El Valencia sufre para ganar al Alav¨¦s
Parejo transforma un penalti en los ¨²ltimos minutos y da al equipo che la primera victoria
El efecto Voro surti¨® efecto en Mestalla. Con las mismas miserias y escasas virtudes que arrastra de la temporada pasada y en el comienzo de la presente, el Valencia consigui¨® su primera victoria del curso, con orgullo y sin f¨²tbol, bals¨¢mica como pocas, celebrada por la afici¨®n valencianista como si se hubiese clasificado para una final europea. Venci¨® al Alav¨¦s y no pareci¨® poca cosa, saludando los jugadores en el centro del campo al terminar el partido, en una comuni¨®n perfecta con la grada, maniquea como pocas.
Con el empate en el marcador y escaso juego, Mestalla la cogi¨® con Parejo, para bien y para mal protagonista en el c¨¦sped, por su compromiso con la posici¨®n de mediocentro que ocupa, no siempre d¨²ctil en la creaci¨®n como ante el Alav¨¦s. Parejo pas¨® de villano a h¨¦roe, al asumir la responsabilidad de lanzar el penalti en los instantes finales del partido, cuando el empate parec¨ªa invariable, por la torpeza del Valencia y la escasa ambici¨®n del Alav¨¦s, condenado por un gol en propia puerta y un tropiezo de ¨²ltima hora de Marcos Llorente con Bakkali, la ¨²ltima bala que Voro introdujo para cambiar el resultado final. Tiene ¨¢ngel el entrenador de urgencia al que el Valencia recurre entre las transiciones por los cambios en el banquillo caliente de Mestalla. La s¨¦ptima victoria de nueve partidos dirigiendo Voro al Valencia que abandona la posici¨®n de colista.
El t¨¦cnico que asuma el banquillo de Mestalla tiene trabajo por delante. Y mucho, al igual que la parcela deportiva que se supone competencia de Garc¨ªa Pitarch, con una plantilla que presenta m¨¢s sombras que luces, sin un nueve referencia, Munir no es Alc¨¢cer, con un centro del campo limitado en recursos, falto de l¨ªderes en el terreno de juego, fundamental tambi¨¦n en la direcci¨®n en un equipo en construcci¨®n.
Con respecto a Ayestar¨¢n, Voro no cambi¨® una coma en la presentaci¨®n del esquema, s¨ª en el transcurso del encuentro, ni de salida los protagonistas, tampoco dispone el Valencia de una plantilla profunda y sublime, un buen grupo de futbolistas sin m¨¢s a falta de formar un conjunto y desarrollar una idea, con todo, con aparentes m¨¢s mimbres que el Alav¨¦s, dedicado en un principio a mantenerse en pie, sometido el conjunto vitoriano a la intensidad del Valencia con m¨¢s intenci¨®n que lucidez.
Conocedor de la casa por su etapa de jugador y breve estancia como entrenador, el plan inicial de Pellegrino requer¨ªa de contenci¨®n y paciencia. Todo lo que no consiguiera el Valencia sumaba a favor del Alav¨¦s, protegido a trav¨¦s del esf¨¦rico. Sin continuidad en el juego ni precisi¨®n en el pase, el conjunto che encontr¨® aliento con un aliado inesperado. Laguardia, en un intento de despeje, cabece¨® con precisi¨®n en direcci¨®n contraria, hacia la porter¨ªa de Pacheco, tras un centro enroscado de Gay¨¤, lo mejor del conjunto che hasta esos instantes, despu¨¦s de 28 minutos de partido.
El gol apenas cambi¨® la din¨¢mica de un Valencia partido en dos, unos pocos defienden y otros menos atacan, desordenado en la presi¨®n, con m¨¢s soltura el Alav¨¦s, cada vez m¨¢s cerca del ¨¢rea de Alves, con un Toquero incombustible, protagonista en el ¨²ltimo instante del primer acto, autor del empate tras rematar de cabeza sin oposici¨®n alguna a la salida de un c¨®rner. Ni la defensa de las jugadas a bal¨®n parado es el fuerte del Valencia en este arranque de temporada.
Con Santi Mina sustituto del intrascendente Rodrigo, tras el descanso el Valencia aument¨® los decibelios, con m¨¢s presencia que esencia en el ¨¢rea de Pacheco que contempl¨® con alivio como el poste izquierdo se aliaba con ¨¦l tras un cabezazo de Mangala, en un partido ya falto de gobierno, con m¨¢s fuego el Valencia, cadente y ordenado el Alav¨¦s conforme con lo que acontec¨ªa, salvaguardando el punto y esperando su momento, impacientando a Mestalla, con Parejo de nuevo centro de las iras, sin esconderse el de Coslada mientras su acompa?ante en el eje, Enzo P¨¦rez, capit¨¢n del equipo ni se muestra ni ofrece soluci¨®n alguna. Y Parejo, como tantas veces ha sucedido en Mestalla pas¨® de villano a h¨¦roe, al trasformar la pena m¨¢xima a tres minutos del final, tras se?alar el ¨¢rbitro un penalti por un tropiezo de Marcos Llorente con el revulsivo Bakkali. Respira el Valencia con la victoria. Una vez m¨¢s gracias al efecto Voro.
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