Cuando el ¨¦xito mata
El Real Madrid debe de estar mucho peor de lo que ya se percibe si sus males se ci?en a una mera alineaci¨®n. Muy grave debe de ser si para preservar en Chamart¨ªn un 0-1 con el Legan¨¦s todo pasara por la convocatoria de Bale o CR. Del primero no se sabe con seguridad si est¨¢ para dirimir tres partidos en una semana, porque lo del s¨¢bado en Valencia no es un apeadero cualquiera. El segundo tiene desgarrada la ceja m¨¢s famosa del siglo. En todo caso, uno y otro, lo mismo que Kroos, Marcelo, Navas, Varane y Casemiro, todos ausentes ante los pepineros, en mayor o menor medida han formado parte de los pretorianos incapaces ante el Valencia, el Levante, el Betis, el Girona, el Tottenham, el Bar?a, el Villarreal... Ellos son ese primer pelot¨®n que circula a 19 puntos de los barcelonistas.
?El descalabro liguero ha ido en paralelo al desmadre copero de los reservistas, igual de pedestres ante Fuenlabrada, Numancia o Legan¨¦s. Son tantos los rivales que han hecho descarrilar al Madrid que sus perfiles son de lo m¨¢s variopinto. Ello induce a pensar en un fallo multiorg¨¢nico.
El problema madridista no radica en una alineaci¨®n puntual, sino en no haberse diagnosticado a tiempo que requer¨ªa una cirug¨ªa. Tanto Zinedine Zidane como la nomenclatura de La Castellana creyeron que la hist¨®rica pasada temporada podr¨ªa perpetuarse con la misma gesti¨®n. El mismo espinazo del doblete y un grupo de j¨®venes meritorios en la barrera. Motivos ten¨ªan para la continuidad del modelo, m¨¢xime cuando las Supercopas amplificaron el supuesto esplendor de veteranos y noveles.
Ensimismados con el modelo y ante la perspectiva de un Bar?a fatal, los rectores dejaron que las cosas fluyeran porque s¨ª. Como si los tronos del Madrid fueran un simple automatismo. Pero por mucho que sea el Madrid ni al Madrid le da para tanto. Los primeros indicadores de la deriva se tomaron como algo pasajero. Llegaron m¨¢s se?ales de humo y nadie atendi¨®. Todo debate se redujo a Kepa, que a los 23 a?os a¨²n se acuna en el f¨²tbol profesional. No se trataba de fichar a tal o cual, sino de que alguien interviniera y agitara el vestuario, las jerarqu¨ªas, la pizarra... Al contrario, Zidane se apret¨® a los suyos muy suyos. Su paternalista tutor¨ªa no ha tenido respuesta y ahora el mundo se acaba en Par¨ªs.
Zidane no vale como ¨²nica coartada, la complacencia ante el espejo ha sido general
Con el agua al cuello y en medio de la zozobra general, resulta parad¨®jico que hayan sido precisamente el t¨¦cnico y su camarada franc¨¦s Benzema los m¨¢s abroncados por la hinchada. Ocurre que el personal ya no sabe a qui¨¦n demonizar. Lo mismo no deletrea a CR que se le ha diluido Isco. Lo mismo no reconoce al Asensio que ven¨ªa en camino que no sabe cu¨¢ndo se puede contar con Bale y con qu¨¦ Bale. Es tal el desconcierto que ahora parece que un equipo en el que alistan Ramos, Isco, Asensio y Benzema ¡ªm¨¢s casi media hora final con Carvajal y Modric¡ª no basta para retorcer en casa y con un gol de ventaja al Legan¨¦s, por encomiable que este sea. Zidane pudo ser m¨¢s precavido y contar con Bale como reactor de urgencia por delante de Mayoral. Pero quiso dar otra oportunidad a los coperos, lo mismo que hace con los ligueros. Son sus fidelidades. As¨ª hizo cumbres y no est¨¢ dispuesto a hacer un par¨¦ntesis en su mancomunado proceder.
Zidane tampoco ha alterado su plan de viaje para dar m¨¢s cr¨¦dito a la Copa frente a una Liga tan lunar. Quiz¨¢ rumie que un batacazo liguero que le dejara fuera de la pr¨®xima Champions ser¨ªa un siniestro total. Una menudencia al lado del pepinazo. Y por descabellado que parezca ese reciente Real Madrid de pompas es hoy tan forastero que todo es posible. No, el problema no es una alineaci¨®n ante el Legan¨¦s. Zidane no vale de ¨²nica coartada cuando la complacencia ha sido general. El ¨¦xito, ese aliado tan fugaz, mata si no se reproducen los sue?os. Y caiga quien caiga frente al espejito, espejito...
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