Nairo Quintana, el rey del Terminillo

A la tard¨ªa luz invernal de un sol que se niega a ocultarse, las sombras de los ciclistas alcanzan las cunetas de nieve en el Terminillo anunciando la llegada de Nairo Quintana, vencedor. Detr¨¢s, de uno en uno, en hilera deslavazada, los dem¨¢s. Poco despu¨¦s, siempre solo, subi¨® al podio de la Tirreno-Adri¨¢tico, la primera gran carrera del a?o, y se visti¨® azul de l¨ªder. Le quedan, para defender su tesoro, una dura etapa el domingo, de repechos sin fin hasta Fermo a trav¨¦s del coraz¨®n del terremoto de las Marcas, Amatrice, Accumoli, los pueblos destruidos, las vidas, el sol cegador. El martes, para cerrar, una corta contrarreloj. El segundo en la general, el gemelo efervescente ingl¨¦s Adam Yates, est¨¢ a 33 segundos. Dentro de dos meses apenas, por estas mismas carreteras, contra los mismos rivales, el l¨ªder del Movistar, de 27 a?os, estar¨¢ jug¨¢ndose el Giro.

La nieve, la monta?a de los Abruzos, la Tirreno, Nairo, la soledad en la victoria, elementos ya vistos, repetidos dos a?os despu¨¦s de la primera victoria del colombiano en la misma cima, en la misma carrera, con otro valor. Entonces, en 2015, bajo una nevada intensa y una bruma oscura, el ataque de Nairo, que a¨²n buscaba establecer su marca registrada en lo m¨¢s alto del ciclismo, fue un acto de autoafirmaci¨®n, de desmedida, ante Contador, Nibali, Purito, a los que clav¨® a cinco kil¨®metros de la meta, a los que dej¨® mir¨¢ndose estupefactos. Este s¨¢bado, ahora, su ataque fue medido, t¨¢ctico, a dos kil¨®metros, el tr¨¢mite que le exige su deseo, su necesidad de llegar siempre el primero. Solo la victoria es un absoluto, el resto es c¨¢lculo. El h¨¢ndicap de la gripe que le hace toser y moquear desde hace unos d¨ªas. Tras enviar de avanzada a su compa?ero Castroviejo, como un dominador absoluto de la situaci¨®n, Nairo primero permiti¨® que los ciclistas m¨¢s en forma del momento, Yates, su compatriota Rigoberto Ur¨¢n, el gal¨¦s anor¨¦xico Geraint Thomas, el franc¨¦s Thibaut Pinot, el rodador holand¨¦s tremendo Tom Dumoulin, generaran el grupo peque?o, el momento propicio de su ataque. Este lleg¨®, no seco sino sostenido, a dos kil¨®metros de la cima. El momento justo. El gasto necesario. Los segundos contados. La victoria que todos esperaban. Las figuras italianas, a¨²n invernando, Fabio Aru y Vincenzo Nibali, se quedaron m¨¢s atr¨¢s.

¡°No estaba super, por la gripe, pero me fue bien¡±, dijo el ganador. ¡°La ventaja sobre mis rivales [m¨¢s de un minuto sobre los contrarrelojistas Dumoulin y Rohan Denis] es importante. Me da tranquilidad para llegar a la crono¡±. Desspu¨¦s de la etapa reina y la general de la Vuelta a Valencia, el triunfo en el Terminillo y supone la tercera victoria de Nairo en un a?o en el que intentar¨¢ ganar el Giro, por segunda vez, y por primera vez el Tour.