Trump amenaza mate (II)
Un psic¨®logo espa?ol aplica el ajedrez como terapia en un colegio de Maryland lleno de inmigrantes
Si Donald Trump hiciese lo que ha prometido sobre expulsi¨®n de inmigrantes sin papeles, el colegio Leleck en Broad Acres (Maryland) sufrir¨ªa una tragedia masiva porque una gran parte de los padres de sus 725 alumnos, procedentes de 30 pa¨ªses, son trabajadores ¡°ilegales¡±, como muchos los llaman en un alarde de hipocres¨ªa. Un psic¨®logo espa?ol, Fernando Moreno, con nacionalidad estadounidense, utiliza el ajedrez para tratar los abundantes problemas sociales y familiares de esos ni?os.
Moreno, que lleg¨® a EEUU en 1986, ayuda a los alumnos a resolver las abundantes situaciones dif¨ªciles o dram¨¢ticas en los conflictivos ambientes que con frecuencia presiden sus vidas: ¡°Primero ense?amos a los ni?os a jugar al ajedrez. Cuando ya saben lo suficiente para que lo aprendido pueda transferirse a la vida normal, lo utilizamos como una herramienta socio-emocional. Lo hacemos relacionando la posici¨®n de las piezas en el tablero con situaciones reales de sus vidas, para ayudarles a tomar decisiones y tener objetivos a corto y largo plazo¡±. Como pudo comprobar el autor de estas l¨ªneas en una reciente visita, la direcci¨®n del colegio est¨¢ muy satisfecha con el trabajo de Moreno, al igual que los padres que nos cruzamos por los pasillos.
Algunas de esas sesiones terap¨¦uticas con los ni?os est¨¢n grabadas en v¨ªdeos. En uno de ellos, una alumna est¨¢ preocupada por las consecuencias de la separaci¨®n de sus padres, y se pregunta qu¨¦ puede hacer ella para paliarlas. El psic¨®logo pone en el tablero una pieza negra amenazada por muchas blancas, pero con casillas de salvaci¨®n que la ni?a debe encontrar de una manera razonada. Cuando lo hace, Moreno habla con ella sobre su situaci¨®n familiar, y la invita a pensar sobre el problema con la misma l¨®gica que ha aplicado en el tablero.
Esa manera de trabajar es un programa educativo que se llama ¡°El ajedrez ayuda al ¨¦xito de cada estudiante¡±, en el que a veces utilizan piezas originarias de diferentes culturas y pa¨ªses con el fin de acentuar el tono multi¨¦tnico del colegio y estimular la integraci¨®n de todos con todos. ¡°El ajedrez es un lenguaje que toda persona puede entender, con independencia de su religi¨®n, lengua, pa¨ªs o nivel econ¨®mico. Adem¨¢s, es un juego, con un proceso estructurado, igual que la vida. Hay momentos en los que pierdes, o debes defenderte; otros en los que ganas o tienes la iniciativa; hay piezas buenas y malas, casillas d¨¦biles y fuertes. Y todo eso puede analizarse de forma l¨®gica, como ocurre en la vida real. Otra ventaja adicional es que ni?os y padres pueden jugar juntos, y eso nos permite organizar campamentos de primavera con los padres¡±.
Dentro de la gran variedad cultural de los alumnos del colegio Leleck, llama la atenci¨®n que el 82% sean hispanos, y m¨¢s a¨²n que el 92% recibe ayuda b¨¢sica para su alimentaci¨®n. En un entorno tan fr¨¢gil, la llegada de Trump a la Casa Blanca preocupa a Moreno por varios motivos: ¡°Por un lado, estamos esperando la llegada de algunos ni?os refugiados de Somalia, pero ese pa¨ªs est¨¢ entre los siete que Trump ha se?alado como malditos, y ahora no s¨¦ qu¨¦ pasar¨¢ con esos ni?os. Adem¨¢s, si la ayuda para fines sociales en general disminuye, existe el riesgo de que la financiaci¨®n del ajedrez se destine a cosas m¨¢s esenciales o a programas culturales m¨¢s enraizados, como la m¨²sica¡±.
Pero hay una preocupaci¨®n a¨²n mayor. Mientras el nuevo presidente no la cambie, la ley estadounidense dice que los hijos de los padres ilegales son ciudadanos estadounidenses de pleno derecho si han nacido en EEUU. Eso quiere decir que si Trump expulsa a los trabajadores indocumentados, como ha prometido, un gran n¨²mero de alumnos de este colegio tendr¨¢n que elegir entre quedarse sin sus padres en el pa¨ªs donde han nacido o marcharse con ellos a un futuro incierto y muy oscuro. Moreno hace de tripas coraz¨®n: ¡°Intento tranquilizarlos, dici¨¦ndoles que Trump no tiene el n¨²mero de tel¨¦fono de sus padres para comunicarles la expulsi¨®n. Pero en el fondo estoy muy preocupado, porque estos ni?os est¨¢n en jaque continuo¡±.
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