El injusto jaque de Hacienda a Vallejo
El fisco reclama 100.000 euros al ajedrecista por ganancias en p¨®quer, que en realidad fueron p¨¦rdidas
Explicar que en Espa?a tambi¨¦n hay mucha gente magn¨ªfica y cosas que funcionan muy bien se ha convertido, por desgracia, en una costumbre necesaria cuando viajo por el mundo. Mis interlocutores me preguntan con asombro si son ciertas las ins¨®litas noticias que les llegan de mi pa¨ªs. Hace unos d¨ªas, durante mi larga escala en Doha (Qatar), algunos ajedrecistas catar¨ªes pidieron mi opini¨®n sobre el caso Paco Vallejo. Y yo reconoc¨ª, con gran pesar, que es una injusticia flagrante.
Ahora estoy en Mascate (Om¨¢n), invitado a dar una conferencia en la asamblea anual de Global Connections, una asociaci¨®n de colegios de prestigio de todo el mundo, que se inaugura ma?ana. Ojal¨¢ nadie me pregunte sobre lo ocurrido ayer en la convenci¨®n del Partido Popular: aplausos enfervorecidos a Cristina Cifuentes a pesar de que, con un 99,9% de probabilidad, ha mentido reiteradamente durante los ¨²ltimos d¨ªas sobre su famoso m¨¢ster por la Universidad Rey Juan Carlos. ?Qu¨¦ pensar¨¢n los adolescentes y j¨®venes espa?oles cuando vean esas im¨¢genes en televisi¨®n o Internet? ?Qu¨¦ imagen de Espa?a proyecta esa actitud del partido gobernante?
Ese 99,9% se convierte en un 100% de certeza si lo aplicamos al suplicio que est¨¢ aguantando Paco Vallejo, el mejor ajedrecista espa?ol de la historia. Quiero pensar que el Ministerio de Hacienda -al que he enviado correos pidiendo una explicaci¨®n- aportar¨¢ alg¨²n matiz aceptable en cuanto a la forma del asunto: por ejemplo, que su burocracia es muy lenta, y por eso no ha reaccionado de inmediato ante el aluvi¨®n de publicaciones de la noticia en muchos medios. Pero el fondo de la cuesti¨®n est¨¢ muy claro, respaldado por los documentos a los que he tenido acceso durante las ¨²ltimas dos semanas, y por mis conversaciones con Vallejo y varias personas allegadas: Hacienda contin¨²a persigui¨¦ndole a pesar de que el propio ministerio ha cambiado la norma legal de referencia, reconociendo as¨ª impl¨ªcitamente que la anterior era err¨®nea e injusta.
Un resumen de los hechos b¨¢sicos. Vallejo jug¨® al p¨®quer por Internet en 2011, no ingres¨® ning¨²n dinero en su cuenta bancaria por ganancias, perdi¨® 5.715 euros en el balance total y no volvi¨® a jugar. Las normas de Hacienda vigentes es ese momento ten¨ªan su base en la 35/2006, a?o en el que a¨²n no exist¨ªa el juego organizado por Internet. He ah¨ª la explicaci¨®n l¨®gica de por qu¨¦ Hacienda no admit¨ªa hasta ese momento que los contribuyentes dedujesen las p¨¦rdidas de las ganancias en los juegos de azar (por ejemplo, en la loter¨ªa). De ah¨ª que, en 2016, reclamase a Vallejo por sus ganancias totales acumuladas a lo largo de muchas sesiones (86.482 euros) sin admitir sus p¨¦rdidas (92.197 euros).
Vallejo recalca que se puede llegar a esas cantidades con una apuesta inicial muy peque?a, y que ¨¦l nunca lleg¨® a ingresar un solo euro de beneficio en su cuenta bancaria por ese concepto: ¡°T¨² empiezas con 100 euros, vas ganando y perdiendo, y sigues apostando del dinero que hay en tu cuenta de la casa de apuestas por Internet. Pero si ganas m¨¢s de lo que pierdes (o incluso en el caso contrario, si vuelves a apostar con dinero extra), Hacienda podr¨ªa llegar a reclamarte una cantidad infinita en teor¨ªa, si s¨®lo cuenta la acumulaci¨®n de ganancias¡±. El susto inicial del ajedrecista fue de muerte, porque Hacienda le reclamaba m¨¢s de medio mill¨®n de euros, reducido despu¨¦s a unos 100.000, incluidos los recargos, multa, etc.
En un extracto del acta que se publica entre las ilustraciones de este art¨ªculo, Hacienda certifica las mencionadas p¨¦rdidas y ganancias, de acuerdo con la informaci¨®n facilitada por la empresa de apuestas Betfair. Pero sigue persiguiendo a Vallejo, aplic¨¢ndole una norma claramente obsoleta, a pesar de que el propio ministerio promulg¨® otra, la 16/2012 (del 27 de diciembre), en la que s¨ª permite computar las p¨¦rdidas. Por si hubiera alguna duda, varias informaciones de prensa lo dejaron muy claro, citando fuentes de Hacienda. Por ejemplo, Jos¨¦ Mar¨ªa Mollinedo, portavoz del Sindicato de T¨¦cnicos de Hacienda (Gestha), manifest¨® a La Voz de Galicia el 5 de abril de 2013: ¡°A d¨ªa de hoy los juegos on-line son los ¨²nicos que dejan rastro, esos premios tributan y el contribuyente puede presentar el saldo de p¨¦rdidas para reducir la ganancia patrimonial que se le a?ada a su base imponible¡±.
Es decir, Hacienda sigue reclamando a quienes castig¨® con una norma de 2006 a pesar de reconocer de forma impl¨ªcita, al cambiarla en 2012, que es manifiestamente injusta. Los casos similares m¨¢s antiguos, de 2009 y 2010, ser¨¢n pronto sentenciados por un juez. Si, como cabe esperar en un pa¨ªs democr¨¢tico, esas resoluciones se basan en el sentido com¨²n, los acusados ser¨¢n absueltos, se crear¨¢ jurisprudencia y Vallejo podr¨¢ respirar tranquilo. Pero los da?os causados en el intervalo son tremendos, y la imagen que se da de Espa?a, nefasta.
Mis 45 a?os de experiencia en el ajedrez deportivo -diez como jugador, a un nivel mucho m¨¢s bajo que el de Vallejo, y 35 como periodista, cubriendo infinidad de torneos de ¨¦lite- me permiten asegurar que es imposible rendir al m¨¢ximo en el deporte mental cuando uno siente encima semejante espada de Damocles. Y en este caso hay que a?adir una desgracia acaecida a la madre de Vallejo, quien sufri¨® una enfermedad muy grave el pasado enero en Dub¨¢i, donde su hijo disputaba un torneo. El seguro no cubr¨ªa ni de lejos el enorme gasto de mantenerla ingresada en un hospital durante mes y medio (unos 300.000 euros), y el jugador se hab¨ªa quedado sin liquidez tras el pago a Hacienda, despu¨¦s recurrido. Por fortuna, la madre se recupera hoy satisfactoriamente en Menorca.
Vallejo, quien ya renunci¨® a jugar el Europeo por Naciones con Espa?a el pasado octubre ¡°por motivos personales¡±, se retir¨® hace tres semanas del Europeo Individual en Batumi (Georgia) porque ya no aguantaba m¨¢s, y decidi¨® publicar su desgracia, con muchos detalles, en Facebook. Reconoce que durante los ¨²ltimos meses ha jugado varias partidas ¡°con l¨¢grimas en los ojos¡±, y a?ade: ¡°Ahora mismo mi mente es incapaz de aguantar un largo torneo de lucha, de decepciones y de nervios. ?Justicia? Si gano, habr¨¦ perdido miles de euros y destrozado a?os de mi vida que nadie compensar¨¢; si pierdo¡ no lo quiero ni pensar. ?Futuro? Dif¨ªcil plantear un largo plazo y muy triste tener que representar al pa¨ªs que te ha tratado como a un criminal, que te ha ignorado, y que te ha destrozado¡±.
En ajedrez hay tres maneras legales de responder a un jaque. La primera es comerse la pieza que lo da; en este caso, se trata de Hacienda y es imposible; adem¨¢s, los intentos de Vallejo y sus allegados de dialogar con altos cargos del ministerio para que se imponga el sentido com¨²n han sido in¨²tiles. La segunda es mover el rey; es decir, pagar lo que te piden o llegar a un acuerdo intermedio con el fisco, como han hecho algunos afectados para evitar molestias y esc¨¢ndalos. Y la tercera es interponer una pieza entre la que da el jaque y el monarca amenazado; o sea, que decida un juez.
Pero en el mejor de los casos, si los jueces dan la raz¨®n a otros afectados en situaci¨®n similar, el da?o ya es irreparable; para empezar entre los propios contribuyentes, que pierden confianza ante el organismo que recauda sus impuestos. Y la mala imagen de Espa?a se extiende como una mancha de aceite por muchos ¨¢mbitos internacionales. En el caso concreto de Vallejo, en el del ajedrez, que no es peque?o (la Federaci¨®n Internacional engloba a 189 pa¨ªses, y la noticia se ha publicado en muchos medios); pero hay que a?adir otros muchos ¨¢mbitos, de otros afectados; y tambi¨¦n el amplio entorno de los jugadores y apostadores por Internet. ?C¨®mo es posible que los dirigentes del Ministerio de Hacienda o su servicio de prensa no hayan reaccionado ante esta noticia, a pesar de que se ha publicado por todas partes?
El caso Vallejo refuerza lo que siento cada ma?ana de manera inevitable al escuchar las noticias sobre la pol¨ªtica nacional: verg¨¹enza por ser espa?ol. Por fortuna, ese malestar suele borrarse por los hechos muy positivos y gentes maravillosas que tambi¨¦n produce Espa?a. Pronto publicar¨¦ algunos ejemplos en esta bit¨¢cora.
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