Lance Henderson, un portento en jaque sin m¨®vil
La gran esperanza espa?ola a los 14 a?os, de madre espa?ola y padre estadounidense, no sabe a¨²n si ser¨¢ jugador profesional
Lo que distingue a Lance Henderson de otros portentos de 14 a?os es que en su vida hay mucho m¨¢s que ajedrez. Disfruta del f¨²tbol, la nataci¨®n, el monta?ismo, los viajes y las series en ingl¨¦s (es biling¨¹e). Su horario cotidiano est¨¢ completo, se siente diferente a la mayor¨ªa de la gente de su edad, no tiene m¨®vil y no sabe si ser¨¢ jugador profesional. Pero acaba de lograr en Gibraltar algo asombroso: su primer resultado de Gran Maestro, la categor¨ªa m¨¢s alta en el deporte mental.
¡°Lo que me apasiona del ajedrez es una suma de varias cosas: el placer de ganar, porque veo los resultados del entrenamiento, que tambi¨¦n me gusta; los viajes que conlleva, porque conozco a mucha gente muy interesante; y tambi¨¦n porque es un reto constante para superarme cada d¨ªa¡±, explica Henderson a EL PA?S unos minutos despu¨¦s de doblegar a la dur¨ªsima china Wenjun Ju, 2? de la lista mundial femenina. ¡°Como el resultado de Gran Maestro ya lo ten¨ªa garantizado desde ayer [por el mi¨¦rcoles] cuando hice tablas con el indio Narayan¨¢n, hoy he jugado con menos presi¨®n, y he decidido arriesgar¡±.
Vaya si lo hizo, hasta el punto de que la china lleg¨® a tener una posici¨®n muy ventajosa, pero con muy pocos minutos para llegar al control de tiempo (en la jugada 40). Fue ah¨ª donde el joven marbell¨ª control¨® sus nervios de manera asombrosa a su edad: tras permanecer un rato sentado sobre su pierna izquierda, la baj¨® al suelo, clav¨® los codos, rechaz¨® una continuaci¨®n que le garantizaba el empate y se meti¨® en una variante muy aguda hasta provocar el error fatal de Ju. Esa victoria se tradujo en terminar empatado en el 8? puesto sobre 276 participantes en el torneo abierto m¨¢s importante del mundo. Tambi¨¦n es el mejor clasificado de habla hispana y el m¨¢s joven de los 30 primeros.
Acostumbrado al esfuerzo intelectual intenso -saca notas brillantes en un colegio biling¨¹e donde su tercer idioma es el chino mandar¨ªn-, se ve muy distinto a sus coet¨¢neos: ¡°No entienden que el ajedrez me apasione tanto; tambi¨¦n les extra?a la disciplina y los sacrificios que a veces debo hacer para lograr lo que quiero; y a m¨ª no me interesa la videoconsola ni el m¨®vil, ni lo echo de menos. Pero tengo un grupo de amigos fieles, con los que me llevo bien. Y tambi¨¦n me siento bien solo, conmigo mismo¡±.
Esos sacrificios implican dedicar las vacaciones a jugar torneos o llevarse los deberes a las competiciones que, excepcionalmente, como este de Gibraltar, coinciden con las clases. Su madre, Pino, que conoci¨® al padre, Matt, cuando estudiaba en EEUU, lo tiene muy claro: ¡°La prioridad absoluta para Lance es su buena educaci¨®n y el equilibrio personal. Asegurado eso, es libre para dedicarse a lo que quiera¡±.
La disciplina y el orden que presiden su vida le resultan muy ¨²tiles a la hora de afrontar las derrotas, que en ajedrez son m¨¢s dolorosas que en cualquier otro deporte porque no se puede culpar de ellas al ¨¢rbitro ni a que est¨¢ lloviendo. En Gibraltar s¨®lo ha perdido una partida, frente al ruso D¨¢nil D¨²bov, a pesar de que ocho de sus diez rivales eran en teor¨ªa mejores que ¨¦l: ¡°Esa noche me cost¨® mucho dormir, a pesar de que una de mis caracter¨ªsticas es que soy muy dormil¨®n. Pero en la lucha interna de mi cabeza consegu¨ª que la idea de que ten¨ªa que jugar bien al d¨ªa siguiente ganase a la tristeza o el lamento¡±.
Si juega tan bien como en El Pe?¨®n, Henderson no tardar¨¢ en lograr otros dos resultados similares para convertirse en uno de los Grandes Maestros m¨¢s j¨®venes del mundo. Pero eso no le preocupa: ¡°El ¨²nico objetivo que me marco es jugar bien. Y disfrutar no s¨®lo de los torneos, sino de los viajes que implican. Por ejemplo, disfrut¨¦ mucho de Estocolmo. Y aqu¨ª, en Gibraltar, me encuentro muy a gusto por otro motivo: verme rodeado de tantos jugadores buen¨ªsimos me estimula mucho¡±.
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