Tiger Woods lucha contra su retirada
El golfista estadounidense, de 41 a?os, se esfuerza por volver a jugar tras cuatro operaciones de rodilla y cuatro de espalda
¡°Mi agenda es la que me dice el cirujano¡±. Tiger Woods no es due?o de su destino. Las lesiones han machacado al gigante, especialmente esas cuatro operaciones de espalda en los tres ¨²ltimos a?os que amenazan su carrera a los 41. El mismo Woods no tiene claro que pueda volver a jugar al m¨¢s alto nivel. ¡°Simplemente, no s¨¦ lo que mi cuerpo me va a permitir hacer. Sigo escuchando a mis m¨¦dicos, con calma. Voy dando pasos. Es un proceso largo y no tengo prisa. Estoy dando golpes de unas 60 yardas y practico putts y chips cada d¨ªa. El dolor se ha ido, pero no he entrenado ninguno de los m¨²sculos del golf ni he dado un golpe completo. Todav¨ªa no pienso mucho en el futuro porque no s¨¦ qu¨¦ tipo de swing voy a poder hacer. Tardar¨¦ alg¨²n tiempo en averiguarlo. Entonces sabr¨¦ lo que podr¨¦ hacer¡±, explic¨® Tiger la semana pasada durante su participaci¨®n como vicecapit¨¢n en la Presidents Cup. Este s¨¢bado, sin embargo, dio una imagen para la esperanza cuando colg¨® en su cuenta de Twitter un v¨ªdeo a c¨¢mara lenta en el que se le aprecia realizando un swing completo. El Tigre lucha por volver.
Por primera vez, en aquellas palabras de Tiger no hab¨ªa ning¨²n rastro de exaltaci¨®n competitiva. No hablaba de volver a ganar (no lo hace desde 2013), de conquistar otro grande (el ¨²ltimo en 2008) ni de acercar su marca de 14 majors a los 18 de Jack Nicklaus. M¨¢s humano que nunca, uno de los mejores atletas de todos los tiempos pon¨ªa en cuesti¨®n lo m¨¢s simple. Que todav¨ªa sea deportista. Y que pueda recorrer el camino que otros grandes jugadores, como su amigo Rafa Nadal, han atravesado para volver de las sombras.
Carrera en cinta, bicicleta y nataci¨®n seis veces a la semana. Pesas dos veces al d¨ªa. Entrenamientos de golf en casa, algunas veces con sus amigos Justin Thomas y Rickie Fowler. Tiger se prepara para mantener encendida la llama de un posible regreso. Su ¨²ltimo torneo lo jug¨® en febrero, en Dubai. Volvi¨® a retirarse por espasmos en la espalda y en abril pas¨® de nuevo por el quir¨®fano, la cuarta etapa de un callej¨®n sin salida en el que entr¨® en 2014. ¡°La primera operaci¨®n fue una laminectom¨ªa. Ten¨ªa mucha presi¨®n en la espalda y le quitaron un poco de l¨¢mina en una v¨¦rtebra para que tuviera menos dolor. Es cirug¨ªa menor, pero es meter mano en la espalda y en estos casos hay un porcentaje alto de reca¨ªda¡±, explica ?lvaro Zerolo, fisioterapeuta del circuito europeo.
Los ¡®navy seals¡¯
Smooth iron shots pic.twitter.com/v9XLROZnfW
— Tiger Woods (@TigerWoods) October 7, 2017
¡°En Europa somos mucho menos partidarios de operar, hay una cultura de no abrir, de llevar un tratamiento m¨¢s progresivo, porque cuando entras en quir¨®fano puedes arriesgarte a m¨¢s operaciones. Los m¨¦dicos del circuito europeo no son cirujanos, no operan. En Estados Unidos es al rev¨¦s. Con la rehabilitaci¨®n te curas, aunque sea tarde. La cirug¨ªa es un c¨ªrculo. Una te lleva a otra¡±, comenta Zerolo, que en 12 a?os en el circuito europeo no ha visto ninguna operaci¨®n de espalda, el primer motivo de lesiones de los golfistas.
Por ese calvario pasaron Seve Ballesteros, que se trat¨® con punciones en Estados Unidos, y tambi¨¦n Chema Olazabal, a quien un problema lumbar le provocaba un dolor insoportable que le bajaba hasta el dedo gordo de un pie. El vasco se resisti¨® a operarse y fue tratado durante meses en Alemania por el doctor M¨¹ller Wohlfahrt. Tiger no tuvo tanta paciencia. ¡°Recuerdo vivamente el rictus de dolor en la cara de Seve cada vez que se sentaba o levantaba de una silla. A m¨ª no me permit¨ªa el giro en el swing y cog¨ª la costumbre de llevarme el pu?o a la regi¨®n lumbar para hacer presi¨®n. Imposible jugar¡±, recuerda hoy en d¨ªa Olazabal.
Woods fue quien llev¨® a los golfistas al gimnasio, a tratar la preparaci¨®n f¨ªsica como otro ingrediente del ¨¦xito. Pero quiz¨¢s se le fue la mano cuando se obsesion¨® con los entrenamientos militares de los navy seals. Saltaba en paraca¨ªdas, montaba en tanque, aguantaba la respiraci¨®n durante minutos¡ La afici¨®n se convirti¨® en obsesi¨®n. ¡°Desde aqu¨ª te puedo matar en dos segundos¡±, le dijo una vez a su entrenador, Hank Haney. ¡°Puede que se pasara de sobreentrenamiento¡±, opina Zerolo; ¡°Tiger no ha jugado al golf como cualquiera sino como un adelantado a su tiempo. En los pr¨®ximos a?os veremos a golfistas con m¨¢s m¨²sculo. En eso el tenis lleva unos a?os por delante del golf¡±. El fisioterapeuta espa?ol recuerda la ¨²ltima vez que vio jugar a Tiger, hace unos meses en Dubai. ¡°Estaba como un toro, pero andaba como un lisiado, como un abuelete. Necesitaba ayudar para entrar y salir del b¨²nker. Ten¨ªa un swing nuevo para protegerse del dolor¡±.
Despu¨¦s de cuatro operaciones en la rodilla izquierda y cuatro en la espalda, de lesiones de codo y en el tend¨®n de Aquiles, el swing de Tiger ha dejado de ser natural. La rotaci¨®n del cuerpo recae sobre todo en la cuarta y quinta lumbar. Y cuando se ha hecho millones de veces, y con la agresividad en el golpeo de Woods, cualquier desajuste es letal. El cuerpo del Tigre, lleno de parches, est¨¢ al l¨ªmite. Cuando le ha fallado el f¨ªsico, todo lo dem¨¢s, su mentalidad, su t¨¦cnica, se ha desmoronado.
Woods dice que ha desaparecido el dolor que le bajaba por las piernas y que por fin duerme tranquilo. Lo ha logrado despu¨¦s de pasar por tratamiento para mitigar su adicci¨®n a medicamentos como Ambien y Vicodina, que tomaba en cantidades excesivas y que llevaron a que fuera detenido de madrugada por conducir drogado.
Hoy, el ganador de 14 grandes y 79 torneos en el circuito estadounidense, 110 millones de d¨®lares en ganancias solo en premios, se tambalea, aunque quiere demostrar que tiene las garras afiladas. En toda su carrera ha disputado 328 torneos. Ninguno jug¨® en 2016. Solo uno en 2017. ?Y si no vuelve a jugar? ¡°Si no vuelve¡ habr¨¢ sido el mejor¡±, opina Rory McIlroy, uno de los que ha sido n¨²mero uno en su ausencia; ¡°ha hecho maravillas por este deporte. No tiene nada que demostrarle a nadie, ni a s¨ª mismo. Puede irse del golf con la cabeza muy alta¡±.
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