El mejor solista del Bar?a se llama Vald¨¦s
Fue ¨²nico, jug¨® igual de bien con los pies que con las manos, con el cuerpo y la cabeza, con una mentalidad tan fuerte que le permit¨ªa cuidar de s¨ª mismo y del equipo
Hay una historia del Bar?a, la de un club revolucionario y tambi¨¦n ganador, construida a partir de los mejores delanteros, figuras como Samitier, Kubala, Cruyff, Ronaldinho o naturalmente Messi. Hasta Maradona fue jugador del Barcelona. Tambi¨¦n se puede contar la vida de un equipo ¨²nico y singular en su estilo, con la biograf¨ªa de centrocampistas de la talla de Juanito Segarra, Pep Guardiola, Xavi, Iniesta y Busquets. Incluso Luisito Su¨¢rez, el ¨²nico espa?ol que ha ganado el Bal¨®n de Oro, fue futbolista del Bar?a. Habr¨¢ quien mida tambi¨¦n la grandeza barcelonista, la de una entidad sobria y elegante, por los centrales que han desfilado por Les Corts y el Camp Nou, pocos como Olivella, Biosca, Migueli, Gallego, Puyol o Piqu¨¦. Tambi¨¦n Garay o Marinho formaron con el Barcelona.
Los momentos, y si se quiere las gestas azulgrana, remiten en cambio a los porteros hasta la llegada de V¨ªctor Vald¨¦s, el guardameta que ha apagado la luz despu¨¦s de su desencuentro con el mundo, peleado con el M¨®naco, extraviado en B¨¦lgica, an¨®nimo en la Premier desde que se reencontr¨® con Van Gaal.
Vald¨¦s necesitaba jugar con tensi¨®n, solo contra la mejor delantera o el punta m¨¢s temible, como ocurri¨® en la legendaria final de Par¨ªs 2006, aquel d¨ªa en que achic¨® repetidamente hasta desquiciarle a Henry. Necesitaba afrontar cada jugada como si fuera la ¨²ltima de su vida, de manera que cuando anunci¨® que no renovar¨ªa por el Barcelona se lesion¨® de manera fortuita en un partido contra el Celta. El arquero salt¨® por una pelota en una jugada aparentemente inocua y se quebr¨® su rodilla sin que nadie se diera cuenta hasta que qued¨® dolorido y rendido en el Camp Nou.
Aunque su curr¨ªculo quedar¨¢ resumido en mil y un mano a mano, como si el f¨²tbol fuera uno contra los once contrarios susceptibles de presentarse ante su marco, el portero siempre sufri¨® en solitario y en silencio, supersticioso y mani¨¢tico como todos, ¨²nico a la hora de entender el juego del Bar?a. Atacaba y defend¨ªa con la misma precisi¨®n que un ariete y, por tanto, era capaz de acertar en el remate m¨¢s dif¨ªcil y tambi¨¦n, de vez en cuando, fallar en el m¨¢s f¨¢cil, como cuando por su ¨¢rea asomaban la cabeza pillos como Villa o Tamudo.
Vald¨¦s fue un portero de ¨¦poca, ¨²nico en el Bar?a, porque jug¨® igual de bien con los pies que con las manos, as¨ª como con el cuerpo y la cabeza, porque su secreto estaba en una mentalidad tan fuerte que no solo le permit¨ªa cuidar de s¨ª mismo sino tambi¨¦n del equipo y en especial de futbolistas delicados que precisaban de un ¨¢ngel de la guarda como por ejemplo Iniesta. Hasta que quiso fue el escudo del equipo y hoy es el paradigma del portero que necesita el Bar?a. Ter Stegen no es fruto de la casualidad sino que su fichaje se explica a trav¨¦s de Vald¨¦s y de Zubizarreta. El Bar?a lleg¨® a jugar con un portero sin manos (Busquets); tuvo a otro que necesitaba rezar un padrenuestro antes de cada partido para salvar su alma y condenar al equipo (Dutruel); los hubo que cerraban los ojos antes de cada tiro (V¨ªtor Ba¨ªa). Alguno pas¨® sin que se supiera si val¨ªa o no (Reina), tambi¨¦n los hubo de entretiempo que contaban cuentos (Bonano). No ha sido extra?o tampoco a los populares (Hesp).
Acostumbrado el equipo a jugar sin retrovisor, el ¨²nico rival de Vald¨¦s era el propio Vald¨¦s. Quiz¨¢ por su suficiencia, y porque nunca fue arquero de una jugada ni de un partido
El puesto de portero siempre ha sido m¨ªtico en el Bar?a. Los culers dif¨ªcilmente olvidar¨¢n la tragedia de Enke o el accidente mortal de Urruti. Los m¨¢s veteranos todav¨ªa recitan de vez en cuando la Oda a Platko que compuso Alberti. Muchos recuerdan a¨²n las paradas en la l¨ªnea de gol de Artola, la seriedad de Sadurn¨ª, la clase de Mora o la elasticidad de Reina. La mayor¨ªa, sin embargo, se venc¨ªa siempre ante el legado de Ramallets, el gato de Maracan¨¢, inmortalizado en pel¨ªculas de cine, a menudo evocado por el cerebral Zubizarreta, capit¨¢n del Dream Team y tambi¨¦n el director deportivo que dio con Ter Stegen tras descifrar a Vald¨¦s. Nadie discuti¨® a Ramallets como el mejor portero de la historia del Bar?a, incluso despu¨¦s de quedar deslumbrado en Berna, hasta que lleg¨® un chico criado en la Masia de nombre Vald¨¦s.
Ni el sol ni el mar pudieron nunca con VV, com reflejaban sus guantes (V¨ªctor Vald¨¦s), el guardameta m¨¢s decisivo que ha tenido el Bar?a. Acostumbrado el equipo a jugar sin retrovisor, el ¨²nico rival de Vald¨¦s era el propio Vald¨¦s. Quiz¨¢ por su suficiencia, y porque nunca fue arquero de una jugada ni de un partido, nadie le cantar¨¢ una canci¨®n ni le escribir¨¢ un poema, aunque puede que m¨¢s tarde que pronto salga un libro firmado por un periodista que le comprendi¨® mejor que cualquier entrenador y se llama Lu Mart¨ªn.
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