Eibar y Deportivo se consuelan con un empate
El equipo azulgrana puso m¨¢s en en el empe?o pero le falt¨® precisi¨®n
Las dudas en los equipos de f¨²tbol surgen del estilo o de los resultados. Cuando se juntan ambas causas, la consecuencia es la crisis. El Eibar no tiene duda alguna sobre su estilo: cl¨¢sico, un poco vintage, tejido resistente y una corbata de quita y pon que la luce y la desluce seg¨²n el momento. Hace muchos a?os que el Eibar ni cambia de sastre porque le va muy bien con el que tiene, con los que tiene. Pero ahora le faltan resultados que son algo as¨ª como los aplausos en un desfile. Al Deportivo tampoco le acompa?an los resultados. El problema es que su estilo, quiz¨¢s m¨¢s ambicioso, a¨²n est¨¢ por definir, por eso funciona por rachas, por eso en Ipurua a veces parec¨ªa que gobernaba el partido y de repente perd¨ªa el gobierno a poquito que el Eibar resoplase o pusiese cara de enfadado.
Por eso ambos se gestionaban con nombres propios. El Eibar funcionaba con el cuerpo de Kike y Escalante; el Deportivo, con el alma de Cartabia o ?olak. Poca cosa para merecer el gol, que merodeaba con m¨¢s necesidad que motivos. Dmitrovic resolvi¨® sus problemas en remates de Andone, Juanfran o Cartabia, casi siempre con el intermedio de ?olak, futbolista tan fino que a veces se hace invisible. La duda pod¨ªa estar en la otra porter¨ªa, donde debutaba el nigeriano Uzoho, de 18 a?os, culminando el casting de porteros en el equipo coru?¨¦s. Fue exigido lo justo y con lo justo lo resolvi¨® desde sus 196 cent¨ªmetros de altura, cinco menos que su suplente, el rumano Pantilimon, demostrando que al Deportivo los porteros le gustan a la antigua usanza: que toquen el larguero con el codo y sin saltar.
Pero lo cierto es que los delanteros respetaron mucho a los porteros. M¨¢s en la segunda mitad (cuando se supone que vence la ansiedad) que en la primera, cuando la frescura result¨® m¨¢s productiva. El partido se convirti¨® en el t¨ªpico duelo de gladiadores, pero sin sangre derramada. La busc¨® el Eibar sin desmayo, con las llegadas de Escalante y Dani Garc¨ªa, imponentes que tropezaron con las pantallas de la defensa, evitando que sufriera su portero. El Deportivo dio la sensaci¨®n de abotargarse en la segunda mitad. No de conformarse, pero s¨ª de no exigirse. Desparecieron ?olak, Cartabia (Valverde fue inexistente todo el partido) y la responsabilidad recay¨® en sus defensas.
Pero al Eibar le falt¨® precisi¨®n cuando puso en la mirilla la porter¨ªa de Uzoho. Eso le falta al Eibar actual. Juega sin m¨¢scara, a cara descubierta. El Depor se protege con un pa?uelo: a veces se le ve la cara, a veces solo ojos de miedo. En el empate encontraron los dos un extra?o consuelo: el Eibar, rompiendo su racha de derrotas; el Deportivo por sumar un punto fuera a sus victorias caseras.
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