El Celta conquista territorio cosaco
El ¨²nico equipo espa?ol presente en la Europa League llega a cuartos de final tras superar al duro Krasnodar con goles de Hugo Mallo y Iago Aspas, dos canteranos
Ya solo quedan ocho y uno de ellos es el Celta. El ¨²nico equipo que mantiene el pabell¨®n del f¨²tbol espa?ol en la Europa League disputar¨¢ los cuartos de final. Y que nadie le minusvalore porque tiene la ambici¨®n de los que anhelan y nunca sumaron un t¨ªtulo y la capacidad de los que s¨ª lo lograron. Triunf¨® en Krasnodar y refrend¨® su triunfo del partido de ida en un entorno complicado, en un estadio que parece un platillo volante, ante un p¨²blico grit¨®n y un rival sin pedigr¨ª, sin tanto f¨²tbol, pero cori¨¢ceo como corresponde al representante de la tierra de los cosacos. El Celta deber¨¢ superar a equipos mejores si quiere hacer historia en Europa, donde llega por cuarta vez en su historia a los cuartos de final, su tope. Pero el Krasnodar no es de esos equipos que se derrumban solos. Hab¨ªa que ganarle. Y as¨ª lo hizo el Celta tanto en Vigo como en Rusia, donde repiti¨® con goles de dos canteranos, Hugo Mallo y Iago Aspas, dos de las banderas del club.
El equipo vigu¨¦s supo forjarse un inicio de partido relativamente pl¨¢cido. Subi¨® l¨ªneas, defendi¨® en campo contrario y neutraliz¨® las intenciones del Krasnodar, al que no le sobra talento. El inicio fue alentador para los chicos de Berizzo, pero tambi¨¦n enga?oso porque no supo progresar y convertir su buen posicionamiento en una amenaza para la meta local m¨¢s all¨¢ de alg¨²n intento de Pione Sisto, siempre persistente en el uno contra uno. Y fue a m¨¢s el Krasnodar, que es un equipo que ataca a empellones y con un punto esp¨ªdico. Apret¨® a bal¨®n parado y se ancl¨® a la clase de Mauricio Pereyra, un liviano centrocampista uruguayo al que no le falta categor¨ªa pero tampoco le sobran carreras. Busc¨® las transiciones r¨¢pidas el equipo ruso, encim¨® y se desgast¨® para descontrolar al Celta, que se encontr¨® con serios problemas para hacer circular la pelota y se desconect¨® por momentos de Iago Aspas, Wass o Guidetti.
La incomodidad del Celta no acab¨® de derivar en agobio. Si lo pareci¨® fue m¨¢s por la dureza del rival, que peg¨® duro y acumul¨® amonestaciones. Molestaba m¨¢s el marcador, entender que un gol le daba la vuelta a la eliminatoria y que todas las operaciones sobre el campo deb¨ªan ser muy precisas. El Celta semej¨® por momentos encorsetado, no tan jacarandoso como de costumbre, quiz¨¢s lo que estaba era concienciado, metido en un partido de pico y pala. Lleg¨® esforzado al descanso y encontr¨® al poco de regresar un alivio, un gol que le dio sosiego y alerta sobre la solvencia de un colectivo en el que todos suman en cualquier rol. Guidetti trabaj¨® la banda como extremo izquierda y sac¨® un centro al ¨¢rea de los que hacen da?o, raso y al punto de penalti, a contrapi¨¦ para los centrales que reculaban. Iago Aspas remat¨® con marchamo de gol, la pelota rebot¨® en un zaguero y mientras unos y otros se recompon¨ªan lleg¨® al ¨¢rea Hugo Mallo como una exhalaci¨®n y con el temple preciso para colocar la pelota en la red.
El gol premi¨® al Celta y a su capit¨¢n, un futbolista en punto de maduraci¨®n, de vocaci¨®n defensiva en su formaci¨®n, pero con la capacidad para mejorar sus prestaciones y ser cada vez m¨¢s decisivo en ataque, tanto que Berizzo le ha empleado varias veces esta temporada como interior. Tanto ¨¦l como sus compa?eros festejaron con la pasi¨®n propia de los intr¨¦pidos. Hay un aura en este grupo de futbolistas que les empuja plenos de convicci¨®n hacia l¨ªmites deportivos no explorados ni por el club ni por la gran mayor¨ªa de ellos. El Celta se vio con un colch¨®n de dos goles para rubricar su triunfo, pero tambi¨¦n supo que deb¨ªa acabar de sufrirlo. Se aprest¨® a ello. El Krasnodar olvid¨® sutilezas. Pereyra mostr¨® que no le sobra motor y acab¨® en la caseta con m¨¢s de veinte minutos por delante. Sin ¨¦l, con savia nueva en una delantera en la que a?or¨® a su mejor exponente, el internacional ruso Smolov, se lanz¨® con br¨ªo a por la remontada. No fue el mejor partido que se le recuerda al Celta, igual ni siquiera de los regulares. Pero super¨® la prueba con un esfuerzo coral, sin bal¨®n, pero con fiereza para defenderse y apenas conceder opciones claras ante Sergio ?lvarez. Y en esa brega encontr¨® el momento para la r¨²brica en una contra que Iago Aspas concret¨® con una sutil vaselina para cerrar la eliminatoria.
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