El videoarbitraje anula un gol a Francia y concede otro a Espa?a
El asistente protagoniza el choque de Saint Denis en un experimento que decidi¨® el encuentro
Tanta pasi¨®n, tantas infraestructuras, tantos artistas y tanta industria para que todo acabe decidi¨¦ndose en la pantalla del ¨¢rbitro de v¨ªdeo, el an¨®nimo alem¨¢n Tobias Stieler, que, desde una oscura cabina advierte fuera de juego y se comunica por el pinganillo con el cuarto ¨¢rbitro, el tambi¨¦n an¨®nimo Daniel Siebert, que a su vez informa al juez Felix Zwayer para que decida dar por anulado el gol de Griezmann.
El amistoso que disputaron Francia y Espa?a se decidi¨® por el sistema de videoarbitraje VAR en una suerte de simulacro que precede a su aplicaci¨®n efectiva, prevista para el Mundial de 2018. Ignorantes del sofisticado desenlace burocr¨¢tico de la velada, tres horas antes la multitud se amonton¨® en los andenes de la estaci¨®n de Notre Dame viendo pasar los trenes inabordables, cargados como latas de at¨²n camino del estadio; los puentes sobre el Sena se atascaron y los taxis sacaron bandera roja. La tarde primaveral anunci¨® f¨²tbol en Par¨ªs y la ciudad vibr¨® un poquito m¨¢s.
Francia tiene en Saint Denis el estadio federativo m¨¢s elegante de Europa, un p¨²bico patri¨®tico y fervoroso que acude en masa hasta completar los 80.000 asientos y la cantera m¨¢s prol¨ªfica del hemisferio, una factor¨ªa de la que salen jugadores deslumbrantes cada a?o. Al pa¨ªs de las grandes ideas, sin embargo, le faltan ideas capaces de canalizar todas esas posibilidades. Gerard Houllier, el hombre que traza las directrices en la federaci¨®n, es uno de los t¨¦cnicos m¨¢s anticuados y rudimentarios que ha ofrecido la historia del pa¨ªs. Didier Deschamps, el seleccionador, no se sale de la l¨ªnea que traza el patriarca. En el mejor de los casos el resultado es un equipo que exhibe un juego mec¨¢nico y sin imaginaci¨®n. La cosa pint¨® tan mal que los franceses pitaron a Francia y aplaudieron a Iniesta en Saint Denis, cuando Lopetegui lo cambi¨® en la segunda parte.
M¨¢s v¨ªdeos que jugadores
El fuera de juego videoarbitrado fue el inicio de un desenlace m¨¢s marcado por las intervenciones judiciales que por los jugadores. El planteamiento de Deschamps conden¨® a su estrella emergente, el delantero Kylian Mbapp¨¦, de 18 a?os, a vivir a 50 metros de la porter¨ªa de De Gea. Tan metida estaba Francia en su campo que para generar una ocasi¨®n sus futbolistas deb¨ªan correr antes una larga carrera. Desconcertados, adem¨¢s, pues qued¨® patente que no entrenan bien la salida. Bastaba una ligera presi¨®n de Busquets para interrumpir dos de cada tres transiciones. El mediocentro del Bar?a se apoy¨® en Iniesta para sostener a Espa?a durante la primera hora de partido. Una hora de desgaste, de posesiones m¨¢s o menos est¨¦riles y de vigilancias.
Lo ¨²nico memorable de la primera parte fue un remate de Mbapp¨¦ con el exterior del pie derecho, a centro de Kurzawa. El joven goleador del M¨®naco se desembaraz¨® de sus marcadores con la facilidad que solo permite un gran talento. Sus piernas largas le dan una apariencia de ave zancuda pero cada vez que arranca vuela como un halc¨®n. Ramos y Piqu¨¦ sufrieron porque se movi¨® en zigzag, r¨¢pido, y con astucia.
Deschamps asisti¨® al naufragio de su equipo metido en el banquillo. Mantuvo el trivote en la cancha ¡ªTolisso, Kante, Rabiot y Bakayoko se turnaron en las labores de fortificaci¨®n¡ª y se resisti¨® a meter al magn¨ªfico Dembel¨¦ hasta que todo estaba perdido. Durante m¨¢s de una hora el entrenador franc¨¦s no dio indicaciones desde la zona t¨¦cnica. Solo se asom¨® cuando el ¨¢rbitro se?al¨® penalti de Koscielny a Deulofeu. El gol de Silva (0-1), desde el punto de ejecuci¨®n, apag¨® los c¨¢nticos del estadio en el minuto 78. Faltaba la puntilla. Fue una puntilla tecnol¨®gica y arbitral.
Thiago, Busquets, Silva y Deulofeu fabricaron un gol sensacional pero el juez de l¨ªnea lo anul¨®. Hubo un silencio. Durante treinta segundos Feliz Zwayer, de pie, inm¨®vil en el ¨¢rea de Lloris, escuch¨® el pinganillo fat¨ªdico. Tobias Stieler debi¨® rebobinar para asegurarse. Los jugadores esperaron. Corri¨® una leve brisa. Cuando Zwayer concedi¨® el 2-0 Deulofeu se abraz¨® como un poseso con todos sus compa?eros.
?Celebraban el gol o la legalizaci¨®n del gol? No hay anticl¨ªmax que valga para frenar la alegr¨ªa de un gol videogr¨¢ficamente convalidado por Tobias Stieler, la estrella de la noche.
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