Leipzig, un l¨ªder nada com¨²n
Un reci¨¦n ascendido que rompe las convenciones del f¨²tbol alem¨¢n manda en la Bundesliga invicto tras once jornadas
Leipzig no es un enclave cualquiera, ciudad que ha sabido salir varias veces de la sombra y que ahora resplandece como uno de los enclaves m¨¢s pr¨®speros en la vieja Alemania del Este. Su tasa de desempleo ha pasado en los ¨²ltimos 15 a?os de estar pr¨®xima al 20% a apenas superar el 8%, compa?¨ªas como BMW o Porsche han abierto sendas plantas de producci¨®n en la zona, la vis cultural de la metr¨®poli nunca dej¨® de estar vigente. Leipzig es tambi¨¦n deporte. Present¨® sin ¨¦xito su candidatura a los Juegos Ol¨ªmpicos de 2012. En lo futbol¨ªstico se trata de la ciudad donde naci¨® la federaci¨®n alemana, la que tuvo el primer campe¨®n germano, la ¨²nica del este del pa¨ªs que fue sede en el ¨²ltimo Mundial organizado en Europa. Hoy uno de sus equipos, el RB Leipzig, un club con apenas siete a?os de existencia, lidera la Bundesliga tras lograr el ascenso la pasada primavera. En 1998 el Kaiserslautern gan¨® la Bundesliga tras promocionar el a?o anterior, pero nadie ha sido capaz de alzar el t¨ªtulo en su primera campa?a entre los grandes.
Un equipo marcado por el resquemor ajeno
Varios botes de pintura impactaron sobre el autocar del RB Leipzig durante su desplazamiento al estadio de Leverkusen para jugar y ganar 2-3 el viernes pasado. Rudi V?ller el director deportivo del Bayer se apresur¨® a disculpar el comportamiento de sus aficionados. Ya hace un par de a?os se hab¨ªa manifestado a favor de la llegada de Red Bull y el Leipzig a la Bundesliga. ¡°Enriquecer¨¢n nuestro f¨²tbol¡±. Su equipo recibe cada a?o 25 millones de euros procedentes de Bayer, la multinacional farmace¨²tica que fund¨® el club en 1904.
Justo ante ellos hab¨ªa visto Leipzig el ¨²ltimo partido de Bundesliga antes de la actual temporada. Fue hace 22 a?os y apenas 5.400 personas se congregaron para presenciarlo en el mastod¨®ntico Zentralstadion, demolido en 2004 para levantar el nuevo coliseo y que lleg¨® a albergar en tiempos de esplendor a m¨¢s de 100.000 aficionados.
Nada es com¨²n en el devenir de un equipo singular que lleva el apellido de la ciudad y un nombre postizo RasenBallsport, una estratagema para burlar la normativa alemana que impide, con la hist¨®rica excepci¨®n de Bayer, que los equipos tengan el nombre de una empresa. Red Bull ha encontrado el resquicio para estar, sin estar, tras un proyecto en Leipzig que se discute en Alemania porque supone orillar la normativa que obliga a que el 51% de las acciones de los clubs de f¨²tbol profesionales est¨¦n en manos de sus aficionados. La compa?¨ªa de bebida energ¨¦tica, cuya mayor¨ªa pertenece a su impulsor, el austriaco Dietricht Mateschitz, factura m¨¢s de 4.000 millones de euros cada a?o e invierte una cuarta parte en acciones de marketing y patrocinio. El f¨²tbol est¨¢ en su punto de mira. En 2004 compr¨® al Austria Salzburgo, en 2006 se hizo con los MetroStars, una franquicia de la MLS en Nueva York, un a?o despu¨¦s lleg¨® a Brasil, donde mantiene un club en el campeonato paulista. En 2009, Mateschitz compr¨® la plaza en la quinta divisi¨®n de un equipo de una poblaci¨®n vecina a Leipzig por 350.000 euros y abri¨® su lata m¨¢s deseada.
La tradici¨®n futbolera en la ciudad hab¨ªa pasado por diversos vaivenes desde el viejo Leipzig, el ¨²nico en alzar tres ligas en la ciudad entre 1903 y 1913, al Lokomotive, una de las ense?as del f¨²tbol de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, el ¨²ltimo equipo de aquel fenecido pa¨ªs en llegar a una final continental. Fue en 1987 y acab¨® en derrota ante el Ajax con Cruyff en el banquillo y un solitario gol de Van Basten. Leipzig, enclave activo en las manifestaciones que precedieron al final del r¨¦gimen comunista, abraz¨® la unificaci¨®n alemana y su equipo se encuadr¨® tras la liga de transici¨®n de 1991 en la segunda divisi¨®n de la Bundesliga. Ascendi¨® dos a?os despu¨¦s y cay¨® de nuevo al siguiente para entrar en una depresi¨®n que lo llev¨® a la disoluci¨®n en 2004 y a un rescate por parte de sus aficionados en la divisi¨®n m¨¢s baja del f¨²tbol alem¨¢n. La pasada primavera ascendi¨® a la Regionalliga, cuatro categor¨ªas m¨¢s abajo que su rutilante vecino.
Sostenido por la nostalgia y una afici¨®n proclive a generar incidencias, el Lokomotive recibe en el Bruno Plache Stadion, un peque?o coliseo a?ejo y ruinoso en el que cay¨® derrotado hace dos meses ante el filial del RB. El acuerdo de Mateschitz para llegar a la ciudad pasaba por el derecho de ocupar su estadio principal, ahora denominado Red Bull Arena con capacidad para 44.000 espectadores y del que ya se plantea una remodelaci¨®n para ganar aforo.
El Leipzig crece pese al odio que suscita. Una reciente encuesta pregunt¨® en diversos puntos de Alemania a los aficionados al f¨²tbol que equipo deseaban que perdiera la categor¨ªa. El 21% se?al¨® al RB Leipzig, apenas levemente superado por el Bayern. Varios equipos se han negado a jugar partidos amistosos contra ellos. Le se?alan por suponer una afrenta a la tradici¨®n, a la estructura democr¨¢tica de los clubs germanos y su blindaje contra los inversores ajenos a la pelota, pero tiene una idea que funciona y atrae seguidores. ¡°Se trata de deporte y de emocionar a la gente, que est¨¢ euf¨®rica¡±, explica Ralf Rangnick, su director deportivo. El debate est¨¢ en la calle porque, m¨¢s all¨¢ de las cr¨ªticas, la ciudad acoge un plan de promoci¨®n del f¨²tbol base y de adecuaci¨®n de instalaciones con una inversi¨®n de 35 millones de euros en una ciudad deportiva. En su estadio hay diversi¨®n y se ahuyenta el hooliganismo que se?ala al vecino. ¡°Es una esperanza para el f¨²tbol en el este¡±, claman los defensores del proyecto. Y cada vez se escucha m¨¢s a quienes plantean que tampoco hay motivos para ser hura?o cuando aparece el dinero. Se alude adem¨¢s a que la estrategia est¨¢ por encima de la chequera: nueve de los futbolistas del once tipo que tienen al equipo l¨ªder ya estaban el a?o pasado en la segunda categor¨ªa. Su delantero, el dan¨¦s Yussuf Poulsen, lleg¨® al equipo para jugar en Tercera. Todos crecen juntos.
Porque al final la pelota rueda y la epopeya actual del Leipzig est¨¢ plena de m¨¦rito. Con un t¨¦cnico austriaco, Ralph Hassenh¨¹ttl que lleg¨® este verano tras vivir otro hito con el Ingolstadt, al que subi¨® y consolid¨® en la Bundesliga. Se trata de un entrenador que patrocina un estilo que desprecia la posesi¨®n y privilegia las transiciones r¨¢pidas, la audacia sobre el control, la intensidad por encima de la pausa y se apoya en un 4-4-2 sin extremos porque tanto Sabitzer como Forsberg, dos prometedores internacionales con Austria y Suecia, acostumbran a caer hacia dentro para que el equipo llegue con m¨¢s hombres al ¨¢rea. No han perdido ninguno de los once primeros partidos y apenas fueron superados en la Copa y en los penaltis por el vecino Dynamo Dresden, de segunda divisi¨®n. ¡°A medida que avance el campeonato seremos a¨²n mejores¡±, anuncia Poulsen. ¡°Nuestro potencial es increible, hay mucho margen de mejora¡±, confiesa Hassenh¨¹ttl. ¡°En cinco a?os estaremos en la Bundesliga¡±, anunci¨® Mateschitz al llegar a Lepizig. Se demor¨® dos. Tambi¨¦n dijo que jugar¨¢n la Liga de Campeones antes de 2020.
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