Alemania no sale del atolladero de Polonia
El equipo de L?w, incapaz de expresarse en ataque, firma las tablas ante un rival de defensa fuerte y contra el¨¦ctrica
En el t¨²nel de vestuarios, un corrillo de jugadores del Bayern compuesto por M¨¹ller, Neuer y el reci¨¦n llegado Hummels cuchicheaban con su compa?ero aunque anoche rival Lewandowski. Todos re¨ªan como si nada, como si no hubiera un encuentro de la Eurocopa entre dos rivales hist¨®ricos. Pero sobre el c¨¦sped cambi¨® el asunto. As¨ª lo aclar¨® en el sorteo el mismo Lewandowski, que escogi¨® cara, venci¨® y solo por incordiar decidi¨® cambiar de campo. Pero de eso se trataba anoche para Polonia: crear un atolladero en su casa para expresarse a la contra en la opuesta. Le sali¨® bien la primera premisa y con eso le bast¨® para empatar ante una Alemania que reclama a gritos un 9, un futbolista de referencia que sujete a los centrales para evitar las m¨²ltiples ayudas defensivas.
El equipo germano jugaba con el bal¨®n pero no con el rival, incapaz de superar las dos l¨ªneas de cuatro que plante¨® Polonia en campo propio. La defensa sal¨ªa sin apuros desde la ra¨ªz ¡ªa no ser que fuera un saque de portero, cuando el rival hac¨ªa la presi¨®n alta¡ª y la pelota llegaba con nitidez a los pies de Kroos, que la mov¨ªa con tino. Ahora aqu¨ª; ahora all¨¢. Toques en corto y en largo para exigir las basculaciones rivales y para encontrar el hueco que subrayara a los atacantes. Pero los pases, aunque buenos y tensos, no lograban ofrecer ventajas o superioridades a Alemania, est¨¦ril ante el ejercicio de solidaridad e intensidad polaco. Por lo que a la que llegaba a la zona de tres cuartos, se dilu¨ªa. Era un guirigay: Khedira no se estiraba, pendiente de las contras rivales; ?zil no daba pie con bola y reclamaba al aire justicia divina; M¨¹ller estaba por la derecha ¡ªfuera de sitio¡ª y apenas participaba del juego; Draxler se rebelaba desde la izquierda, ¨²nico con quiebro y aspersor en la bota; y G?tze¡ estaba en el campo pero como si no.
Gran ocasi¨®n de Milik
Gozaba Polonia del encuentro y su maduraci¨®n, conforme porque no comet¨ªa errores atr¨¢s y todo pod¨ªa darse a la contra. Por eso repet¨ªa con gusto su librillo. Se trataba de encimar a la segunda l¨ªnea alemana, donde se acentuaban los guardianes Krychowiak y Maczynski, inmunes al desaliento y con la patada como saludo, el mejor desactivador posible para un ?zil que nunca fue de meter la pierna. As¨ª, sin que se pudieran girar ni construir desde la sala de m¨¢quinas, Polonia recuperaba el bal¨®n para salir con garbo y prisas. La primera parada era Milik, que actuaba de mediapunta en el repliegue. Y de sus botas pod¨ªa variar la direcci¨®n del ataque: o a las bandas, donde corr¨ªan como descosidos Grosicki y Blaszczykowski; o al movimiento de Lewandowski. No es que les saliera demasiado bien ¡ªcorri¨® la defensa alemana con eficacia hacia atr¨¢s¡ª, pero se fiaban a la punter¨ªa de un Lewandowski que aunque no marcara ni se presentara en el ¨¢rea rival, todos sus movimientos facilitaban el juego colectivo.
No parec¨ªa que la campeona del mundo se midiera con un equipo al que s¨®lo le ha batido una vez en su historia. Era una Alemania desnortada y sin ingenio, torpe en las zonas calientes y sin pegada. Se relam¨ªa el rival, pertinaz en su idea y gallardo en la ejecuci¨®n. Hasta disfrut¨® de una ocasi¨®n inmejorable que Milik malogr¨®. Fue en una jugada trenzada que deriv¨® en el costado derecho, donde Grosicki sac¨® un centro medido. Pero Milik, enga?ado por el salto de Boateng, perdi¨® de vista el bal¨®n y cuando remat¨® lo hizo con la punta de la nariz y hacia fuera. La r¨¦plica alemana llegaba a hurtadillas, con disparos lejanos de Khedira, una llegada de Kroos y un chut de G?tze.
Algo que no funciona en la estrategia de L?w, empecinado en seguir con el falso 9. G?tze no sabe jugar de espaldas a porter¨ªa sino que prefiere tener visi¨®n panor¨¢mica y el equipo se desdibuja en el ¨¢rea contraria. As¨ª lo entendi¨® la afici¨®n alemana, que reclam¨® a Mario G¨®mez. Y as¨ª lo comprendi¨® el t¨¦cnico, que primero quit¨® a G?tze para dar cabida al extremo Sch¨¹rrle ¡ªM¨¹ller se coloc¨® de ariete ocasional¡ª y despu¨¦s coloc¨® a Super Mario en el frente del ataque. Con una referencia, Alemania recobr¨® el color con un disparo de Kroos y otro de ?zil que Fabianski escupi¨®. Pero ya era tarde y no hab¨ªa quien le sacara del atolladero, de un empate que, sin embargo, les deja en la orilla de la siguiente ronda.
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