Equipo busca Liga

Conste que el titular que encabeza estas l¨ªneas es una chanza, que no es aqu¨ª donde deba hablarse de pol¨ªtica, si pol¨ªtica se puede considerar lo que pasa en Catalu?a. Sin embargo, viene a cuento traer a este rinc¨®n el refer¨¦ndum convocado para el 1 de octubre en tanto no son pocos los encendidos debates que provoca entre muchos aficionados al f¨²tbol, s¨ª, al f¨²tbol, el asunto m¨¢s importante de los que no tienen importancia, que dir¨ªa aquel. Para comprobarlo, no hay m¨¢s que darse un garbeo por cualquier taberna que tenga a bien encender la televisi¨®n. Bastar¨¢ con que salga en la pantalla cualquier pol¨ªtico hablando del tan manido proc¨¦s para que los parroquianos comiencen a deliberar no sobre el paro, ni los recortes, ni la corrupci¨®n, sino sobre qu¨¦ ocurrir¨ªa con el Bar?a en el hipot¨¦tico caso de que Catalu?a alcanzara la independencia. Y es curioso porque, habituados como estamos a que todos sepamos de f¨²tbol, resulta que en esos momentos de controversia descubrimos que todos sabemos tambi¨¦n de leyes, como demuestran los circunstantes asegurando bien que el Bar?a tendr¨ªa derecho a seguir jugando en la Liga espa?ola o bien que no.

Varias fueron las televisiones que, ante tama?a preocupaci¨®n, salieron a la calle en Barcelona el lunes de la Diada a preguntar a dirigentes y viandantes su opini¨®n al respecto. Uno de los interpelados fue Carles Vilarrub¨ª, vicepresidente del FC Barcelona, que as¨ª contest¨®: ¡°El Bar?a jugar¨¢ donde jueguen Espanyol y Girona. ?Pregunten al Espanyol d¨®nde jugar¨¢!¡±. Acab¨¢ramos. As¨ª que ha tenido que montarse este monumental embrollo para que un directivo del Bar?a nos revele no solo que el Espanyol existe sino que el futuro del f¨²tbol catal¨¢n depende de lo que haga... el Espanyol. L¨¢stima que estos ordenadores no permitan dibujar un emoticono de esos que tan socorridos resultan en las redes sociales. Porque el de la cara con los ojos abiertos como platos vendr¨ªa al pelo.

Sin embargo, hubo quienes manejaron un argumento cuya base legal servidor de usted desconoce, pero que parec¨ªa estar muy arraigado: el Bar?a jugar¨¢ all¨¢ donde quiera. As¨ª se manifestaba, por ejemplo, Gerard Esteva, presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Catal¨¢n: ¡°En una Catalunya independiente, el Bar?a tendr¨ªa la suerte de poder elegir en qu¨¦ Liga jugar¡±. Pues s¨ª tiene suerte el Bar?a, s¨ª. Ligas para elegir tiene. Igual opini¨®n expresaba Artur Mas, presidente que fue de la Generalitat, y hoy inhabilitado, que aseguraba que al Bar?a (y de paso al Espanyol) ¡°se los disputar¨¢n¡± las mejores Ligas del mundo. M¨¢s lejos, locuaz como es, fue Gabriel Rufi¨¢n, portavoz de ERC en el Congreso, que bas¨® su sentencia de que Bar?a y Espanyol seguir¨ªan jugando en la Liga espa?ola en el irrebatible argumento de que ¡°el M¨®naco juega en la Liga francesa y el Andorra en la espa?ola¡±. Sin entrar en que ni M¨®naco ni Andorra son rep¨²blicas independientes, conviene matizar que el primero es miembro de la Federaci¨®n Francesa de F¨²tbol desde 1924, asunto que carecer¨ªa de importancia si no fuera porque la Liga francesa comenz¨® en 1932.

En el debate sobre el Bar?a y el futuro del f¨²tbol catal¨¢n entr¨® a todo trapo Javier Tebas, presidente de la Liga, que se hart¨® de proclamar que si Catalu?a se independizara ¡°el Bar?a no jugar¨ªa la Liga espa?ola¡±. Tal veredicto lo basa en la ley del Deporte, ley que, como todas, se puede cambiar. El problema es que esa ley solo la puede cambiar... el Parlamento espa?ol. Visto lo visto, y por echarle sosiego al tema, habr¨¢ que convenir con el socialista Miquel Iceta en que, con y sin independencia, lo ¨²nico seguro es que el Bar?a jugar¨¢ ¡°en un campo reglamentario¡±. En qu¨¦ pa¨ªs lo haga es otro asunto. Raro ser¨ªa, a qu¨¦ negarlo, que se imponga la tesis del ciudadano que durante la Diada, y preguntado al respecto, espet¨® que ser¨ªa el Madrid quien no permitir¨ªa que el Bar?a abandonara la Liga espa?ola. ¡°Yo le digo¡±, explic¨®, ¡°que si el Bar?a se fuera a jugar a Francia, el Madrid tambi¨¦n se ir¨ªa a jugar all¨ª¡±. Y lo dec¨ªa tan serio, el muchacho.