El M¨¢laga angustia al Real Madrid
Un gol de Cristiano Ronaldo tras fallar un penalti alivia a los de Zidane, que fueron de m¨¢s a menos, frente a un adversario valiente y muy competitivo
Hubo partido con hueso en Chamart¨ªn. Nada que ver con la clasificaci¨®n de uno y otro, con ese Real Madrid espasm¨®dico y ese M¨¢laga que como visitante ni hab¨ªa marcado ni hab¨ªa puntuado. En el Bernab¨¦u ambos destilaron un duelo vistoso, intrigante hasta el final, sin que quedara subrayado qui¨¦n iba de blanco y qui¨¦n de blanquiazul. Solo un penalti anotado por Cristiano Ronaldo tras un desv¨ªo inicial de Roberto alivi¨® al Madrid. A un Real que fue de m¨¢s a menos y ante el que su oponente disimul¨® con creces sus males. Le tute¨® de lo lindo.
Los madridistas no se tomaron a chufla a su adversario. Tampoco los malaguistas se resignaron en tan imponente escenario. Da gusto ver a equipos como el de M¨ªchel. Esos conjuntos de escala inferior que no se escurren ante duelos que a otros les sirven de coartada para esa gaita de nuestra Liga es otra. El M¨¢laga metaboliz¨® sin cantinelas que la Liga tambi¨¦n pasaba por la Castellana. Se plant¨® con dos delanteros, dos extremos, la pelota como objetivo y a jugar. Cara a cara.
Por mucho que el M¨¢laga?fuera en el cami¨®n escoba del torneo, no compareci¨® un Madrid p¨¢nfilo. Todo lo contrario, hasta el segundo tiempo, un Real con volumen, con remangue para el quite. Con Modric en el descansillo, Lucas asumi¨® el costado derecho junto a Carvajal y Kroos hizo de espor¨¢dico auxiliar de Marcelo. Isco fue Isco. No hay radar para ¨¦l, su panor¨¢mica discurre por cualquier sector del campo.
Justo por donde el Madrid quebraba su simetr¨ªa, antes de los diez minutos, Marcelo se aventur¨® por la izquierda y su centro lo cabece¨® Cristiano como si fuera un pertiguista. El bal¨®n se estamp¨® en el larguero y al rechace fue Benzema, esta vez el m¨¢s espabilado. Con su remate cristalino a puerta vac¨ªa se inici¨® un repertorio de cabezazos cruciales para la resoluci¨®n de la trama. No se derriti¨® el M¨¢laga, decidido a incomodar todo lo posible a su rival. Por ejemplo, a provocar un embrollo en su salida del juego. La intenci¨®n visitante era que Kiko Casilla tuviera que rifar la pelota con saque en vuelo. Con el Real Madrid enchironado, Kroos y Varane se hicieron un nudo, Keko pill¨® a toda la zaga blanca fuera de lugar y Rolan tuvo sobremesa para amortiguar el bal¨®n, echar un vistazo y armar el tiro.
El imprevisto M¨¢laga hizo sentirse al Madrid en un duelo inesperado. No se desenchuf¨®, pero se descoordin¨® en algunas fases. Como no est¨¢ del todo fino, esos desajustes, consecuencia de la mutabilidad de gran parte de sus futbolistas, ya no le producen la misma renta que en el pasado curso. Entonces, en un mismo reto emerg¨ªan muchos Madrid diferentes. En todos sol¨ªa poner el sello Cristiano. Hoy, incluso a ¨¦l, le cuesta un mundo. Y no por falta de empe?o. Roberto, estupendo toda la tarde, le hizo maldecir m¨¢s de una vez. Lo mismo que el larguero, alg¨²n cruce terminal de los zagueros blanquiazules...
A CR se le adelant¨® Casemiro, con un cabezazo dinamitero para el que no precis¨® ni levantar las suelas. Se?al de la gran penuria del M¨¢laga, flojo en el andamio para la defensa a¨¦rea.
En un d¨ªa en el que todos iban de cabeza, Baysse, relevo del lesionado Juankar, cerr¨® el primer acto con un frentazo a la red. Al primer tiempo no le quedaban mil¨¦simas, pero el ¨¢rbitro estim¨® que el malaguista se hab¨ªa anclado sobre los hombros de Carvajal. As¨ª fue, aunque hay miles de veces que otros muchos jueces se hacen los lonchas en jugadas similares. Lo pudo ser el despegue de CR sobre Diego Gonz¨¢lez en el primer tanto del encuentro.
El quej¨ªo malaguista no rebaj¨® a los de M¨ªchel, que en el segundo acto destemplaron al Madrid. Si antes le hab¨ªa costado el gobierno, en el siguiente periodo jam¨¢s lo tuvo. Ni un atisbo de achique en el M¨¢laga, que caz¨® el empate en un zurdazo lejano del Chory Castro. Contribuy¨® el Real, con un despeje pifiado de Varane, la mirada demasiado contemplativa de Vallejo y las manos blandas de Kiko Casilla. La respuesta del t¨¦cnico visitante fue sintom¨¢tica. Lejos de mandar un mensaje para refugiarse en favor del punto, envid¨® con un delantero por otro: Borja Bast¨®n por Pe?aranda. Lo mismo har¨ªa con Juanpi por el acalambrado Keko. Machote el M¨¢laga, la hinchada blanca percibi¨® c¨®mo se dilu¨ªa su equipo, su repentina espesura, y se lo hizo notar. En medio de la zozobra, Zidane retir¨® a Isco, la mejor chistera del equipo. Todo resultaba muy confuso en el Real Madrid.
La soluci¨®n madridista lleg¨® con un evidente penalti de Luis Hern¨¢ndez a Modric, tan claro como el precedente no pitado de Adri¨¢n a Lucas. Momento Cristiano. Pero como ahora todo le resulta tan fatigoso, el luso fall¨® el disparo, repelido por Roberto. El despeje ya s¨ª permiti¨® a CR sumar su segundo gol en Liga. Tantos como hizo el M¨¢laga en Chamart¨ªn, el doble de los que hab¨ªa conseguido en el campeonato fuera de La Rosaleda. Prueba de que angusti¨® al Madrid, a este Madrid que no acaba de cuadrar.
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