Tiempos modernos
El Madrid domina tanto y da tantos pases antes de un gol, que deber¨ªan de empezar a tener en consideraci¨®n a los que rajamos de ese estilo de juego por la ¨²nica raz¨®n de que lo practicaba el Bar?a
Manolo Veiga, vecino de Sanxenxo, ha hecho dos cosas en su vida: formar futbolistas y conductores. Fue entrenador de todas las categor¨ªas en el pueblo, y es el propietario de Autoescuela Onza. De esta manera, en Sanxenxo se sabe c¨®mo alguien juega al f¨²tbol por la manera que tiene de conducir, y del ¨²ltimo que se salt¨® un control de la Guardia Civil es f¨¢cil adivinar que llevaba el bal¨®n con la cabeza pegada al suelo y pasaba los partidos en fuera de juego, cuando no fuera del campo.
Pensaba yo en Veiga ¡ªpienso en Veiga todos los d¨ªas: un a?o despu¨¦s de sacar el carn¨¦ ya ten¨ªa dos coches en el desguace, y de bailar ni hablamos¡ª cuando se produjo un asedio coru?¨¦s en el ¨¢rea del Madrid y en un bal¨®n dividido Isco la despej¨® de ruleta. El bal¨®n estaba para clavarle la u?a y eso si no llegaba antes un deportivista, pero Isco la rechaz¨® con una ruleta. Fue un gesto delator de los tiempos del Madrid, sobrados y contradictorios, y al mismo tiempo una genialidad dif¨ªcil de calificar, pues la ruleta sali¨® mal e Isco puso cara de que de eso se trataba. Veiga dec¨ªa que nunca se pod¨ªan olvidar dos cosas en la vida: mandar al monte un bal¨®n muerto en nuestra ¨¢rea y echar el freno de mano despu¨¦s de aparcar el coche. El Madrid, oficialmente, no est¨¢ haciendo ninguna de las dos cosas.
Riazor acogi¨® en los primeros minutos un partido Leftover; dominio del Madrid y ocasiones clar¨ªsimas de Depor. Uno de los dos no estaba en este mundo, ?pero cu¨¢l? Todo volvi¨® a la normalidad de forma muy pesada: gol de rechace. Los blancos tambi¨¦n escriben los guiones de las pel¨ªculas m¨¢s aburridas de la sobremesa del domingo. Dominan tanto y tienen tanta posesi¨®n, y dan tantos pases antes de un gol, que deber¨ªan de empezar a tener en consideraci¨®n a los que estuvimos rajando de ese estilo de juego por la ¨²nica y sutil¨ªsima raz¨®n de que lo practicaba el Bar?a. Ya pueden prescindir de todos los argentinos que haya en la cantera, porque como nos salga uno extraterrestre en lugar de estar celebrando t¨ªtulos algunos vamos a tener que reescribir la Historia de tal forma que r¨ªete t¨² de Stalin.
Ayer sali¨® hasta Llorente, continuador de una estirpe rubia en el Real que alcanz¨® su c¨¦nit cuando su padre perdi¨® un brazo en medio del partido y en lugar de pedir el cambio oblig¨® a su marcador a marcharse, como en Los Caballeros de la Mesa Cuadrada pero atizando. Despejando con ruleta. Dejando el coche en bater¨ªa con la misma suavidad con la que se bajaba el bal¨®n en Baltar de Arriba.
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