Revelaciones del excampe¨®n de ajedrez K¨¢rpov en Bilbao

Hay argumentos para afirmar que Anatoli Yevgu¨¦nevich K¨¢rpov, de 67 a?os, es uno de los mejores deportistas de la historia: campe¨®n del mundo indiscutible durante 10 a?os consecutivos, y oficial otros seis; 185 torneos ganados; 60 a?os compitiendo; su rivalidad con Gari Kasp¨¢rov es la mayor en un deporte individual. Adem¨¢s, sigue mostrando una gran pasi¨®n por lo que hace, como el pasado fin de semana en Bilbao, donde hizo revelaciones importantes durante una entrevista ante el p¨²blico con el autor de este blog.

¡°Yo ten¨ªa la pluma en la mano, incluso hab¨ªa empezado ya a firmar el contrato, cuando [Bobby] Fischer dijo: ¡®?Un momento!¡¯, y expuso varias objeciones que hicieron el acuerdo imposible¡±. K¨¢rpov explic¨® as¨ª su gran decepci¨®n en 1976, cuando se reuni¨® tres veces en secreto con Fischer ¡ªen Tokio, C¨®rdoba (Espa?a) y Washington¡ª para negociar con ¨¦l un duelo entre ambos que millones de aficionados anhelaban. Esos tres encuentros fueron organizados por el filipino Florencio Campomanes (elegido despu¨¦s, en 1982, presidente de la Federaci¨®n Internacional de Ajedrez, FIDE) tras la renuncia de Fischer a defender en 1975 ante K¨¢rpov el t¨ªtulo que hab¨ªa arrebatado a Bor¨ªs Spassky en 1972, a pesar de que el dictador filipino Ferdinand Marcos ofreci¨® una bolsa de premios de cinco millones de d¨®lares de entonces (unas diez veces m¨¢s ahora).

K¨¢rpov est¨¢ convencido de que ¡°Fischer sufr¨ªa una obsesi¨®n patol¨®gica, un exagerado miedo a perder¡±. Y lo razona as¨ª: ¡°Tras haber doblegado a todas las estrellas sovi¨¦ticas de la generaci¨®n anterior para ser campe¨®n del mundo, le incomodaba mucho que un sovi¨¦tico m¨¢s joven que ¨¦l fuera el aspirante al t¨ªtulo. Por eso exigi¨® inaceptables cambios en el reglamento [en especial, que el aspirante tuviera que ganar por dos puntos de diferencia; y tambi¨¦n que el duelo se jugase al mejor de diez victorias, sin contar los empates], perdi¨® el t¨ªtulo por incomparecencia y luego se ech¨® atr¨¢s cuando ya est¨¢bamos de acuerdo en disputar un duelo que todo el mundo deseaba¡±.

El testimonio de K¨¢rpov en el centro de congresos BEC de Barakaldo (muy cerca de Bilbao), donde fue el invitado especial del torneo infantil Chess&Gazte, patrocinado por la Diputaci¨®n Foral de Bizkaia y el BBK, coincide muy bien con varias conversaciones que el autor de este art¨ªculo mantuvo con Campomanes (1927-2010) y el espa?ol Rom¨¢n Tor¨¢n (1931-2005), amigo de K¨¢rpov y testigo de la reuni¨®n de C¨®rdoba. En el ¨²ltimo segundo, con el contrato ya redactado, Fischer exigi¨® que el duelo se llamase ¡°Campeonato del Mundo Profesional¡±. K¨¢rpov le explic¨® reiteradamente que las autoridades sovi¨¦ticas jam¨¢s aceptar¨ªan esa condici¨®n por dos motivos: el ¨²nico campe¨®n del mundo oficial era K¨¢rpov; en teor¨ªa, el deporte profesional estaba prohibido en la URSS, aunque en la pr¨¢ctica todos sus mejores deportistas eran de dedicaci¨®n exclusiva.

K¨¢rpov tambi¨¦n desvel¨® c¨®mo fue el proceso que le hizo acreedor del apelativo el g¨¦lido Tolia, por su proverbial serenidad ante el tablero: ¡°El principal punto d¨¦bil de Spassky antes de su duelo con Fischer era su incapacidad para ocultar emociones durante las partidas. Trabaj¨® con un psic¨®logo especializado para corregirlo. Yo ten¨ªa entonces 20 a?os, era un joven valor en alza, y me fij¨¦ mucho en c¨®mo lo hizo para aplicarlo en mi caso. As¨ª aprend¨ª a poner cara de p¨®quer, incluso cuando me encontraba mal durante las partidas¡±.

Durante las 36 horas de convivencia con K¨¢rpov en Bilbao intent¨¦ incitarlo a que se?alase los grandes errores de su vida, con la perspectiva que le dan sus 67 a?os. Durante el desayuno del s¨¢bado le record¨¦ su empe?o en derrotar a Kasp¨¢rov por 6-0 en el primer duelo entre ambos, que dur¨® cinco meses (1984-1985) y fue cancelado sin vencedor por Campomanes con el marcador 5-3 favorable a K¨¢rpov, quien lleg¨® a ir ganando por 5-0 (se jugaba a seis victorias, sin contar las tablas). No se conformaba con mantener el t¨ªtulo; su objetivo era causar un trauma psicol¨®gico a Kasp¨¢rov que lo incapacitase para ganar posteriores asaltos al t¨ªtulo; pero el aspirante, 12 a?os m¨¢s joven, era superior en resistencia f¨ªsica, y por eso gan¨® tres partidas. Pero K¨¢rpov no quiso hacer comentarios, ni siquiera en privado, sobre ese punto concreto.

Sin embargo, ante el p¨²blico hizo otra revelaci¨®n muy llamativa: ¡°Reconozco el error de aceptar que ese duelo se jugase en la URSS y no en otro pa¨ªs. Campomanes ten¨ªa dos hijos estudiando en universidades sovi¨¦ticas, lo que le hizo vulnerable a las presiones de los padrinos de Kasp¨¢rov; por eso no aplic¨® el reglamento a rajatabla, y decidi¨® que el segundo duelo empezase con el marcador 0-0, y no 2-0 a mi favor. Si el primer duelo se hubiera jugado en otro pa¨ªs, yo podr¨ªa haber sido campe¨®n del mundo unos 25 a?os, en lugar de 16 [indiscutible desde 1975 a 1985, y oficial, durante el cisma, de 1993 a 1999]¡±.

Preguntado por el reciente Mundial de Londres, Carlsen-Caruana, el excampe¨®n se?al¨®: ¡°Los 12 empates en las partidas de ajedrez cl¨¢sico no son normales ni l¨®gicos, porque ambos dispusieron de al menos dos posiciones muy ventajosas que no supieron o quisieron aprovechar. Tengo claro que el ajedrez, y concretamente el formato del Campeonato del Mundo necesita cambios profundos y urgentes. Pero hoy no voy a profundizar en eso porque requiere mucho tiempo, y no lo tenemos¡±.

K¨¢rpov est¨¢ muy convencido ¡ªy dedica buena parte de su tiempo a ello¡ª del ¡°enorme valor educativo del ajedrez¡±, y visita con frecuencia las escuelas que llevan su nombre en todo el mundo. De la abultada lista de virtudes, valores y habilidades que se desarrollan con el ajedrez educativo, destac¨® estas: ¡°Objetividad, autocr¨ªtica, gesti¨®n del tiempo, concentraci¨®n, disciplina y memoria. No hay nada que transmita todo eso, y m¨¢s, tan bien como el ajedrez. Adem¨¢s, me gusta mucho el m¨¦todo que se est¨¢ utilizando en Espa?a y otros pa¨ªses en cuanto a su aplicaci¨®n transversal e interdisciplinar; por ejemplo, en clase de Matem¨¢ticas, porque en el tablero hay muchos elementos matem¨¢ticos¡±.

La firme apuesta del nuevo presidente de la FIDE, el ruso Arkadi Dvork¨®vich, por el ajedrez educativo es uno de los motivos por los que K¨¢rpov tiene ¡°una gran esperanza¡± en su gesti¨®n, y est¨¢ dispuesto a colaborar a trav¨¦s de la fundaci¨®n que lleva su nombre, a pesar de que su agenda est¨¢ siempre llena de trabajo. Sobre todo, por su funci¨®n como diputado de la Duma (Parlamento de Rusia) y presidente adjunto de la comisi¨®n de Asuntos Exteriores, lo que no le impide jugar alg¨²n torneo de vez en cuando, como el de Salamanca el pasado octubre o el de Platja D¡¯Aro (ambos, en Espa?a) el pr¨®ximo junio.

?De d¨®nde saca tanta pasi¨®n y energ¨ªa, cuando ya no necesita fama, gloria ni dinero? ¡°Mi padre me ense?¨® que mantenerte activo aumenta tus probabilidades de tener una vida muy larga, y me lo aplico a rajatabla. Adem¨¢s, no renuncio a seguir aumentando mi marca de 185 torneos ganados desde que logr¨¦ el t¨ªtulo de Maestro Nacional. En realidad, si cuento mis ¨¦xitos juveniles, ya ser¨ªan m¨¢s de 200¡±.

Esa pasi¨®n explica que K¨¢rpov atienda con amabilidad a periodistas, admiradores y ni?os en busca de fotos, o que disfrute igualmente de un almuerzo en lugares tan selectos como el restaurante del campo de f¨²tbol de San Mam¨¦s o de la Sociedad Bilba¨ªna, pero tambi¨¦n de la visita al precioso pueblo de Areatza (muy cerca del monte Gorbea), en cuyo batzoki (sede del PNV) cen¨® el s¨¢bado, disfrutando mucho de la cocina vasca, el vino de Rioja y la compa?¨ªa de los aficionados locales. En un momento de esa cena, K¨¢rpov me dej¨® at¨®nito al revelar algo sobre las penurias que sufr¨ª en 1985, durante el segundo duelo K¨¢rpov-Kasp¨¢rov en Mosc¨², como enviado especial de este peri¨®dico para dos meses y medio, cuando tuve que luchar contra una orden de expulsi¨®n, tal como relat¨¦ hace en un art¨ªculo para la serie El Alfil Viajero de EL PA?S SEMANAL en agosto de 2016. ¡°Cuando llevabas dos semanas en situaci¨®n ilegal porque te hab¨ªan denegado la renovaci¨®n del visado, quien lo arregl¨® no fue el viceministro Gavrilin, como t¨² crees, sino yo. ?l me llam¨®, me explic¨® el problema, y yo di el visto bueno¡±. Hasta ah¨ª llegaba el poder de K¨¢rpov en la URSS cuando era campe¨®n del mundo.