Froome, sus deseos son ¨®rdenes
El brit¨¢nico llega a la contrarreloj de Logro?o, de 40 kil¨®metros, con la carrera controlada y transmitiendo una superioridad individual y de equipo
Chris Froome ha llegado a donde quer¨ªa como quer¨ªa. Ha llegado a Logro?o, es decir, a la contrarreloj, con los deberes hechos, dispuesto a subir nota, con un minuto de ventaja sobre su principal rival, Nibali, una etapa ganada en la Cumbre del Sol, en Alicante ¡ªdonde el a?o pasado le dobl¨® el espinazo Tom Dumolin¡ª, trasmitiendo la superioridad personal y la de su equipo, convirtiendo la carrera en lo m¨¢s parecido a una dictadura (que permite algunos maquis, nunca una derrota) y 40 kil¨®metros por delante para cabalgar como un llanero solitario a sabiendas de su victoria: quiz¨¢s no gane la etapa, quiz¨¢s en Logro?o gane la carrera.
No hay referencias cercanas en contrarreloj frente a sus actuales rivales. Lo m¨¢s reciente, la etapa inaugural del Tour de este a?o, en D¨¹sseldorf, marcada por la lluvia (all¨ª se acab¨® el paseo triunfal de Valverde en la temporada), y la de Marsella. En la primera, de 14 kil¨®metros, Contador perdi¨® 42 segundos; en la segunda, de poco m¨¢s de 24, Contador resisti¨® mejor y concedi¨® 15 segundos. El resto de los que estaban all¨ª no est¨¢n aqu¨ª. Vale la referencia de que la etapa de Logro?o multiplica los kil¨®metros, lo que favorece a¨²n m¨¢s a Froome y penaliza a sus rivales. Antiguamente se dec¨ªa que los escaladores trataban de conseguir en la monta?a lo que podr¨ªan perder en la crono. Ahora el ciclista multidisciplinar, variopinto, minimiza da?os y lo mismo gana un espr¨ªnter en la monta?a que un colombiano al sprint.
Pero Froome est¨¢ donde quer¨ªa. Llanura riojana, partiendo del circuito de Navarra, m¨¢s pensado para los eventos que para la velocidad, y en espera del centro de Logro?o, donde el sudor huele a tempranillo, garnacha, graciano y mazuelo. Es el territorio Froome, su cartel de mando (igual gana otro, da lo mismo), all¨ª donde quer¨ªa llegar y donde el resto espera perder no tanto como teme.
40 kil¨®metros son muchos kil¨®metros para hacer frente a Froome, preparado a conciencia (tras el Tour solo corri¨® un criterium para prepararse despu¨¦s, junto a su entrenador personal, en altura) con el objetivo de ganar la Vuelta, su espina en la garganta. No es la primera vez que Froome acomete la Vuelta con garant¨ªas previas. Cuando abandon¨® en 2015 tras sufrir una ca¨ªda que le imped¨ªa pedalear, el brit¨¢nico se hab¨ªa preparado a conciencia para sacarse la espina que picaba como la lanza de Longinos. Pero se cay¨® y todo se difumin¨®. Como cuando a punto de acabar una novela, se va la luz y se pierde el texto no guardado. O se cae el papel en el agua, un desastre m¨¢s nost¨¢lgico. Barquito de papel de una historia interminable.
?Y qu¨¦ hacer con Froome despu¨¦s de Logro?o? Todos asumen que perder¨¢n. Algunos luchar¨¢n por la gloria del d¨ªa (que no es poca cosa). ?Pero Nibali, Chaves, Contador, Zakarin (si se quiere)? Contador espera. ¡°Tras la p¨¦rdida en Andorra [virus estomacal y carrera que salta por los aires] cre¨ª que no pod¨ªa aspirar a nada. Ahora voy a luchar por el podio aunque hay rivales muy fuertes como el colombiano Miguel ?ngel L¨®pez y otros. Pero seg¨²n el resultado de la contrarreloj decidir¨¦ si puedo luchar por el podio o solo por ganar una etapa¡±.
Contador est¨¢ noveno, a 1m 51s, de Zakarin, que es tercero. No es una misi¨®n imposible, no es una misi¨®n f¨¢cil. Entre medio tiene a rivales como Chaves, Aru, Kelderman..., puertos de monta?a dif¨ªciles de superar en la general. Froome, mientras tanto, como dijo en Sierra Nevada se dedica a ¡°dormir, dormir y dormir¡±. Es su terapia. Que sufran los dem¨¢s.
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