Garbi?e Muguruza y una herida que ya es historia

A unos 200 metros del buc¨®lico complejo de Roland Garros, en la Rue du Ch?teau, descansa un peque?o club de tenis ajardinado que desde hace una semana se ha transformado en el cuartel general diario de Garbi?e Muguruza. All¨ª se respira paz y quietud, nada que ver con el bullicio y las masas de gente que predominan en las pistas de entrenamiento localizadas en el interior el torneo. Entre cestos de flores y el sonido de los pajarillos se pod¨ªa escuchar ayer el grito quebrado de la n¨²mero tres del mundo cada vez que trazaba un golpe.

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Un esbozo de Serena

¡°Parfait Garbi?e, tr¨¨s bien!¡±, le aplaud¨ªa su entrenador, el bret¨®n Sam Sumyk, un hombre poco expresivo y muy contenido en el elogio. La observaban tambi¨¦n su fisioterapeuta, Alicia Cebri¨¢n; el preparador f¨ªsico, Laurent Lafitte; y su responsable de comunicaci¨®n, Cecilia Casla. Un poco m¨¢s distanciado analizaba Asier, que ha viajado estos d¨ªas a Par¨ªs junto a su chica para arropar a su hermana en un escenario que le produce a esta sentimientos contrapuestos. Por un lado, aquel estacazo de 2014, derrotando y venciendo por primera vez a la todopoderosa Serena Williams con 20 a?os, y el trofeo de hace dos, el primer Grand Slam; por otro, la amarga experiencia del curso pasado, cuando defend¨ªa el t¨ªtulo.

Hay una serie de fechas inscritas en la memoria profesional de Muguruza. Una de ellas es, sin duda, el 5 de junio. Primero, porque ese d¨ªa elev¨® su primer trofeo en la Chatrier, y segundo, porque ese mismo d¨ªa sufri¨® una de las derrotas m¨¢s dolorosas de su carrera. Fue en la Lenglen, contra la local Kristina Mladenovic, en una tarde en la que termin¨® emocionalmente desbordada, march¨¢ndose de la pista negando el saludo a la grada porque los aficionados se hab¨ªan volcado con su compatriota y vociferaron mucho m¨¢s de lo permitido habitualmente.

¡°Realmente todo cambi¨® cuando acab¨® ese torneo¡±, contaba Garbi?e a este peri¨®dico en una entrevista reciente. ¡°Cuando gan¨¦ Roland Garros la sensaci¨®n era extra?a, porque todo el mundo me preguntaba sobre eso, constantemente, estuviera donde estuviera. Todo eso me afect¨® mucho y not¨¦ la presi¨®n¡±, explicaba la protagonista, que despu¨¦s de ese bache cambi¨® por completo su disposici¨®n. ¡°Despu¨¦s de eso, este a?o me siento m¨¢s relajada, porque tambi¨¦n he cambiado un poco mi mentalidad. Ahora me tomo las cosas de una forma mucho m¨¢s relajada¡±, expres¨® nada m¨¢s poner el pie en el Bois de Boulogne.

Cambio de hotel, el Louvre y preparaci¨®n espec¨ªfica

Y del dicho pas¨® al hecho. Para empezar, en lugar de enclaustrarse en el hotel Mercure Paris Boulogne, muy cerca del torneo pero aislado en la zona perif¨¦rica de la ciudad, la tenista ha apostado para esta edici¨®n por alojarse en el Four Seasons de la Avenue George V. Aqu¨ª, en un punto equidistante entre Trocad¨¦ro y el Arco del Tiunfo, disfruta de paseos por los Campos El¨ªseos y visita el Louvre como una turista m¨¢s, y se airea con visitas a comercios en vez de pasarse las tardes en una azotea, sin pisar la calle ni tener contacto exterior. Es decir, una actividad mucho m¨¢s ordinaria, sin las excepcionalidades diarias que la agarrotaron un a?o atr¨¢s.

Adem¨¢s, Muguruza (24 a?os) ha podido llevar a cabo una preparaci¨®n espec¨ªfica para el grande de tierra, porque unos problemas de espalda la apartaron de Stuttgart y tuvo que competir sobre la marcha tanto en Madrid como en Roma, sin rodaje competitivo ni adaptaci¨®n. ¡°Ahora me encuentro bien. He podido trabajar bien y siento que la victoria del primer d¨ªa contra Kuznetsova me va a ayudar. Este a?o he perdido unos cuantos partidos que pod¨ªan haberlos ganado y ese triunfo me aportar¨¢ confianza de aqu¨ª en adelante¡±, vaticina la espa?ola, citada en la segunda ronda (11.00, Eurosport) con la francesa Fiona Ferro, la 257 del mundo.

Con la herida de 2017 cerrada, ya solo una cicatriz, compite de nuevo en Par¨ªs con el objetivo de dar otro gran golpe y levantar el vuelo tras unos meses complicados. Discontinua en los escenarios de perfil intermedio, afronta Roland Garros con el traje de los grandes escenarios, ese modo Grand Slam que le resetea y la convierte siempre en una de las grandes candidatas, sea cual sea la circunstancia en la que aterrice. Y ahora lo ha hecho con la mente limpia. Atr¨¢s qued¨® esa tarde con Mladenovic. El deseo por escribir una nueva p¨¢gina manda.