Otra ocasi¨®n perdida
Tengo la fe de que Rafael ganar¨¢ alg¨²n d¨ªa el Masters y de que lo celebrar¨¦ desde la distancia
Otra vez nos vamos de Londres con la decepci¨®n de no haber logrado la victoria en el torneo m¨¢s especial despu¨¦s de los cuatro Grand Slams. A pesar de haberse clasificado en 13 ocasiones, por una raz¨®n u otra, Rafael no ha conseguido nunca jugar a su m¨¢ximo nivel aqu¨ª y, por consiguiente, levantar la Copa de Maestros.
No era ning¨²n secreto que lleg¨¢bamos a la presente edici¨®n bastante mermados. Y aunque los entrenamientos previos nos hab¨ªan dado algo de margen para el optimismo, cuando Rafael empez¨® a jugar supimos que su cuerpo no iba a responder como hubiera sido nuestro deseo.
Cuando me reun¨ª con ¨¦l en el vestuario despu¨¦s de su derrota contra Goffin y su retirada del torneo, lo encontr¨¦ algo apesadumbrado. Como en otras ocasiones en que le he visto impotente o decepcionado, le dije que no deb¨ªamos lamentarnos m¨¢s de la cuenta. ¡°Vayamos a hacer un balance general de este a?o y es evidente que en l¨ªneas generales ha sido muy positivo¡±.
Rafael ha vuelto a ser un jugador casi imbatible en pista de tierra. En cuanto a la pista r¨¢pida, ha disputado cinco finales y ha vencido en dos, entre ellas el US Open. Ha ganado un total de seis torneos, dos Grand Slams, dos Masters 1000 y otros dos 500, y ha acabado como n¨²mero uno de la ATP. El a?o ha sido excelente.
Las dos temporadas previas a la actual fueron bastante duras para mi sobrino. Los problemas f¨ªsicos que ven¨ªa arrastrando hasta que dio por terminada la temporada en octubre de 2016 afectaron no solo a sus resultados en la pista, sino tambi¨¦n a su seguridad en s¨ª mismo.
Esta era mi m¨¢xima preocupaci¨®n cuando me reun¨ª con ¨¦l hace ahora justamente un a?o.
Deb¨ªamos encarar la temporada actual y tuve una larga charla con ¨¦l en un apartado de su academia. Evidentemente, hablamos de aspectos ten¨ªsticos. Le dije que era preciso mejorar el saque y, sobre todo, recuperar su derecha. Hablamos de esa necesidad de adaptar el juego para proteger un cuerpo que ya no es el del chaval de 19 a?os que gan¨® su primer Grand Slam con unas fuerzas desbocadas. Le repet¨ª lo que pesadamente he repetido a lo largo de los a?os, que evolucionar es sobrevivir. Esto es primordial. Pero, sobre todo, le ped¨ª lo que entiendo como m¨¢s determinante: que recuperara las ganas de ganar, que rescatara ese esp¨ªritu luchador que le hab¨ªa caracterizado siempre y que le ha dado innumerables victorias.
Creo que lo ha conseguido.
En unas pocas semanas, cuando Rafael empiece a entrenarse de nuevo, cuando planifique la temporada venidera con Francis Roig y Carlos Moy¨¤, tendr¨¢ a buen seguro la satisfacci¨®n y la tranquilidad de haber restablecido esa garra que le aporta el hecho de sentirse fuerte y seguro. Ser¨¢ el momento de marcarse nuevos objetivos. Entre ellos estar¨¢ ganar este torneo final del que se despidi¨® el lunes.
Tengo la fe de que lo lograr¨¢ y de que lo celebrar¨¦ desde la distancia.
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