La pena m¨¢xima de Juanfran
El lateral rojiblanco estrella contra el poste el penalti que dio la ventaja decisiva en la tanda al Real Madrid
El penalti. Ese lance que se entiende como un tr¨¢mite sencillo, pero que tiene ese juego macabro en el que la psicolog¨ªa engrandece al portero y empeque?ece la porter¨ªa a ojos del lanzador. Esa suerte que en las grandes citas mide el temple de los jugadores. Ante esa acci¨®n en la que el golpeador tiene m¨¢s que perder que ganar se present¨® Juanfran en el cuarto penalti del Atl¨¦tico. Intimidador Navas y tambi¨¦n larg¨®n. Manejando el manual de los porteros resabiados. Bailando y balance¨¢ndose sobre la l¨ªnea de gol, agitado los brazos y ensanchando el pecho como hacen algunos animales para intimidar a sus rivales. El penalti le quit¨® la gloria al Atl¨¦tico por tercera vez. El penalti que estall¨® Juanfran contra el poste es ya el tercer estigma en la historia del Atl¨¦tico en su abordaje en un t¨ªtulo que se resiste entre paisajes dram¨¢ticos y golpes de infortunio. Schwarzenbeck, el cabezazo de Ramos y ahora ese endiablado lanzamiento a la base del poste de Juanfran.
La mala historia, el mal recuerdo se ceba con un jugador que es uno de los mayores ejemplos de progresi¨®n a las ¨®rdenes de Simeone. Su crecimiento ha sido paralelo al del equipo en estos cuatro a?os. Hacia ¨¦l se fueron sus compa?eros para consolarle. Hab¨ªa contemplado el lanzamiento de Cristiano Ronaldo en el c¨ªrculo central. Sentado, quiz¨¢ ya acomod¨¢ndose en la soledad del dolor inconsolable. Cuando comprob¨® que no habr¨ªa otra oportunidad, que Cristiano ya celebraba, se dej¨® vencer hacia tras. All¨ª fueron todos sus compa?eros, pero rechaz¨® sus consuelos con las l¨¢grimas en los ojos. Juanfran, el optimista permanente termin¨® por derrumbarse y con ¨¦l los hinchas atl¨¦ticos, y muchos de sus futbolistas. ?l, que tuvo que convencer cuando lleg¨® a Atl¨¦tico que su pasado madridista no le inhabilitaba para defender los colores rojiblancos, ha escrito el cap¨ªtulo que menos deseaba.
Del penalti, esos 11 metros que cambian la historia de un jugador o de un club, tambi¨¦n fue v¨ªctima Griezmann al inicio del segundo tiempo. Botaba la pelota mirando al suelo y trataba de no prestar atenci¨®n a todo ese ritual de Keylor Navas. Pero se la prest¨®. Zurdo delicado, ejecut¨® un lanzamiento potente y alto por el centro. No quiso arriesgar al enga?¨® Griezmann y se encontr¨® con esa estampida del bal¨®n en la parte inferior del larguero y ese bote traicionero hacia afuera. Quiz¨¢ record¨® que Navas ya le hab¨ªa detenido un penalti en Liga en el Vicente Calder¨®n este mismo curso.
Un golpeo violento
El penalti es capaz de transformar a un lanzador de golpeo suave y colocado, como demostr¨® en la tanda, en un zurdo inseguro que crey¨® que el golpeo violento le aseguraba el ¨¦xito. Todo lo contrario. Una semana antes, Griezmann hab¨ªa fallado un penalti durante el partidillo entre titulares y suplentes. ?Un presagio?
Ese penalti de Griezmann pudo darle el empate, pero estaba reservado a Carrasco. El f¨²tbol de los extremos es libertario. Y es imperecedero, aunque muchos entrenadores modernos de la pizarrerer¨ªa quisieron extinguirlos. No hay f¨²tbol sin regate y no hay sistema que lo resista cuando un driblador est¨¢ en plena crecida. Carrasco tiene el aroma de los viejos extremos , mezclado con el burl¨®n freestyle callejero. ¡°El regate me da placer¡±, suele decir. Y a Danilo le gener¨® dolor ese cambio que hizo Simeone. Le bail¨® Carrasco desde que piso la hierba con la ley integral de los extremos. Es decir, le quebr¨® por dentro y por afuera en el sumun del arte del enga?o. Y hasta se puso barroco con una pisadita por detr¨¢s y una ruleta para escarnio de Danilo. A lomos de su habilidad el Atl¨¦tico se envalenton¨® y tambi¨¦n empat¨®. Caz¨® Carrasco un centro de primeras de Juanfran, viejo extremo que ha alcanzado la elite del f¨²tbol espa?ol como lateral, aunque luego fuera se?alado por ese lanzamiento fatal para ¨¦l y para la historia de su equipo.
El f¨²tbol volvi¨® a ser cruel con el Atl¨¦tico, que quiz¨¢ tambi¨¦n comprob¨® c¨®mo 15 minutos pueden valer una Copa de Europa. Sin f¨²tbol de trincheras no hay Atl¨¦tico, y en ese tiempo del inicio en el que no se encontr¨® se le escap¨® el t¨ªtulo. Si alrededor del jugador del Madrid que recib¨ªa no hab¨ªa un enjambre rojiblanco aguijoneando para sacarle la pelota, es que el equipo m¨¢s inc¨®modo de Europa no estuvo en el campo. Ah¨ª recibi¨® el gol que no pudo enmendar Griezmann. De penalti¡ Y tampoco corregir Juanfran.
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