La Premier suelta otro martillazo
El consuelo que ten¨ªa la liga espa?ola era que un Bar?a-Madrid era lo m¨¢s grande que hab¨ªa. Ya no. O, al menos, ya tiene rival
"Dios est¨¢ siempre del lado de los grandes batallones¡± (Voltaire).
Despu¨¦s del coitus interruptus fifero, de los partidos internacionales que con tediosa previsibilidad nos frustran la juerga al inicio de cada temporada, la Premier League vuelve m¨¢s potente que nunca, un martillo para sus rivales europeos.
El consuelo que ten¨ªa la liga espa?ola era que un Bar?a-Madrid era lo m¨¢s grande que hab¨ªa. Ya no. O, al menos, ya tiene rival. La fiebre mundial que ha despertado el derbi de Manchester, entre el United y el City, ya es comparable a la del supercl¨¢sico espa?ol. El trepidante partido que acabaron disputando indica que con el paso del tiempo la cita entre los dos gigantes del noroeste ingl¨¦s ir¨¢ a m¨¢s.
El f¨²tbol es m¨¢s que un juego de 90 minutos. La expectativa que genera un partido es f¨²tbol tambi¨¦n. En el caso del este United-City los medios ingleses, y los de medio mundo, empezaron el lunes pasado a replicar el frenes¨ª visto en las p¨¢ginas deportivas espa?olas en v¨ªsperas de un Madrid-Bar?a.
Hasta ahora un derbi entre los dos equipos de Manchester era de gran inter¨¦s para los aficionados de ambos equipos, y poco m¨¢s. Ahora tanto los habitantes de Inglaterra como los de Espa?a, China y EE UU se han pasado la semana absorbiendo disecciones minuciosas, an¨¢lisis hist¨®ricos y perfiles psicol¨®gicos de los rivales. Es decir, de los dos t¨¦cnicos rivales.
Hasta que comenz¨® el partido los 22 jugadores sobre el c¨¦sped eran de importancia secundaria, como los extras en una superproducci¨®n de Hollywood. El p¨²blico global se centr¨® d¨ªa tras d¨ªa en el duelo entre Jos¨¦ Mourinho y Pep Guardiola ¡ªlos Batman y Joker, los Darth Vader y Luke Skywalker, los Bond y Goldfinger del mundo del f¨²tbol¡ª.
Tres d¨ªas antes del partido los medios ya hab¨ªan repasado todos los choques que Mourinho y Guardiola tuvieron cuando entrenaban al Madrid y al Bar?a, las famosas citas (¡°puto amo¡±, ¡°?por qu¨¦? ?por qu¨¦?¡±), los antagonismos filos¨®ficos, el dedo en el ojo, y dem¨¢s. Cr¨ªticas indirectas a Mourinho de jugadores del Chelsea, su anterior equipo, llenaron portadas; como tambi¨¦n lo hicieron las m¨¢s rotundas a Guardiola de parte de Zlatan Ibrahimovic, nuevo jugador del United, y de Mino Raiola, agente de otro flamante fichaje del United, Paul Pogba. Que Guardiola ¡°no es un hombre¡±, que ¡°no tiene cojones¡±. Y tal.
Guardiola coment¨® en su rueda de prensa del viernes que el ruido sobre la rivalidad entre ¨¦l y Mourinho era ¡°una cuesti¨®n medi¨¢tica¡±. Bueno, s¨ª y no. Los medios, como los restaurantes, le dan al p¨²blico lo que el p¨²blico quiere. Nunca est¨¢ muy claro cual viene primero, la gallina o el huevo. En cualquier caso, Guardiola, como todos los que viven del f¨²tbol, deber¨ªa agradecer a los medios. Si no alimentaran el hambre de morbo, si no se hicieran eco del deseo de las grandes masas de que no acabe la pel¨ªcula interminable de duelos y revanchas entre ¨¦l y Mourinho, el primer encuentro entre ambos como entrenadores del United y el City hubiera generado menos inter¨¦s que el que se disput¨® horas m¨¢s tarde entre el Liverpool del carism¨¢tico Jurgen Klopp y el Leicester, actual campe¨®n ingl¨¦s.
Lo que acabamos viendo en el partido, que el City gan¨® por dos goles a uno en campo contrario, es que Mourinho y Guardiola son mucho m¨¢s que un par de actores de cine. Ambos han transformado a sus equipos. Con Louis van Gaal, la temporada pasada el United aburr¨ªa a las ovejas; con Manuel Pellegrini, los jugadores del City jugaban como ovejas. El United de Mourinho pele¨® hasta el final con furia carn¨ªvora; el City de Guardiola confirm¨® las expectativas m¨¢s optimistas de sus aficionados: tambi¨¦n luch¨® por todos los balones pero cuando tuvo la posesi¨®n (m¨¢s del 60 por ciento del tiempo) exhibi¨® una categor¨ªa pocas veces vista en la historia de la Premier.
El partido fue la peor pesadilla para aquellos que aspiran a que la liga espa?ola compita un d¨ªa con la inglesa por las fortunas que generan los derechos televisivos mundiales. El nuevo supercl¨¢sico tuvo el dramatismo que siempre caracteriza a la Premier m¨¢s los valores agregados que le faltaban: clase, elegancia y arte.
Como para meter el dedo en la llaga, un par de horas m¨¢s tarde el Real Madrid le meti¨® cinco goles a Osasuna. Zzzzzzz¡
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