Ferrer desata el ¨¦xtasis hacia las semifinales de la Davis

Caldo de cultivo de heroicidades y grandes gestas, la Copa Davis inscribi¨® un nuevo nombre en su historia con el deseado ¨¦xito de David Ferrer. Dice el alicantino que el tenis no le debe nada, que alg¨²n d¨ªa no muy lejano colgar¨¢ la raqueta con la sensaci¨®n de plenitud, pero la enciclopedia le ten¨ªa reservado un cap¨ªtulo glorioso, quien sabe s¨ª con posibilidad de a?adidos, porque a¨²n le queda cuerda y el recorrido de Espa?a a¨²n no ha terminado. Llevado en volandas por la grada de Valencia, en un elogio a la perseverancia y la tenacidad, el alicantino bati¨® a Philippe Kohlschreiber en un duelo el¨¦ctrico (7-6, 3-6, 7-6, 4-6 y 7-5, en 4h 51m) y culmin¨® la remontada que gu¨ªa hacia las semifinales, cota que el equipo espa?ol no alcanzaba desde 2012.

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Por la ma?ana abri¨® camino Rafael Nadal, frente Alexander Zverev (6-1, 6-4 y 6-4, en 2h 16m), y por la tarde Ferrer, vencido el viernes en la apertura, pero repuesto, resolvi¨® un thriller que conduce al grupo capitaneado por Sergi Bruguera a un enfrentamiento contra Francia, del 16 al 18 de septiembre en territorio galo. El equipo nacional, por tanto, prolonga su racha de imbatibilidad en casa a 19 a?os y 27 victorias, y reverdece en una competici¨®n en la que se hab¨ªa marchitado durante el ¨²ltimo lustro.

Uno de esos geniales giros copernicanos que suele brindar la Copa Davis, la actual Copa Davis hasta que se oficialice lo contrario, depar¨® que dos tenistas bregados y reconocidos como Ferrer y Kohlschreiber se batieran por el punto definitivo. Agua y aceite, porque muy poco tienen que ver uno y otro. El alem¨¢n (34 a?os) representa la sofisticaci¨®n y el academicismo, la pulcritud de esa escuela cl¨¢sica que resiste a duras penas a unos tiempos modernos en los que priman los pegadores de un solo registro. El espa?ol (36), mientras, se ha erigido siempre como un jugador de pura raza, todo coraz¨®n, quiz¨¢ sin las virtudes est¨¦ticas ni las facultades fision¨®micas de otros, pero con un caudal de tenis fuera de toda duda.

Entre contrastes transcurri¨® un partido dram¨¢tico y hermoso, el m¨¢s duradero de Espa?a en la Davis; el r¨¦cord estaba en uno de dobles de Fernando Verdasco y Feliciano (4h 48m, en 2007, ante Suiza). Al componente emocional de una resoluci¨®n a cara o cruz y la atm¨®sfera efusiva inherente al evento le acompa?¨® un soberbio despliegue de uno y otro lado. Hubo de todo: alternativas, tensi¨®n, agon¨ªa y colorido; nubes, cielo azul, fr¨ªo y calor; tambi¨¦n unos remolinos de viento incomod¨ªsimos. Por haber hubo incluso truenos, porque hasta la lluvia, socia hist¨®rica de este deporte, quiso tener unos minutos de protagonismo; fueron pocos, apenas tres durante el tercer parcial, porque el espect¨¢culo la ape¨® a un lado inmediatamente para que no desmejorase una tarde preciosa en la Plaza de toros de Valencia.

Un ejercicio de contenci¨®n

Los dos protagonistas dignificaron el tenis con un partido plagado de puntos de giro. El primero, la rotura de Ferrer en la primera manga y la respuesta seguida de Kholschreiber, continuada con un ejercicio de contenci¨®n por ambas partes que deriv¨® en el primer tie-break, resuelto de f¨¢bula por el anfitri¨®n (7-1, globo incluido en el broche) y extra?amente mal disputado por el hu¨¦sped.

Ferru firm¨® el partido m¨¢s duradero de Espa?a en la Davis, superando a uno de dobles de 4h 48m

Despu¨¦s, m¨¢s y m¨¢s curvas. El alem¨¢n abroch¨® con firmeza el segundo set, sellado con un ace abierto, pero en el siguiente el vaiv¨¦n fue de a¨²pa, con cuatro roturas y un desenlace taquic¨¢rdico en el desempate: de inicio, Kohlschreiber se hizo con un 0-3 a su favor, pero Ferrer mantuvo el tipo y desequilibr¨® (7-4 al final), no sin suspense, claro, pues su ¨²ltima derecha golpe¨® la cinta y la pelota se qued¨® suspendida en el aire una eternidad, hasta que la gravedad le ech¨® una mano y la empuj¨® hacia al otro lado.

Todo a su favor, pues, pero la Davis es tan caprichosa y los alemanes tan tozudos que Kohlschreiber no se diluy¨®, sigui¨® remando y encontr¨® una recompensa id¨¦ntica para adjudicarse el cuarto parcial: de nuevo, un golpe violento en la cresta de la cinta, bola en el aire y los est¨®magos de todo el mundo encogidos. Y esta vez, la fortuna le sonri¨® a ¨¦l. 2-2 en el electr¨®nico y por lo tanto todo un mundo por delante. Y Nadal sobre una silla, a grito pelado y caliente como un hooligan, aconsejando y animando sin parar a Ferru para que hiciera un ¨²ltimo esfuerzo y condujera a Espa?a hacia las semifinales. A su lado, Marc L¨®pez se revolv¨ªa sin parar y Feliciano arengaba a la grada patria con la que tanto ha conectado siempre.

Entre el polvo de Valencia, una traca final

En la plaza empujaba hasta el apuntador, porque el objetivo quedaba cerca y son ya unos cuantos de carest¨ªa y decepciones en una competici¨®n que ha otorgado al tenis espa?ol muchas escenas para la videoteca. Ferrer, uno de los componentes de la generaci¨®n dorada, siempre ha estado ah¨ª y tambi¨¦n quer¨ªa la suya. A pesar de pasarse toda la tarde persiguiendo bolas y devolvi¨¦ndolas desde los ¨¢ngulos imposibles que propon¨ªa su rival, de la fatiga y del desgaste an¨ªmico que requiere un mano a mano de estas caracter¨ªsticas, tanto ¨¦l como Kohlschreiber regalaron un ¨²ltimo intercambio feroz.

Entre polvaredas, con la pista cada vez m¨¢s pelada debido a las rachas de levante, libraron un ¨²ltimo set de alto voltaje. Subidas y bajadas para enriquecer la m¨ªstica de la Davis. Traca final para un ep¨ªlogo fallero. Quebr¨® primero Ferrer para el 2-0 y encontr¨® r¨¦plica para el 3-3; acto seguido, m¨¢s adrenalina: el alicantino sorte¨® por dos veces otra rotura y cuando el desarrollo an¨ªmico hac¨ªa indicar que arropaba al visitante, a solo dos puntos entonces de las semifinales para Alemania, el de X¨¤bia dio el zarpazo letal: dos dejadas cortas de Kohlschreiber, break hacia el 6-5 y templanza en la recta final. Despu¨¦s, el ¨¦xtasis de Valencia, Espa?a hacia las semifinales y Ferrer rumbo a la eternidad.