Espa?a ve la playa
La selecci¨®n ya se ha disparado en las quinielas. Ha subido a la afici¨®n al carro de forma inesperada gracias al eco de Sud¨¢frica, el reflejo de Ucrania
Espa?a acamp¨® en su banda izquierda. Lo hizo como si hubiese encontrado un r¨ªo. Alba vio p¨¢jaros y llam¨® a Iniesta, Iniesta avis¨® a Nolito. Parec¨ªan los de la playa de Danny Boyle, esos semim¨ªsticos que terminan muriendo de pureza. Se daban el bal¨®n con tanto gusto que no exist¨ªa la porter¨ªa ni la violencia, tampoco la traici¨®n ni las medicinas. Hasta que, cansado en Niza, donde es m¨¢s f¨¢cil cansarse de champ¨¢n y MDMA, Nolito emboc¨® un centro perfecto que ten¨ªa mucho de sus disparos: un arco que sobrevol¨® el ¨¢rea hacia la cabeza de un depredador, ?lvaro Morata. Fue un golazo. Sucedi¨® rapid¨ªsimo. Espa?a hab¨ªa encharcado el campo de gasolina con una red monstruosa de pases que fing¨ªan ser inocuos; en cuanto Morata prendi¨® la mecha Turqu¨ªa ardi¨® como una iglesia. Y hacia ella, olfateando, se acercaron todos los espa?oles a recoger el bot¨ªn. Donde hay Dios, se dec¨ªa en el medievo, hay sexo; las obras de los templos atra¨ªan a los alba?iles, como las gaviotas, a los tiburones.
Fue una matanza sin m¨¢scaras. Espa?a, que ante la Rep¨²blica Checa hizo de su f¨²tbol un espect¨¢culo dulce, agradecido con el rival por lo poco que ten¨ªa de colmillo, se deshizo en sangre ante Turqu¨ªa. Para ello necesit¨® a la artiller¨ªa, Morata y Nolito, dos delanteros que se complementan. El segundo caracolea, ratonea, se arregla solo partiendo de una banda; el primero abofetea. Son los beneficiarios del seguro de vida que se han hecho Iniesta y Cesc, especialmente el cul¨¦. Iniesta levant¨® los sesos de Turqu¨ªa abriendo por la mitad la defensa con un pase a Alba que supuso la condena del tercero, un gol en fuera de juego tan claro que la repetici¨®n pas¨® de todo y se obsesion¨® con el gesto de Iniesta. Pase con el exterior del pie y movimiento hacia la izquierda, como si se deslizase producto de una gravedad inventada para ¨¦l; la que sucede despu¨¦s de dar un pase de gol. Alba, que corri¨® todo el partido con la banderita de los que anuncian el ej¨¦rcito a caballo, se la dio a Morata, que cumpli¨® la segunda asignatura pendiente tras el golazo: marcar tambi¨¦n de chorra.
Jordi Alba le marc¨® el en¨¦simo desmarque a Iniesta y ¨¦l le dijo que tranquilo, queda mucha Eurocopa
Espa?a ya se ha disparado en las quinielas. Ha subido a la afici¨®n al carro de forma inesperada gracias al eco de Sud¨¢frica, el reflejo de Ucrania. Es un equipo que ha aprendido a mirar al contrario adem¨¢s de mirarse a s¨ª mismo. Hace de la presi¨®n una herramienta de tortura y del ataque una servidumbre que obliga a laterales y centrales a asomarse a alturas de riesgo. Se da pausa y se acelera a gusto de Iniesta, al que ayer Alba le marc¨® el en¨¦simo desmarque por su banda y el manchego, tras contemplar su carrera, le dijo que tranquilo. Que quedaba poco partido y mucha Eurocopa. Alba regres¨® del fuera de juego un poco m¨¢s viejo y un poco m¨¢s sabio.
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