Nadal, a los cuartos con 900 victorias

En un mediod¨ªa de abanicos, sombreros y gafas de sol en la Chatrier, a Toni Nadal le costaba encontrar el sitio. Ya sin el ch¨¢ndal de entrenador, sin el polo ni la gorra caracter¨ªsticas, y con un elegante atuendo, el preparador m¨¢s laureado de la historia del tenis iba de arriba abajo porque el sol le molestaba y le imped¨ªa ver del todo bien la evoluci¨®n de su sobrino. Durante un rato se aisl¨® en una fila protegida por la sombra, interceptada finalmente por los rayos y el bochorno de este lunes en Par¨ªs, as¨ª que se rindi¨®: regres¨® otra vez al box familiar, se aposent¨® junto a su mujer Joana Mar¨ªa, melena rubia a un lado, y desde all¨ª contempl¨® el pase del n¨²mero uno a los cuartos de final de Roland Garros: 6-3, 6-2 y 7-6, en 2h 30m contra el joven Maximiliam Marterer.

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Rara vez se le escapa detalle a Nadal, de fabulosa memoria, pero cuando dos d¨ªas antes le preguntaron por el alem¨¢n dijo no recordarle, a pesar de que el joven fue uno de sus sparrings en 2013. De 22 a?os y 70 del mundo, ya como profesional y de buenas hechuras, Merterer ofreci¨® toda la resistencia que pudo, pero termin¨® cediendo. Le enred¨® ligeramente en los primeros juegos y en la recta final, pero ah¨ª se termin¨® la historia. A la media hora, Nadal ya navegaba a todo vapor. Le exig¨ªa correr demasiado y golpear demasiado inc¨®modo, casi siempre desde una posici¨®n excesivamente angulada o bien dos o tres metros por detr¨¢s de la l¨ªnea de fondo.

De modo que el desenlace fue el previsible. No hubo ri?a ni discusi¨®n en el juego, tan solo una escaramuza en el ¨²ltimo parcial. El mallorqu¨ªn sin apretar del todo, pero definiendo muy bien las distancias y puliendo la maquinaria para aterrizar lo m¨¢s fino posible en los cuartos, donde asoma siempre a¨²n m¨¢s intimidatorio. Llegan las grandes rampas, el desnivel propio de un gran torneo de dos semanas, y ¨¦l ha hecho hasta ahora los deberes: ha jugado bien, no ha sufrido sobresaltos ¨Csolo Bolelli le trastabill¨® un poco en el estreno¨C y no ha prolongado m¨¢s de lo deseado su estancia en la pista. Se puede decir, pues, que est¨¢ en el punto en el que deseaba estar, teniendo en cuenta adem¨¢s que su juego se redimensiona conforme m¨¢s se empina el asfalto.

Nadal cumpli¨® ayer 32 a?os y la historia, caprichosa ella, quiso hacerle un regalo de cumplea?os en forma de cifra. Al batir a Marterer alcanz¨® la frontera de las 900 victorias en su carrera; solo cuatro tenistas lo hab¨ªan logrado antes: el estadounidense Jimmy Connors (1.256), el suizo Roger Federer (1.149), el checo Ivan Lendl (1.068) y el argentino Guillermo Vilas (929). Y lo hizo, coincidencias de la vida, en el mismo escenario que lo consigui¨® Federer (36) hace cinco a?os (2013), tambi¨¦n a punto de cumplir los 32 a?os y exactamente en el mismo punto: los octavos de final de Roland Garros. Para los amantes de los paralelismos entre uno y otro, he aqu¨ª el ¨²ltimo.

Otro requiebro hist¨®rico de Nadal antes de lanzarse a la captura del billete a las semifinales, el mi¨¦rcoles. Enfrente tendr¨¢ al argentino Diego Schwartzman, heroico en su pulso con el gigant¨®n Kevin Anderson, 33 cent¨ªmetros m¨¢s alto: 1-6, 2-6, 7-5, 7-6 y 6-2 (en 3h 51m). En los precedentes, el balear manda por 5-0, habi¨¦ndose citado esta temporada dos veces, sobre el cemento de Melbourne y la tierra batida de Madrid, ambas a favor de Nadal. Este avanza e incrementa la marcha, con la zancada rutinaria que marca en Par¨ªs. Donde, por cierto, este lunes Toni no termin¨® el partido en su sitio. Tal para cual.