El cambio de equipaje de Hierro
El t¨¦cnico espa?ol, obligado a colgar el traje y ponerse el ch¨¢ndal, explica c¨®mo ha intentado ¡°empatizar¡± con un vestuario ¡°que te analiza en cinco minutos¡±
Lleg¨® a Rusia con trajes y corbatas por equipaje y desde el llameante 13 de junio no se quita el ch¨¢ndal. Aterriz¨® en Krasnodar sin desvelos nocturnos y desde el fenomenal revuelo de ese 13 de junio solo duerme ¡°un poquillo¡±. Pis¨® la periferia del Mar Negro como un intermediario diplom¨¢tico entre los internacionales, el entonces t¨¦cnico Julen Lopetegui y la nomenclatura directiva. Pero desde las turbulencias del 13 de junio solo tiene una incumbencia: dirigir a Espa?a en un Mundial.
Un viaje lunar solo al alcance de quien ha sido brigada en un vestuario. De quien sabe lo que es ser un pretoriano en ese espumoso mundo de celebridades que subyace en la caseta. De quien nunca disimul¨® su firmeza ante al alto mando, se llamara Florentino P¨¦rez o ?ngel Mar¨ªa Villar. Digamos Fernando Hierro (V¨¦lez, M¨¢laga; 50 a?os). Sin haber sido entrenador, salvo un epis¨®dico rato en el Oviedo, en Segunda, se hizo ilustrado en habitaciones cerradas con botas, mucha gomina y ombligos inflamados.
A dos d¨ªas de que Espa?a se mida a Ir¨¢n, Hierro compareci¨® en Krasnodar ante un acotado grupo de periodistas de medios escritos. En un encuentro casi ¨ªntimo, se esforz¨® por dar normalidad a la anormal. Como pre¨¢mbulo, humildad. ¡°Tengo muy claro que soy seleccionador por las circunstancias que se han dado. Solo con mi curr¨ªculo como entrenador hubiera sido muy dif¨ªcil¡±. Lo mismo habr¨¢n apreciado los jugadores, as¨ª que: ?C¨®mo lograr su gui?o? ¡°Puedes ponerte la camiseta de seleccionador, llegar dando palmas, soltar un mon¨®logo que les haga re¨ªr, pasarlo bien y todos contentos. Pero los jugadores te analizan en cinco minutos y necesitas tener impacto¡±. Hierro no aclar¨® c¨®mo se prepar¨® su ¡°impacto¡±. Pero es f¨¢cil concluir que su propia figura ya provocara un respeto inmediato por quien ha sido uno de los mejores futbolistas espa?oles de la historia. Alguien que, como director deportivo, ya tuvo que mediar entre muchos de los que hoy representan a Espa?a en Rusia tras la derrota con Suiza en Sud¨¢frica 2010. Sin olvidar que vivi¨® la hoguera atizada por madridistas y barcelonistas azulgrana en tiempos de Jos¨¦ Mourinho por Chamart¨ªn.
El andaluz aludi¨® a su intento por ¡°empatizar r¨¢pidamente¡± con los jugadores. Con los que estaban de acuerdo con el despido de Lopetegui y con aquellos que no lo aprobaban. ¡°Tengo la conciencia muy tranquila y puedo mirar a los ojos a todo el mundo; yo ya di mi opini¨®n a quien se la ten¨ªa que dar¡±.
Al improvisado seleccionador, que como futbolista jam¨¢s estuvo de perfil en un vestuario, no le cost¨® ponerse en el lugar de los jugadores ante lo sucedido. ¡°S¨¦ c¨®mo hubiera pensado yo, qu¨¦ habr¨ªa hecho, c¨®mo me hubiera puesto...¡±. El sucesor del vasco, que dijo tener asumida ¡°toda la responsabilidad¡±, hizo una analog¨ªa con esos casos en los que llega un t¨¦cnico nuevo a una pretemporada. Lo ha vivido a chorros. ¡°Al principio, con el nuevo todo es genial, pero a los dos meses llegan las primeras minicrisis¡±. Para que no haya dudas, el malague?o enfatiz¨® que esta selecci¨®n ¡°tiene derechos de autor¡±. Los de su ¡°¨ªntimo amigo¡± Lopetegui.
Hierro, en sus tiempos con botas tutor de muchos colegas, se ahorr¨® preguntar a cada uno su parecer. Su terapia fue otra. ¡°Me encontr¨¦ con un grupo en el que cada uno tiene un padre y una madre, pero que en conjunto es un colectivo muy maduro. Hablamos de gente de ¨¦lite, acostumbrada a estar en el alambre y afrontar crisis¡±. ?Y qu¨¦ les transmiti¨®? ¡°Les dije que este Mundial acaba el 15 de julio y es el ¨²nico que hay en 2018, as¨ª que igual es el ¨²ltimo para muchos. Que nadie est¨¢ en condiciones de pensar en el de 2022. Mi obligaci¨®n es intentar convencerles de que cuando nos vayamos de Rusia todos podamos mirarnos a la cara y decirnos que lo intentamos con todas nuestras fuerzas¡±. Seg¨²n el m¨ªster, la adaptaci¨®n del equipo al volantazo en el banquillo ha sido ¡°muy natural¡±, ¡°muy r¨¢pida¡±. ¡°Hemos tenido una reacci¨®n autom¨¢tica y nadie ha hablado de que nos tenga que salir mal, sino con ilusi¨®n¡±.
?C¨®mo le ha recibido la plantilla? ?Y Sergio Ramos? ¡°Sergio tiene car¨¢cter, pero se le ve venir. No tiene dobleces. Lo mismo que David [Silva], Busi, Piqu¨¦, Iniesta, Reina... Estoy encantado con todos ellos¡±.
Hierro ans¨ªa zanjar de una vez el esperpento de la pasada semana. Anhela que se imponga el f¨²tbol y nada m¨¢s. ¡°Contra Portugal, lo que menos me gust¨® fue recibir tres goles. Pero nos levantamos dos veces cuando se pusieron por delante y no era f¨¢cil, est¨¢bamos ante la campeona de Europa¡±.
El seleccionador insisti¨® en que no alterar¨¢ el molde de la Roja, ¡°con unas caracter¨ªsticas muy marcadas acordes con las virtudes del f¨²tbol espa?ol¡±. ¡°Ir contra su naturaleza, pedir a los defensas que saquen el bal¨®n en largo, por ejemplo, ser¨ªa inmolarnos¡±. Pero, sin variar el esqueleto, ?alg¨²n toque Hierro tendr¨¢? ¡°No hay dos entrenadores iguales¡±.
?Qu¨¦ ha sido lo m¨¢s dif¨ªcil de estos tormentosos d¨ªas? ¡°Me gustar¨ªa decirlo, de verdad, pero no puede ser ahora. Ya lo contar¨¦ alg¨²n d¨ªa¡±. Palabra de quien ha tenido que colgar el frac para ponerse el uniforme deportivo. Un equipaje con el que jug¨® 12 partidos en cuatro Mundiales y 545 partidos como profesional, 89 de ellos con Espa?a. Una Espa?a que a¨²n no era la Roja, pero que no fue ajena a unos cuantos incendios.
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