La vida sin penaltis del Bar?a
Se cumplen dos a?os sin que le piten una pena m¨¢xima en contra al Bar?a; demasiado tiempo, no por nosotros, sino por ellos
Quiz¨¢ la falta de penaltis en contra le duela m¨¢s al Bar?a que a sus rivales, aunque no me atrevo a asegurarlo a ciencia cierta. Todos tenemos derecho, en cualquier caso, a recibir una mala noticia de vez en cuando, para sentirnos moh¨ªnos; tambi¨¦n el equipo de Valverde. Ahora mismo, el Bar?a parece un club ahogado por su buena suerte, a punto de pedir socorro por ello, como el atormentado guardia de seguridad al que interpreta Bruce Willis en El elegido, y que nunca se pone enfermo y sobrevive a toda clase de graves accidentes, incluido uno de tren del que solo sale vivo ¨¦l, y sin rasgu?os. No me extra?ar¨ªa que el Bar?a estuviese deseando que un d¨ªa alg¨²n ¨¢rbitro se?alase un penalti en su ¨¢rea; no de mala fe, o por gusto. ¡°Una persona honrada es la que hace putadas sin disfrutarlo¡±, dec¨ªa un personaje de una novela de Dovl¨¢tov. Nadie puede vivir todo el tiempo sin meterse en problemas. Tampoco el Barcelona. ?Qu¨¦ porquer¨ªa de existencia ser¨ªa esa? Mi prima cuenta que su juventud fue perfecta salvo porque nunca consigui¨® romperse un brazo para llevar escayola.
Una remota pero factible posibilidad es que el Bar?a entrene la ausencia de penaltis. Yo ya vi entrenar a una periodista de sucesos el corte de manga que pensaba hacerle a su redactor jefe el d¨ªa que la cambiasen de secci¨®n. Hay ¨¦pocas en las que los equipos no quieren dejar nada al azar. Prestar atenci¨®n a la levedad y los peque?os detalles los hace m¨¢s grandes. Llega un instante que aborreces la vulgaridad, y cometer un penalti es una. En especial en el Bar?a, donde se vive con angustia la idea de que alguien te diga por la calle que no juegas bien al f¨²tbol, aunque ganes. Es un club obsesionado por el c¨®mo, y me parece bien. Conozco al menos a un barcelonista que defiende que les piten penaltis en contra, ¡°siempre y cuando los tire Messi¡±. En cuanto a si teme que Ter Stegen se aburra, responde que ¡°los porteros deber¨ªan plantearse llevar tabaco al partido¡±.
No me extra?ar¨ªa que al acabar sus encuentros, precisamente Ter Stegen, se golpease la cabeza contra las taquillas del vestuario porque se salda otro d¨ªa sin que un contrincante le lance un penalti. En Liga se cumplen ya dos a?os. Demasiado tiempo. Ya no por nosotros, sino por el bien del Barcelona: p¨ªtenle un penalti en contra. ?P¨ªtenselo! El f¨²tbol requiere de una dosis razonable de adversidad para no promet¨¦rselas siempre felices. Y no solo el f¨²tbol. En una ocasi¨®n acud¨ª con dos amigos a un peque?o casino, en Portugal, y cuando no hab¨ªa transcurrido ni una hora, uno de ellos me pidi¨® al o¨ªdo que por favor lo sacase de all¨ª porque estaba desplumando sin piedad a unos viejecitos simpatiqu¨ªsimos. Si empezamos por estar contentos de que no nos piten nunca penaltis, porque eso contribuye a la victoria, nada impedir¨¢ que m¨¢s tarde nos sintamos satisfechos tambi¨¦n de que los rivales no pisen nuestra ¨¢rea, o nunca disparen a puerta, porque as¨ª no podr¨¢n hacernos un gol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.