Djokovic apaga el fuego
Despu¨¦s de ceder el primer set ante el prometedor Thiem, el serbio se impone en su estreno en la Copa de Maestros (6-7, 6-0 y 6-2, en 2h 02m). Raonic vence a Monfils en el otro partido (6-3 y 6-4)
Subi¨® el tel¨®n del O2, se abri¨® de par en par la puerta y la cl¨¢sica erupci¨®n de humo que acompa?a la salida de los tenistas a la pista dio la bienvenida a Novak Djokovic. ¡°Lo hemos dicho varias veces, pero aqu¨ª los jugadores nos sentimos casi como estrellas del pop¡±, expres¨® el serbio despu¨¦s de su puesta de largo en la Copa de Maestros, resumida en un electr¨®nico favorable (6-7, 6-0 y 6-2, en 2h 02m) y tambi¨¦n algo enga?oso, porque el joven Dominic Thiem le lanz¨® un serio aviso, a ¨¦l y a los veteranos que todav¨ªa mandan en el circuito de la ATP: si alguno de ellos se despista, el relevo ya est¨¢ aqu¨ª.
El austriaco propuso lo que mismo que lleva haciendo toda la temporada, esto es, un juego fabuloso que a sus 23 a?os ya le convierte en al m¨¢s firme aspirante a ocupar la zona de privilegio, el espacio en el que las nuevas caras han de ir haci¨¦ndose un hueco conforme los Ferderer, Nadal y compa?¨ªa vayan ech¨¢ndose a un lado. Thiem, austriaco (1,85 y 81 kilos), chico discreto y a¨²n desconocido para aquellos que no siguen el tenis de cerca, es el gran se?alado, el alumno aventajado. Tiene talento y poso, la mentalidad adecuada y los pies sobre el suelo. Ahora, dicen los expertos, todo es cuesti¨®n de tiempo; Thiem, dicen, llegar¨¢ a la cima.
De momento todo son buenas se?ales. Este a?o debuta en el O2 de Londres, un torneo que no acepta la duda ni el titubeo, por lo que ¨¦l sali¨® con fuerza y le envid¨® a Nole sin pens¨¢rselo. T¨¦cnicamente ya est¨¢ a la altura de los mejores y por eso no extra?¨® verle al de Belgrado rebasado en m¨¢s de una ocasi¨®n, por los suelos, viendo pasar la bola por uno u otro costado porque fue un tanto kamikaze en el inicio, con subidas mal medidas y demasiado atolondradas, y porque la derecha del austriaco coloca la bola en el punto exacto la mayor¨ªa de las veces.
As¨ª, sin complejos, le birl¨® el primer set a Djokovic, aunque en el tie-break se le encogi¨® un poco el brazo y no lo consigui¨® ¨Cdos dobles faltas mediante¨C hasta el tercer intento. Como el serbio no est¨¢ en su mejor momento, muchos pensaron que tal vez pod¨ªa producirse la sorpresa, que quiz¨¢ Thiem pod¨ªa mantener el tono y llevarse el gato al agua, pero una cosa es la que se avecina (el futuro a corto plazo; Thiem, tal vez, alg¨²n d¨ªa en lo m¨¢s alto) y otra el orden presente. Djokovic, en mejor o peor estado, sigue siendo Djokovic, ganador de cinco ediciones de la Copa de Maestros ¨Clos ¨²ltimos cuatro a?os de forma consecutiva¨C, 12 t¨ªtulos del Grand Slam y hasta hace nada el indiscutible rey de la ATP. Ahora, con el orgullo herido, tiene la misi¨®n de rebatir la ascendencia de Andy Murray, as¨ª que tras ceder el primer parcial se recompuso y replic¨® como una fiera.
Apag¨® el fuego (rosco en la segunda manga), dej¨® a Thiem grogui en un visto y no visto, y a continuaci¨®n otra exhibici¨®n de poder, de aqu¨ª el que manda soy yo; muy en la l¨ªnea del t¨¦cnico Jos¨¦ Mourinho, presente en la grada, separado del bracelonista Gerard Piqu¨¦ por solo un asiento. Nole afin¨® y multiplic¨® los errores no forzados del austriaco (47 por 25). Mir¨® al frente y tom¨® la red (18 aciertos en 25 subidas). Atin¨® pr¨¢cticamente cada vez que tuvo la opci¨®n de romper (5 de 6) y ¨²nicamente le brind¨® una oportunidad a Thiem, que termin¨® asfixiado y con 2,3 kil¨®metros en las piernas, yendo a pescar bolas de un lado a otro. Sin premio. El orden es el orden, y todav¨ªa no ha llegado su momento, todav¨ªa no.
Al menos, as¨ª lo entiende Djokovic.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.