Jamie Vardy sigue vivo
El delantero del Leicester supera tres meses de sequ¨ªa con un 'hat trick' que empantana al Manchester City en la crisis
El chaparr¨®n que ba?¨® el estadio de King Power, este s¨¢bado en Leicester, exalt¨® el dramatismo de la crisis que se cierne sobre Pep Guardiola. De un lado, los jugadores del Manchester City, notablemente r¨ªgidos, como si sus piernas hubiesen alcanzado un punto de pesadez insuperable. Del otro, el flaco Jamie Vardy trazando desmarques fren¨¦ticos, dejando a Fernando, Stones y Kolarov clavados como estacas en la hierba pesada. Sin respuesta biol¨®gica ni moral. Demasiado inseguros para cumplir con la gigantesca hoja de ruta que les impone el entrenador espa?ol, expuesto ante el problema futbol¨ªstico m¨¢s grave desde que dej¨® el Bar?a. No solo porque ha ganado cuatro de los ¨²ltimos 15 partidos. No solo porque el Leicester le castigara con una de las peores goleadas de su carrera como entrenador (4-2). Lo verdaderamente llamativo es que desde octubre el City juega mal con una frecuencia inaudita en un equipo dirigido por Guardiola.
Jamie Vardy cuenta en Desde ninguna parte, su autobiograf¨ªa, que el secreto de su ¨¦xito es correr por el campo como un demente: ¡°A nutjob¡±. La explicaci¨®n es intuitiva. Sin atributos f¨ªsicos ni t¨¦cnicos extraordinarios, el goleador de Sheffield, de 29 a?os, sospecha que la causa de su evoluci¨®n reside en el movimiento. El mismo razonamiento b¨¢sico le induce a pensar que la causa del movimiento es la energ¨ªa que le proporciona una bater¨ªa de brebajes que consume con cuidado ritual desde que se mete en la cama la v¨ªspera de cada partido.
Vino de Oporto
Para dormir, medio botell¨ªn (250 mililitros) de vino de Oporto; para despertarse una tortilla de jam¨®n y queso; y para competir tres latas de Red Bull y un expresso doble. ¡°As¨ª¡±, dice, ¡°el d¨ªa del partido, corro como un demente¡±.
Con 25 a?os, Vardy jugaba por 30 libras esterlinas a la semana. El contrato que firm¨® este verano, tras ganar la Premier, le asegura cien mil libras semanales. M¨¢s de seis millones de euros netos por temporada. Una camionada que coincidi¨® con la ca¨ªda de su producci¨®n. Hasta el s¨¢bado sumaba dos goles. No marcaba desde hac¨ªa tres meses, cuando Huth despej¨® un bal¨®n de cabeza desde su campo, Mahrez lo amans¨® a un toque y Slimani lo filtr¨® entre Stones y Kolarov para que Vardy rematara a un toque el primero de sus tres goles.
El tiro cruzado fue la culminaci¨®n de un desmarque est¨¢ndar a?la Vardy. El movimiento describi¨® una doble trayectoria, hacia el mediocampo, para arrastrar a Stones, y hacia la porter¨ªa, en carrera lateral, para burlar la marca y recibir perfilado. El 1-0, a los tres minutos de partido, exhibi¨® la problem¨¢tica del rival.
Los ojeadores de media Europa califican a Vardy como el delantero que mejor se desmarca del mundo. Lo sufri¨® John Stones, que cost¨® casi 60 millones de euros este verano, y expres¨® las dificultades que atenazan a muchos de sus compa?eros en el City. A la penuria f¨ªsica ¡ªconsecuencia de a?os de costumbres profesionales distendidas¡ª suman la falta de seguridad. El central ingl¨¦s no parece convencido de lo que hace. No parece seguro de estar a la altura del plan que Guardiola tiene para ¨¦l como referencia de una zaga adelantada que debe interpretar cada acci¨®n del partido al l¨ªmite. Con 40 metros vac¨ªos a la espalda y obligado a jugar la pelota con criterio. Una sofisticaci¨®n de lo m¨¢s ex¨®tica en las Islas Brit¨¢nicas.
El prejuicio m¨¢s extendido sobre Guardiola es que se trata de un entrenador que promueve el toque. El toque del bal¨®n evoca una cierta idea de lirismo en la mayor¨ªa de los aficionados y tambi¨¦n en los jugadores. El tiki-taka es placentero. Pero esa felicidad sugerida contrasta con la dureza del m¨¦todo.
El trabajo de Guardiola se caracteriza por practicar un f¨²tbol que exprime f¨ªsicamente porque exige movimientos constantes sin bal¨®n. En defensa y en ataque. Las tareas cotidianas inciden en la respuesta atl¨¦tica intensa, en los largos recorridos, y en el sacrificio general de los que no tienen el bal¨®n en el intento de recuperarlo o de ofrecerle al compa?ero que lo conduce una, dos, tres, cuatro, infinitas l¨ªneas de pase. Todas las opciones posibles en todos los sectores del campo en todos los momentos del partido. En los ¨²ltimos a?os, la cultura de muchos de los jugadores del City no ha sido esta.
El s¨¢bado Vardy se cruz¨® con Stones en el t¨²nel de vestuarios. Le fue a saludar con tal vehemencia que su compa?ero de selecci¨®n pareci¨® asustado. En la hora que sigui¨® demostr¨® a los jugadores del City lo que significa ser un jugador moderno. A ¨¦l le bast¨® con 250 mililitros de Oporto.
Guardiola: ¡°?Qu¨¦ son los ¡®tackles¡¯?¡±
El 4-2 final en Leicester provoc¨® la confusi¨®n general en la noche del s¨¢bado pasado. Nadie como la prensa local para manifestarlo en un an¨¢lisis espont¨¢neo. Lo reprodujeron todos los medios, desde el Times a la BBC. Si los jugadores del City ganaron solamente un tackle (disputa cuerpo a cuerpo) en los primeros 35 minutos, la victoria del Leicester ten¨ªa un argumento claro.
Valor propio del rugby, el tackle futbol¨ªstico solo se contabiliza en Gran Breta?a, en donde los ¨¢rbitros consienten disputas cuerpo a cuerpo que traspasan el l¨ªmite de lo que en Europa continental se juzga como violencia.
Cuando le preguntaron a Guardiola por la estad¨ªstica en su contra, el t¨¦cnico fingi¨® perplejidad. "Yo no me hice entrenador por los tackles, as¨ª es que no entrenotackles", dijo, para esc¨¢ndalo de los presentes. "Lo que yo quiero es jugar bien, meter goles, llegar m¨¢s. ?Qu¨¦ son los tackles? ?Duelos? Claro, tienes que ganar los duelos. Es verdad, pero normalmente cuando juegas bien ganas muchos tackles. Es un aspecto del juego pero no vamos a ganar m¨¢s o a perder m¨¢s por los tackles".
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