierda. ¡°Era el peor escenario para Rafa retirarse aqu¨ª, de un sitio donde ha ganado nueve veces. Era algo muy especial para ¨¦l, pero estas cosas son parte de nuestra vida y al final uno tiene que tomar decisiones, por muy dolorosas que sean¡±, lamenta Feli; "el tenis no es solo un torneo, a pesar de que sea el m¨¢s importante de su vida, as¨ª que debe pensar en el resto del a?o. Uno debe estar preparado para estas cosas¡±.