El Real Madrid inaugura la pretemporada con una derrota ante el PSG en Ohio

En Ohio, en el primer partido del Real Madrid esta pretemporada, en ese torneo denominado International Champions Cup, se vieron multitud de equipos al mismo tiempo. El p¨²blico que abarrotaba el tercer estadio de f¨²tbol americano m¨¢s grande de Estados Unidos pudo ver una versi¨®n relativamente parecida del equipo que gan¨® la ¨²ltima Liga de Campeones, al campe¨®n de Francia sin algunas de sus mejores alhajas, y al Madrid Castilla en todo su esplendor. Lo curioso es que el PSG de Unai Emery super¨® con relativa facilidad al rival m¨¢s fiero, y sufri¨® de lo lindo con el aspirante menos engalanado. De todas formas, las conclusiones que se desprenden de este tipo de partidos son m¨¢s individuales que de grupo, pues es ahora cuando los jugadores luchan por defender una plaza y no una parte del todo. El resultado, 1-3 para el PSG de Emery -los cuatro tantos en la primera parte-, se correspondi¨® s¨®lo con lo ocurrido en un primer acto no muy aplaudido por Zidane.

En la libreta del franc¨¦s, que la tendr¨¢, porque todos los entrenadores tienen una, habr¨¢ se?alizado en rojo, o amarillo, depende de sus preferencias crom¨¢ticas, que su defensa demuestra, adem¨¢s de las vulnerabilidades propias de la falta de ritmo competitivo tan t¨ªpicas de la pretemporada, alg¨²n que otro problema a la hora de hacer frente a rivales con notable br¨ªo f¨ªsico. Vale que en el encuentro ante el PSG ni Ramos ni Pepe formaron parte de ella, pero Danilo y Marcelo s¨ª ser¨¢n habituales de una parcela que debe mantener un porcentaje de ¨¦xito elevado si quiere construir de nuevo un equipo ganador. Fue especialmente el ex del Oporto quien se mostr¨® m¨¢s lejos del nivel esperado, lo que en las entra?as del Bernab¨¦u genera de nuevo esa sensaci¨®n de malestar que la temporada pasada desemboc¨® en m¨¢s de una pitada en su contra. Su paisano, por el contrario, volvi¨® a rendir en ataque y a mostrarse, de nuevo, como mejor soluci¨®n ofensiva llegada desde atr¨¢s.

Con Casemiro ejerciendo de salvaguarda, o de sereno de su equipo, ni Kovacic ni Isco se bastaron para impedir que Moura o Meunier se asomaran a menudo por la porter¨ªa de Casilla. Sin Kroos y Modric, a quienes Zidane considera indiscutibles, la batuta ofensiva del Madrid recay¨® en Ohio en Isco. Alborotador y escurridizo como es, el malague?o descabalg¨® por momentos a un PSG de pi?¨®n fijo, al que se le advirti¨® continuamente una velocidad m¨¢s en su bicicleta. Si acaso Morata, titular junto a Jes¨¦ en la punta del ataque en un 4-4-2 algo el¨¢stico, demostr¨® que sus movimientos -ca¨ªdas en banda, juego de espaldas- no son necesariamente incompatibles con los de Benzema, a quien se le presupone por delante en las preferencias de Zidane.

El gol de Ikon¨¦ nada m¨¢s comenzar el partido -se march¨® de Lucas V¨¢zquez, Danilo, Casemiro y Kovacic con asombrosa facilidad-, y el doblete de Maurier, que salt¨® al campo en sustituci¨®n de Thiago Silva, evidenciaron la falta de sincron¨ªa de la defensa blanca. Marcelo, desde el punto de penalti, recort¨® diferencias antes del descanso. Tras ¨¦l, Zidane cambi¨® al once al completo, dando entrada a todo ese sector de meritorios que ha incluido en la gira americana. De entre todos ellos destacaron Asensio, Marcos Llorente y Mariano. El primero fue quien m¨¢s protagonismo tuvo, llegando a generar las mejores ocasiones en ataque del Madrid por ambos costados. Tocaron bien los blancos lo que provoc¨® un incremento exagerado en la contundencia del PSG, que lleg¨® a recibir los pitos del estadio por su pasividad.

El partido, el segundo de la noche, acab¨® tal y como empez¨® el primero, lo que para los 11 secundarios supuso algo a celebrar. De hecho, es probable que si los 45 minutos aparecen en rojo en el bloc de notas de Zidane, los segundos lo hagan en verde. Aunque a los cuadernos de verano despu¨¦s no se les haga demasiado caso.