Jack Sock, la luz de Estados Unidos
El pegador de Nebraska, semifinalista en el Masters de Londres, es la esperanza de la primera potencia mundial, sin un gran t¨ªtulo desde 2003 ni figuras desde Roddick. "Me gusta divertirme, jugar a lo grande"
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
Le llaman Showtime y el sobrenombre le hace justicia porque, gane o pierda, Jack Sock (Lincoln, Estados Unidos; 25 a?os) siempre suele ofrecer alguna perla o alg¨²n fotograma que agradece el aficionado. En Londres, por ejemplo, dej¨® al p¨²blico boquiabierto cuando en su estreno en la Copa de Maestros, contra Roger Federer, se gir¨® y puso el trasero en pompa para tratar de despistar al suizo mientras este voleaba en la red. ¡°Fue una gran distracci¨®n, porque ese culo es muy grande¡ Deber¨ªa haber apuntado ah¨ª¡±, brome¨® el suizo. Despu¨¦s, en su ¨²ltimo pulso, contra el jovenzuelo Alexander Zverev, el estadounidense se cogi¨® tal cabreo que envi¨® la pelota hasta el tercer anillo del O2, como si hubiese fuese un bateador de b¨¦isbol logrando un homerun.
¡°?S¨ª? ?Hice yo eso?¡±, contest¨® con una risa al periodista que se lo record¨®. ¡°No, en serio. Tan pronto como golpe¨¦ la pelota me dije: oh, dios, Jack, ha sido est¨²pido. Y escuch¨¦: code violation¡ Una acci¨®n est¨²pida por mi parte, el ¨¢rbitro me sancion¨®¡ Pero al final me funcion¨®¡±, relataba el n¨²mero nueve del mundo, que logr¨® el billete para el torneo sobre la bocina al levantar el trofeo del Masters de Par¨ªs-Bercy solo tres d¨ªas antes del evento de los maestros, donde contra todo pron¨®stico no solo ha sobrevivido a la fase de grupos sino que adem¨¢s disputar¨¢ esta noche las semifinales (21.00, Movistar+ D2) contra Grigor Dimitrov.
Hac¨ªa 10 a?os, desde que Andy Roddick lo consiguiera en 2007, que un jugador estadounidense no escalaba tan alto en el Masters. ¡°Obviamente, Nebraska es el mejor lugar para un tenista¡¡±, continu¨® Sock. ¡°Est¨¢ bien que dos t¨ªos de Nebraska hayan sido los ¨²ltimos en conseguirlo. Creo que es positivo para todo el tenis de nuestro pa¨ªs. Espero que en el futuro no sea solo un jugador, sino que estemos varios peleando por ganar este torneo. El que hayan pasado 10 a?os entre Andy y yo no es algo bueno para nosotros¡±, reflexionaba el ca?onero.
En realidad, con su discurso Sock subrayaba una realidad palpable desde hace tiempo: Estados Unidos, una de las grandes factor¨ªas del tenis mundial si no la m¨¢s potente, genera buenos productos, pero no las estrellas de los viejos tiempos. Roddick fue la ¨²ltima. Elev¨® el US Open de 2003, el ¨²ltimo grande para los norteamericanos, y ocup¨® durante 13 semanas el n¨²mero uno, adem¨¢s de conquistar la Copa Davis en 2007. Se retir¨® con solo 30 a?os y a partir de ah¨ª se gener¨® un solar porque ning¨²n jugador estadounidense ha sido capaz de crearse un espacio entre los m¨¢s fuertes.
Los tiempos de McEnroe, Courier, Sampras...
Solo destacan espor¨¢dicamente un tr¨ªo de veteranos ¨CSam Querrey (30 a?os, 13 del mundo), John Isner (32/17) y Donald Young (28/62)¨C, los perfiles intermedios no repuntan ¨CRyan Harrison (25/47), Steve Johnson (27/44)¨C y a los j¨®venes valores como Jared Donaldson (21/53), Frances Tiafoe (19/78), Taylor Fritz (20/110) todav¨ªa les falta mucha maduraci¨®n.
No obstante, la maquinaria de la Federaci¨®n (USTA) no se detiene. El pa¨ªs que m¨¢s trofeos de la Davis acumula (32) sigue desarrollando una sofisticada red de academias para potenciar a los talentos y volver a dar con una joya, pero esta no llega. Se mira con nostalgia los tiempos de las grandes figuras del pasado como Jimmy Connors, Arthur Ashe o Stan Smith; los laureles de los ochenta y los noventa con John McEnroe, Michael Chang o Jim Courier; y, sobre todo, aquella encarnizada rivalidad entre Pete Sampras y Andre Agassi, el d¨²o de ensue?o que dominaba el mundo ten¨ªstico. Y el ¨²ltimo fue Roddick, ahora comentarista con 35 a?os y sin relevo para sostener el ¨¦xito.
Serena ha sostenido el ¨¦xito femenino, pero el masculino se resiste y los j¨®venes empujan suave
Entre las f¨¦minas, Serena Williams ha ido haciendo historia, con el respaldo de su hermana Venus, a¨²n guerrera, pero en el cuadro masculino el impacto en los grandes torneos ha desaparecido. Por eso, el pa¨ªs asiste al despertar de Sock como la gran esperanza. Tiene solo cuatro t¨ªtulos (Houston, Auckland, Delray Beach y Par¨ªs-Bercy), pero su tenis imprevisible apunta alto y supone un brote verde. ¡°Me gusta jugar al golf y salir con mis amigos. Soy siempre el mismo, ya sea el uno del ranking o el 592. En la pista me gusta divertirme, jugar a lo grande y jugar libre¡±, contaba Sock, hijo de un asesor financiero y una ama de casa, aficionado al f¨²tbol americano y la NBA.
El pegador, porque tiene una derecha salvaje, sobre cuyos hombros ejerce presi¨®n una naci¨®n entera que echa mucho en falta el pasado y reclama una figura tras las d¨¦cadas de gloria. Tal vez sea Sock el eslab¨®n.
AS? QUEDAN LAS SEMIFINALES DEL MASTERS
Con el triunfo que logr¨® David Goffin frente a Dominic Thiem (6-4 y 6-1) se cerraron definitivamente las semifinales del Masters. El belga afrontar¨¢ este s¨¢bado (15.00, Movistar+ D2) al suizo Roger Federer, el gran favorito al triunfo final y con el que tiene una clara desventaja en los cruces particulares (6-0).
Mientras, por la noche (21.00) se medir¨¢n en la pista del O2 el b¨²lgaro Dimitrov (doble 6-1 a Pablo Carre?o anoche) y Jack Sock. Entre ambos, la balanza est¨¢ a favor del estadounidense (4-1), que se impuso en los tres ¨²ltimos enfrentamientos, incluido este a?o en Indian Wells.
La final del torneo se disputar¨¢ el domingo a las 19.00. El ¨²ltimo vencedor fue el brit¨¢nico Andy Murray, ausente esta edici¨®n por lesi¨®n.
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